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Freud, pasión secreta

Drama En 1885, a la edad de 29 años, ya Sigmund Freud (Montgomery Clift) se daba el lujo de confrontar a su maestro Meyniert... y pronto, de ilustre alumno, su asociación con el médico Josef Breuer (Larry Parks), lo convertiría en uno de los más notables investigadores sobre la histeria. Después, la neurosis, la interpretación de los sueños y el psicoanálisis, entre otros temas, tendrían en él a uno de los más fuertes exponentes de las nuevas ... [+]
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
22 de febrero de 2009
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El psicoanálisis de Freud es una de las teorías de mayor éxito en la historia de occidente. Hasta tal punto, que se ha llegado a convertir en una filosofía.
Huston nos cuenta los orígenes de la teoría, lo cierto es que la película gira más en torno al psicoanálisis que a la figura de su creador. La arqueología psicoanalítica es la que domina todo el largo. En el prefacio de la película se explica el porqué, como ya es un lugar común, las obras de Copérnico, Darwin y Freud (cabría añadir a Marx y a Nietzsche en el mismo grupo) han supuesto la ruptura de la secular dependencia del saber humano de la religión y el oscurantismo. Por eso el psicoanálisis merece un lugar especial en el reino de la psicología al haber sido el primer sistema que plantea que la parte no consciente de nuestra mente no está dominada por ningun ser trascendente al hombre. La explicación de esa parte que no controlamos de forma consciente se agota en nosotros mismos.
Por tanto, la figura del largo no es el propio Freud, no es una película biográfica (aunque, evidentemente, la vida del escritor está presente) sino de una película que rinde homenaje a los orígenes de la teoría presentando el cómo y el cuándo de su gestación.
El viaje de Freud para estudiar con el profesor Charcot y la relación Breuer/Freud marcan el comienzo de la narración. La primera media hora de cinta es, de largo, la mejor parte porque narra con exactitud e interés los inicios de la teoría; entrados en materia, surge uno de los grandes inconvenientes de haber dirigido los focos para la teoría en vez de para Freud. Los distintos aspectos que van completando la construcción del edificio psicoanalítico, tales como el fenómeno de la transferencia, las etapas de maduración sexual de los niños, los lapsus del lenguaje o el complejo de Edipo, son contados de forma apresurada y sin rigor histórico. Este grave error de guión condiciona en exceso un filme cuyo arranque resultaba más que prometedor.
El título, por tanto, puede inducir a error porque se ajustaría más a la verdad si nos hiciese comprender que es el psicoanálisis el tema central de la obra. De hecho puede ser usada como una introducción para el iniciado en los estudios psicoanalíticos.
Montgomery Clift realiza un excelente trabajo, aunque, en ocasiones, aparezca un tanto perturbado para la personalidad y la fama que Freud se forjó.
Buena dirección de Huston que logró con ella la nominación al Oso de Oro de Berlín.
Lo mejor: Servir de introducción clara y comprensible a la teoría psicoanalítica, la interpretación de Montgomery Clift
Lo peor: El atasco de teorías en la segunda mitad del film
Recomendable.
nudodobleblogspotcom
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29 de junio de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo el hecho de pensar en hacer una película acerca de Sigmund Freud supondría un dolor de cabeza, atreverse a involucrarse en un proyecto tratando de descifrar algo de la enredada personalidad del genio del psicoanálisis parecería una empresa bastante difícil, John Houston con la ayuda de los escritores Wolfgang Reinhardt y Charles A. Kaufman y con un aporte de Jean-Paul Sartre trataron al menos de mostrar cinco años de su trabajo, apenas como un atisbo de su inmenso aporte a la humanidad, la película no es ni por asomo una biografía definitiva acerca del médico, pero al menos se atreve a exponer una de sus teorías más atrevidas “la sexualidad infantil” que escandalizaron a una gran parte de la sociedad de finales del siglo diecinueve y principios del veinte, y tal vez, por que no de 1962, el año en que se estreno el filme, el actor Montgomery Clift que aportó muchos problemas en la filmación de la película por sus súbitos cambios de ánimo, al final saca un trabajo aceptable, que dejó al espectador con una sensación de una obra inconclusa, que probablemente necesitaba una segunda parte.
ronald
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17 de diciembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como Ibn Sina, como Hipócrates, Wilhelm Wundt, Jean-Martin Charcot, Isaac Jennings y muchos otros nombres de invaluable importancia en la historia de la medicina, el nombre de Sigmund Freud también hace parte de ese inmortal grupo de vidas consagradas al conocimiento de la esencia humana, con el cual hemos avanzado muy significativamente en el entendimiento del ser y en el tratamiento de la enfermedad.

