Alaska, tierra de oro

Sam McCord (John Wayne) y George Prat (Stewart Granger) son dos amigos buscadores de oro en Alaska, al descubrir una mina con el preciado metal se hacen ricos y Prat envía a McCord buscar su novia a Seattle para casarse. Paro las cosas no salen como se esperaban, McCord regresa con Michelle (Capucine), ¡que no es la novia!, unos tramposo ladrones les quieren quitar la mina y el amor les hace una mala jugada a todos.

Simpática comedia romántica con tres grandes actores de la época, la imagen y el color del film es de primera, la música es refrescante y las escenas inaccesibles del estado de Alaska del 1960 son bien atractivas.

La escena final del film donde aparece Capucine preguntándole a John Wayne lo que ella quiere saber, se repite más adelante en otro “western” romántico con el film, “McLintock!” (1963) con John Wayne y Maureen O'Hara. La película tuvo un presupuesto de $3.5 millones y generó $5 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió dos nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine.

Legendaria película de 1960 que relata, entre bromas y veras, la épica aventura de forajidos, buscavidas, tramposos y trotamundos que junto a los buscadores se desplazaron cuando se desató la fiebre del oro a finales del siglo XIX.
En ese contexto están asegurados los tiros, las peleas, las pasiones abyectas pero también los rasgos nobles, la valentía y los gestos de amistad.
El largometraje resulta dinámico, entretenido, interesante y posee un buen sentido del humor al que acompaña una idónea textura dramática cuando la ocasión lo requiere y una manifiesta habilidad para desarrollar las tramas y ensamblarlas en una magnífica narración ambientada en el norte más inhóspito.
H. Hathaway sabía hacer bien las cosas.

Maravillosa. Divertida. Encantadora. Todo encaja como un reloj. John Wayne está magnífico. Al igual que Stewart Granger, cuyo personaje le viene como un guante. Espléndida Capucine interpretando a Ángel. Henry Hathaway demuestra su enorme talento en este film que mezcla el western y la comedia romántica.

El gran Henry Hathaway, al que un sector de la crítica cinematográfica consideraba de forma despectiva como un mero "artesano", realizó magníficas películas de casi todos lo géneros cinematográficos aunque, sin duda, fue el western en el que más se prodigó. "Alaska, tierra de oro" iba a ser un western clásico pero el genio de Hathaway lo convirtió en una comedia, demostrando un gran talento para el slapstick con peleas antológicas rodadas a ritmo musical. El resultado es un película muy agradable mezcla de western, cine de aventuras y comedia, con un brillante reparto encabezado por un divertido John Wayne que no para de dar mamporros, el eternamente bronceado Stewart Granger y la pálida y hermosa Capucine.

Como ya han apuntado con acierto varias reseñas, nos encontramos con una simpática comedia romántica ambientada en Alaska durante su fiebre del oro. Naturalmente, para evitar las escenas nevadas la trama se sitúa siempre en el verano cuando las calles son auténticos lodazales.
Con muy buen criterio la acción sucede en 1900, el momento álgido de la llegaba de buscadores de oro a aquellas frías tierras. En agosto de 1896 un pequeño grupo familiar de pescadores y mineros había encontrado depósitos aluviales de oro a lo largo del río Klondike, cerca de Dawson City (Yukón, Canadá). Como era de esperar la noticia del hallazgo se propagó como la pólvora y a la zona acudieron numerosos buscadores de oro o regresaron los mineros que habían trabajado antes los arroyos y ríos de los alrededores. La noticia del oro de Alaska se difundió por todos los Estados Unidos en julio de 1897, cuando el país acababa de sufrir un serie de recesiones financieras y crisis bancarias que habían arruinado a muchas familias y causado un fuerte desempleo. El 17 de julio llegaban a Seatle los primeros buscadores dispuestos marchar por barco a Alaska. De los sectores más castigados de la sociedad americana saldrá la mayor parte de los nuevos buscadores de oro, que se asentaron preferentemente en las inmediaciones de Klondike, que (lo mismo que Dawson City) muy bien pudiera ser la ciudad que aparece en la cinta y que en muy poco tiempo alcanzó los 40.000 habitantes. Y no solamente marcharon mineros, también lo hicieron abogados, médicos y otras personas con estudios respetables, conscientes que sus posibilidades de encontrar oro eran nulas, pero marcharon animados por su espíritu de aventura.
Este es el entorno histórico en el que se sitúa esta comedia romántica que cuenta con un excelente reparto de actores (magistral interpretación de Wayne muy bien secundado por Capucine y Granjer), un guión bien elaborado, cuidada ambientación especialmente en lo que se refiere a las escenas portuarias y mineras, sin que tampoco falten los ingredientes tópicos del western con sus escenas de saloon, peleas callejeras, timadores de tres al cuarto simpaticos borrachines. Eso sí, con muy pocos tiros.
Para pasar un buen rato con un Wayne un poco alejado de sus papeles característicos.