El faro de las orcas

La relación que Gerardo Olivares tiene con la naturaleza es más que sabida y si no es en todas, en la gran mayoría de sus direcciones es un elemento clave.


En este caso, El faro de las orcas, en una historia basada en hechos reales, a lo que después le siguió la novela y ahora finalmente la película.

La película quiere reflejar como las orcas pueden ser beneficiosas para un niño con autismo, y para ello cuenta con un reparto pequeño pero con grandes estrellas que intentaran hacer frente a unos hechos un tanto peculiares.

Para empezar y una vez vista la película,la sensación que nos deja es algo agridulce, ya que la película no es capaz de conseguir la profundidad ni el dramatismo que la novela y los hechos cuentan. La historia aunque bien llevada, parece no terminar por levantar el vuelo, siempre acercándose a las situaciones más profundas pero pocas veces adentrándose en lo profundo. El argumento se queda cojo en varias secuencias en las que parece que el tiempo pasa demasiado deprisa, precipitando ciertos hechos de manera poco estudiada.

Por otro lado, en lo que sí ahonda y mucho es la belleza y serenidad que transmite, toda ella es dulzura, con una fotografía notable, unos paisajes muy bonitos en un enclave que es fiel a relato original y que muestra el tema de la soledad del individuo de una forma extraordinaria.

Su reparto, logra hacer un buen trabajo, aunque en ciertos momentos la relación entre Marivel y Joaquin es un tanto forzada a la par que previsible. Por su parte Joaquín Rapalini Olivella logra una notable interpretación aunque al igual que sus compañeros un tanto forzando ciertas situaciones.

Su música también acompaña bastante bien a la cinta, aportando la calma y serenidad para disfrutar de tan maravillosos paisajes.

Como conclusión podemos decir que la película se queda a medio camino, no siendo lo intensa que uno espera de esta historia .Pero a la vez es tan hermosa que su visualización es recomendable

Lo mejor: Lo armonioso del conjunto
Lo Peor: Le falta algo de carácter
Recomendada: SI**


@cineypunto

https://www.facebook.com/groups/18162448741/

"El faro de las orcas" deja poco para elogiar. Solo hermosos paisajes captados por la cámara y una historia interesante pero que en el film, no atrapa. Ni siquiera destaca la actuación de dos excelentes profesionales como Maribel Verdu y Joaquin Furriel. Lejos ella de su actuación en "felices 140" y mas distante todavía Furriel de su excelente papel en "el patron". Si sobresale el niño protagonista, Joaquin Rapallini. Da la sensación de que con esta historia se podría haber construido algo mejor.

El cine de Gerardo Olivares, es un cine absolutamente comprometido con la naturaleza y los seres que lo habitan incluido la especie humana. De su relación en "igualdad" y respeto mutuo ha hecho su leit motiv cinematográfico. Dice Olivares que es incapaz de rodar en estudio. Su cine es personal y espero que no intransferible a otros directores. El aspecto documental se funde con la ficción necesaria, aunque se base en hechos reales como este para atraer a un espectro de público más amplio, que justifique la inversión siempre rácana y complicada en este país y más para este tipo de propuestas. Que primeras figuras como Verdú se impliquen en estos proyecto también ayuda a su visibilidad. Tanto ella como Furriel se entregan a sus personajes en una historia emotiva donde el director al final se ha tenido que esforzar para no desnivelar demasiado la balanza hacia un drama romántico más que otra cosa, que por muy emotivo que termine resultando ser acaba por desvirtuar el espíritu de este cine donde la naturaleza es por derecho propio el auténtico protagonista.

La historia parte de la propia vida y sus experiencias del guardafauna argentino Roberto Bubas que también ha participado en el rodaje y que a raíz de su "excesivo" trato con las Orcas ha sido relegado a tareas donde tiene prohibido contactar con ellas físicamente. Desde mi punto de vista lo mejor que se puede hacer con los animales es respetarlos y dejarlos en paz. Sabemos muy poco sobre los animales, más allá de lo que nos interesa para explotarlos y beneficiarnos de ellos antes de que los extingamos. Algunos incluso han llegado a establecer una relación casi siempre desventajosa para ellos con los humanos como los perros o los gatos. Es sabido de la labor terapéutica que produce el contacto con animales, pero el riesgo que ello conlleva con determinadas especies es como para tomárselo con un rigor y una seriedad que implica un estudio profundo, con los medios necesarios y no invasivo de su mundo. Lo que se narra en la película es una excepción a la regla que puede enviar un mensaje tan esperanzador y positivo como peligroso, contradictorio y probablemente nada beneficioso para los animales dado como nos las gastamos los humanos, por mucho que ayudara a este niño, nos enseñe cosas y tenga toda la buena intención de Olivares y Bubas.

cineziete.wordpress.com

Lola (Maribel Verdú) llega desde España junto a su hijo con la ilusión de poder ayudarlo con el autismo que éste padece. Lo hace siguiendo a Beto, un experto en orcas, al que conoció por un documental en la televisión que pareció provocarle a su hijo lo que nada ni nadie había hecho anteriormente: simplemente algo. Pero cuando llega no se encuentra con lo que esperaba, un hombre sensible que ama los animales, sino con una persona arisca que no logra ni intenta conectarse a nivel humano. Beto sólo parece conectarse con esos animales a los que tiene prohibido acercarse por leyes.

La Patagonia es un personaje más. A simple vista inhóspita y fría, pero que al mismo tiempo se siente como casa, tal cual expresa el personaje que interpreta Ana Celentano, una mujer que no imaginó enamorarse de un lugar así y quien será, en un principio, una especie de nexo entre Lola y Beto. Detalles argentinos como el mate y la fiesta de la esquila no son más que eso, detalles.

La historia se sucede de manera predecible a través de lugares comunes y trillados. A medida que Beto vaya conectándose con el niño, éste lo irá haciendo con las orcas, al mismo tiempo que se irá acercando cada vez más a Lola. Pero la historia de amor apenas está delineada, nunca cobra la fuerza necesaria porque no sale de los clichés más obvios.

A través de elementos interesantes: la idea de acercarse a las orcas como terapia y una historia pasada que convirtió a Beto en el hombre cerrado que hoy muestra ser, surge el encuentro entre dos personas de diferentes lugares que se conectan y relacionan. No obstante Olivares lleva todo su relato de modo anodino, sin mucha emoción incluso en las escenas más significantes. Los conflictos se suceden sin dejar demasiada huella.

Junto a la Patagonia, la Península de Valdés donde las orcas nadan libremente, a nivel fotográfico es donde el film juega su mejor pasada. Está el mensaje ecologista también, claro. Y dos actores que hacen lo mejor que pueden con el guión que tienen entre sus manos.

El faro de las orcas es una película con una buena historia para ser contada, pero que termina desaprovechada a través de escenas pocos sutiles para generar las emociones, además de los tiempos lentos que hacen que el film se sienta más largo de lo que es.

Publicada en visiondelcine.com

Basada en personajes reales, la historia está soberbiamente bien rodada en entornos naturales. Gerardo Olivares es un experto en documentales de viajes, pero da la talla como cineasta dramático. Maribel Verdú está sensacional, como es habitual. Joaquín Furriel hace una interpretación completamente convincente en su papel de biólogo marino muy implicado con su vocación, con traumas pasados personales. La puesta en escena es muy potente. Cine que no aburre y que arrastra. Es una película de las que se recuerdan.