De origen vienés, a Sigmund Freud (1856-1939) con sus estudios sobre la sexualidad, le correspondió enfrentarse, como pocos, al rompimiento de paradigmas en una sociedad donde, hasta los llamados progresistas y bienpensantes, se sintieron escandalizados con sus explosivas y osadas teorías. Pero, como alguien ilustrara con una paradoja: “Freud tenía un gran porvenir detrás de él” y sus reiteradas, profundas y brillantes investigaciones, cambiarían sustancialmente la interpretación de la enfermedad, probando definitivamente su marcada relación con el inconsciente.

El director John Huston, sentía por Freud una gran admiración, y si se mira bien, sus teorías se manifiestan de alguna manera en varias de sus películas. Incluso, en su documental “Let there be light” (1945) se había ocupado de las neurosis de los soldados y los respectivos tratamientos con psicoterapia que les practicaron al final de la guerra. Hacer, pues, un biopic sobre el médico vienés era para Huston un verdadero placer… y cuando el proyecto se dio, pensó primero en su amigo Jean-Paul Sartre para que escribiera un primer tratamiento, pero el filósofo francés se entusiasmó demasiado y el mamotreto que presentó daba para unas 15 horas de película, por lo que fue descartado de inmediato.

Huston se vio entonces abocado a asesorarse de un reconocido psiquiatra y el guión fue emprendido de nuevo por Charles Kaufman y Wolfgang Reinhardt, partiendo de una historia que había elaborado el primero. Pero con todo, debido a la intensa vida de Sigmund Freud y a los muchos aportes que hiciera a la ciencia médica, la idea fue hacer dos películas que se exhibieran por separado… pero este plan chocó con los productores quienes, al ver que el tratamiento del tema solo interesaría a los iniciados y devotos del padre del psicoanálisis, cogieron la película por su cuenta, le editaron casi una hora y la dejaron con los muchos vacíos que, cualquiera que haya ido en busca de un biopic, notará enseguida. Incluso, el cierre del filme queda en un punto donde pareciera haber fracaso, cuando, finalmente, el éxito y la gloria fueron el resultado de una vida compleja, plena de escollos y adversidades, pero cuyos inmensos logros son todo un legado para la humanidad.

Lo que veremos en “FREUD, PASIÓN SECRETA”, sin mayores elementos biográficos, es una serie de ilustraciones escénicas y muy académicas, que ejemplifican los aportes que hiciera Freud a Los estudios sobre la Histeria, Las causas de la Neurosis, La interpretación de los Sueños, La Transferencia, El Psicoanálisis y La Sexualidad Infantil. Todo, presentado en un modelo poco apto para el común de los espectadores, y muy ajeno al estilo asequible y anti-retórico que, hasta entonces, caracterizaba la obra del director de “The treasure of Sierra Madre”, “The asphalt jungle” o “The african queen”, entre otras joyas.

Para resaltar, esa conmovedora presencia del grandioso actor que fuera Montgomery Clift, quien durante el rodaje ya estaba quedándose ciego, sentía que su fuego interior comenzaba a apagarse y solo unos pocos años más de vida le quedaban en este mundo. También muy plausible que, Huston rescatara del olvido al actor Larry Parks -otra de las talentosas víctimas del abominable HUAC- quien, como Josef Breuer, nos ofrece un rol marcadamente sensible.

