La feria de las vanidades (Vanity Fair)

Aunque mi título parezca que me ha agradado la peli, pues sí, agradado me ha. No obstante, no es de las mejores películas de época que he visto, demasiado larga para lo poco que cuenta. A ver, lo único que vemos es que Rebecca quiere permanecer en la clase alta a cualquier precio, porque su ego no le permite afrontar otra posibilidad.
Está bien, para pasar el rato, pero no llega a buena.

Como ferviente admiradora del género me siento profundamente decepcionada. Las demás críticas que ahora veo no están faltas de razón...Estéticamente se deja ver, (sobre todo la parte referente a la India, lo que no es de extrañar ya que la directora es de origen hindú), pero la trama presenta vacíos, inconexos incomprensibles que hacen perderte por completo o preguntarte un "pero bueno, y esto?" mínimo 3 o 4 veces. Los personajes no se respetan en absoluto, ya no es que uno nos sorprenda, es que las actitudes no guardan relación ninguna con el referente que se quiere dar a conocer.
Una verdadera pena; creo que han desvirtuado por completo un argumento que pudiera resultar provechoso y muy entretenido, al menos para los amantes de este tipo de culebrón. Si esperáis unas Amistades Peligrosas, o un Orgullo y prejuicio, más vale que evitéis éste producto comercial en el que hasta la actuación de R. Witherspoon resulta evidentemente sobreactuada (y mira q eso es dificil, con este tipo de dramón) y falta de carisma.

La película no pasa de mostrarnos una gran construcción en lo exterior de lugares, paisajes, vestidos y demás que se pegan a los histórico, claro que lo que no se apega es la historia ya que si van a contar algo bastante irrealista por lo menos háganlo entretenido, y no un bodrio larguísimo, donde todo es vano, ya que en ningún momento uno llega a creerse el sufrimiento de sus protagonistas, en si es un melodrama muy insulso, con más presupuesto del que se merecía.

Vanity Fair: A Novel Withouth a Hero, del inglés William Makepeace Thackeray fue publicada en 1848 y hoy en día es considerada un clásico. En 2004 la directora Mira Nair grabó su versión del libro, con mucho acierto, porque a los que algunos les ha parecido largo o tedioso ya les digo yo que cuenta solo las partes importantes. Tuve el placer de leer la historia durante el confinamiento y hasta el propio autor se jacta de meter paja y enrollarse como las persianas en muchos capítulos. Es cierto que hay que tener en cuenta la época y él mismo nos cuenta que fue publicada (como era costumbre) por entregas, con lo que se permitía el lujo de mantener en tensión la trama y alargar, probablemente, los siguiente pagos por la lectura de –me imagino- las mujeres de la época, que devoraban estas historias a falta de cosas mejores que hacer. Sinceramente, es una obra enorme y creo que no era consciente, al escribirlo así, de que a veces se perdía en ideas o personajes que poco nos importan a los lectores de ahora. Lógicamente no puedo hablar por un lector del siglo XIX aunque parece que tuvo muy buena acogida. Pero una cosa es indiscutible, y es la elegancia con la que está escrita, típica de la época.

Una novela sin héroe…supongo que se refiere a que ninguno de sus personajes es perfecto, todos pecan de algo (como cualquier humano). Becky es una superviviente en un mundo despiadado, mucho más para ella, que no pertenece a esa élite de la que tanto gusta rodearse. Es verdad que es fría, calculadora, interesada y si es necesario, una mentirosa consumada, pero también le descubrimos un corazoncito en los momentos adecuados. Y a pesar de que Becky tiene más de una adaptación, la de 2004 me enamora siempre que la veo. Reese Withserpoon parece tener poco de esa época y sin embargo, mientras leía su descripción, no podía imaginarme a otra actriz en el papel, quizás porque Withserspoon tiene esa mirada pícara que conocimos en Crueles Intenciones o en una Rubia muy Legal y Becky es precisamente así. Sorprendentemente, otros dos de los protagonistas principales no paraban de bailarme en la mente mientras leía sobre ellos y sólo podía pensar en el buen trabajo de los dos actores, ¡porque lo bordan!, por supuesto me refiero a James Purefoy como el coronel Rawdon Crawley y a Jonathan Rhys Meyers como el odioso y egoísta Capitán George Henry Osborne. Amelia está encantadoramente representada en la actriz Ramola Garai y Rhys Ifans es el bueno de William Dobbin; en mayor o menor medida, el resto de personajes están increíblemente bien recreados en la gran pantalla.

Con respecto al tiempo de duración, personalmente ahora se me hace hasta inferior, porque en esta gran y fascinante adaptación, Mira Nair, sabe eliminar todo lo que sobra y dejarnos sólo lo esencial, pero no tan poco como para que no nos enteremos de nada o que nos perdamos –como ocurre a menudo- partes de la trama si no hemos leído la novela en la que se basa. Es una versión bastante perfecta y eso sólo hablando de la elección de los actores. Si nos ponemos con la fotografía, el vestuario o la música nos dejan sin palabras.

Este es un ejemplo indiscutible de cómo debe adaptarse un clásico. Pensando en lo que haces y no a lo loco o cambiando tantos detalles que ya no sabemos ni lo que estábamos viendo.

A pesar de su largo metraje no se hace en ningún momento larga , la película es entretenida , la ambientación esta bastante lograda y se puede afirmar que la película es bonita pero sin nada más reseñable excepto por las buenas actuaciones de casi la totalidad del elenco , lo cual no es moco de pavo tal y como está la cosa hoy en dia.

En resumen la pelicula no es gran cosa pero se pasa un rato agradable.