Título para Latinoamérica: "FREUD, PASIONES SECRETAS"
Luis Guillermo Cardona
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23 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película de Huston, dirigida con seriedad y honestidad.
Es entretenida, aunque resulte algo larga. Se podría decir que se requería esa duración para explicar con claridad el comienzo de los los grandes descubrimientos de Freud, pero lo que de verdad hace largo el film es la larguísima duración del caso de la joven que no ve ni puede andar (bien encarnada por Susanah York).
La primera parte de la película es muy buena, con el viaje que hace Freud a París y la sociedad que establece con Breuer, comenzando a estudiar la hipnosis para la posible curación de las neurosis.
Sin embargo, como he dicho antes, cuando comienza el caso de la joven que tiene un mal no orgánico que le impide, primero ver, y luego no caminar, la cinta tiene un exceso no sé si llamarle didactismo, pero sí exceso de diálogo.
Claro que Huston lo hace para darnos a entender que el proceso de su descubrimiento, aquél que dice que el niño ya tiene sexualidad, que si es reprimida de algún modo, pudiera desembocar, en su edad adulta en una neurosis que podría derivar en males presumiblemente orgánicos, fue largo en el tiempo y de ahí la enorme importancia que tuvo, llegando a su famoso y muy discutido, más aún en nuestros días "Complejo de Edipo".
El final de la película, con la disertación de Freud sobre sus estudios en este sentido, a los grandes científicos y doctores de Viena, tiene una fuerza innegable, demostrando lo que significó, en la sociedad del momento, donde la sexualidad estaba reprimida y no se hablaba sobre ella en público."Freud" no está entre las mejores películas de Huston y cuando se habla de sus cintas, casi nunca se nombra, pero tiene interés, tanto científico como social.
La ambientación, fotografía, interpretaciones, así como la estupenda música de Jerry Goldsmith, son de recibo.
De todas formas, viendo este film el espectador/a llega a la dudosa conclusión de que todos padecemos del complejo de Edipo y que muchos de nuestros males provienen de ahí. ¡Bueno, bueno, eso es muy discutible, ¿n0?!!

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2006/09/freud-pasin-secreta-freud-secret.html
Constancio
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24 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Freud (Freud, pasión secreta) es una película dirigida por John Huston en 1962. Con la punzante música de Jerry Goldsmith el realizador hace un brillante acercamiento a Freud (Montgomery Clift) su pensamiento y posicionamiento sobre temas profundamente enraizados en la psicología como el inconsciente, la histeria, el acercamiento a la neurología, la teoría sexual de la seducción y su relación con la neurosis, el origen del nervio vago, el nervio acústico, el complejo de Edipo y como no podía ser de otra manera el psicoanálisis entre otros temas afines con la mirada puesta en (entre otras premisas) el conocimiento del yo.

El narrador (John Huston en la versión original, Arsenio Corsellas en el doblaje al castellano) nos pone en situación repasando la relación de la especie humana con el universo remitiéndonos con brevedad a Voperino, Darwin o Freud para quien uno de sus propósitos fue el inconsciente del hombre y de cómo logró que entrara la luz.

En su larga y en ocasiones difícil relación con los doctores Meynert (Eric Portman), Charcot (Fernand Ledoux) y Breuer (Larry Parks), Freud tiene la ocasión de evolucionar en sus diferentes campos de investigación como el de la histeria ocupando buena parte del film, frente a los posicionamientos de sus colegas, intransigentes en algún caso.

Huston, utilizando con profusión, entre otros, los medios, primeros planos o los acertados ángulos en el cuadro junto a la destacada fotografía de Douglas Siocombe y el absoluto dominio del claroscuro, añade fundado dramatismo a los personajes implicados, así las cosas, el guión de Wolfgang Reinhardt y Charles A. Kaufman, nos describe desde las convincentes interpretaciones el posicionamiento de los doctores Meynert, Charcot y Breuer frente a las teorías de Freud. Y el particular caso de la paciente Cecily Koertner (Susannah York) destacado hilo conductor en la película presentando síntomas y trastornos de la afectividad y crisis nerviosa aterrorizada por un sueño recurrente no resuelto o ignorado.

La película nos ofrece además la representación de varios los pacientes sintomáticos que llevan hasta la histeria las emociones junto las diferentes patologías asociadas para lo que el realizador recurre a los diferentes flashback ilustrando así los casos mostrados. Estamos pues ante una película profundamente dramática y muy cercana a la realidad por medio de la excelente narrativa que John Huston aplica a lo largo de este sobrio y enriquecedor metraje.
avanti
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