Elysium

Puede que después de la grata sorpresa que supuso Distrito 9 como combinación de cine social y ciencia ficción, le hayamos exigido demasiado a Neill Blomkamp en su segunda película, a la vista de las reiteradas y similares críticas que Elysium ha recibido. Pero es inevitable pensar que había aquí un gran material quizá no explotado en su totalidad por depender en exceso del cine de pirotecnia veraniego.

Elysium se abre, como lo hacía Distrito 9, con una directa exposición y crítica de la desigualdad, una visión alegórica de nuestro tiempo, y donde antes había una demoledora visión del apartheid, ahora la hay sobre las políticas sanitarias y la inmigración. Se trata a los seres humanos como al ganado, y dependiendo del lugar donde hayas nacido, tienes unas expectativas de vida, o una ausencia total de ellas. Y la salud, la tendrá aquel que pueda pagársela, el que pueda permitirse, por encima de los demás, y a costa de los demás, estar sano. No es un futuro distópico en realidad: ya vivimos en él.

Blomkamp demuestra entonces –de nuevo- una sensibilidad social indiscutible, y un buen hacer como cineasta a la hora de combinar cierta preocupación humanista con el espectáculo para la gran pantalla. Pero el equilibrio entre estos dos factores es aquí más débil que en Distrito 9, pues pese a la excelente presentación del contexto, a medida que avanza el metraje, el discurso se pierde a favor de escenas de acción basadas en el “más difícil todavía”, en una sofisticación fetichista en cuanto a armas, coreografías y set pieces de efectos especiales que acaban por nublar la emoción y el mensaje de la historia.

Cierto es también que el diseño de producción de la cinta y los efectos especiales son grandiosos; que hay originalidad en los personajes más fantásticos (ese híbrido máquina-carne que es Matt Damon, muy creíble además como héroe proletario, el fantástico cazarrecompensas de Sharlto Copley); pero se podría haber explorado más en ese mundo de los ricos, del que sólo vemos mansiones de diseño y el caricaturesco personaje de una Jodie Foster pasándoselo en grande.

Pese a esos problemas de equilibrio, que han hecho que Elysium no tenga la repercusión y la altura emocional que sí alcanzó Distrito 9, es esta una película original y disfrutable, de un creador con voz y estilo, que seguro, volverá a dar en el clavo.

Una casi entretenida película de acción sin más (para los que les guste la acción sin más), animada por la atractiva presencia de Matt Damon, con un guión simplista reducido a la mínima expresión, y unos tópicos y deshilvanados toques de denuncia social que permiten promocionarla como de denuncia social, y hacer que a algún despistado le parezca trascendente.
Útil en una sobremesa de domingo en que te has pasado con el vino, y los comensales están durmiendo la siesta ocupando todos los sillones libres.

Una pena. Enserio que me he quedado triste tras ver la película. Os explicaré brevemente por qué. La premisa de la película, que incluye su trailer, es más que interesante. Todo en el film pinta bien, un director que nos enamoró a todos con su mundo pseudoapocalítipticorobótico en distrito 9 regresa con lo que mejor saber hacer y además con un actor bastante metódico y que le gusta a la cámara, las cosas como son.

Comienza la película y los primeros 30-40 minutos estás con un regusto que no cabes en la silla. Piensas: Al fin, alguien que se lo curra. Menudo mundo se ha currado, que detalles, que trama, que ritmo y que bien rodada y hecha está. Hasta tiene pinceladas de denuncia social y todo, si es que me está molando mucho esto.

No nos engañemos. A medida que van pasando los minutos el globo se desinfla, las sorpresas desaparecen y todo acaba volviéndose rutinario, predecible y soso. Se acabo la inteligencia y comenzó el absurdo. Comienza el seguir todos los estereotipos descerebrados de Hollywood. Acabas con la sensación de decepción profunda. Del pudo ser y jamás será, del haber creado algo interesante para prenderle fuego y no entender muy bien por qué. Pero así es esta industria. Unos son fieles a sus ideas y otros las edulcoran, las ridiculizan y las descuartizan para intentar ser "comerciales". Lo que no se han dado cuenta es que mucho público ya ha crecido y madurado y la estupidez ya no cuela.

Lo dicho, una pena.

‘Elysium’ supone el segundo largometraje de Neill Blomkamp, director de la exitosa tanto en crítica como en público ‘Distrito 9’. Y en este segundo largometraje, Neill nos vuelve a brindar una película de denuncia social que si bien, consigue ser clara en su mensaje final, no consigue terminar de ser una buena película.

Con una recaudación de 286 millones de dólares para 115 de presupuesto, se puede considerar la película como un éxito a medias. Sin embargo, la película peca de fallos incomprensibles que hacen que lo único que la rescate del abismo sea el mensaje que traslada.

Y es que la película se encarga de denunciar ciertas políticas sanitarias y de inmigración actuales, que a más de uno nos revuelve el estomago y por ello quemaríamos a algún que otro político de turno que normalmente solo se preocupan de llenar sus bolsillos y dejar de lado al resto del mundo. Además se enfatiza muy bien las diferencias entre el primer y el tercer mundo que vivimos hoy en día, aunque la película este ambientada en el 2159, y eso hace de su primera mitad un soplo de aire fresco con el que más de uno estará de acuerdo.

Pero al final, el problema es que la película se queda ahí, se preocupa en denunciar una realidad, algo que hace muy bien, pero al mismo tiempo, la historia y el desarrollo de los personajes se quedan en un segundo plano, quedándose al final un poco plana, yendo de más a menos desde su comienzo. El único personaje que se desarrolla medianamente bien, es el del protagonista (Matt Damon), pero incomprensiblemente, personajes como el de (Jodie Foster), siendo uno de los principales, se quedan más en un segundo plano para dar protagonismo a secundarios que aunque se saben porque están ahí, no se profundiza tampoco en ellos, dejando muchos cabos sueltos sobre sobre los mismos, además de resultar un poco absurdos y poco creíbles.

Además, aunque queda claro lo que es ‘Elysium’, no se sabe muy bien como se ha llegado a tal situación, ni como está organizada gubernamentalmente la Tierra, además de que la denuncia que promueve la película queda clara al poco de comenzar, pareciendo muy original al principio pero quedándose vacía de argumento más o menos a la mitad y convirtiéndose en una típica película de acción y supervivencia al uso, que la salva eso si su buena dirección y ambientación.

NOTA: 5.5

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Una pena lo de Blomkamp porque después de ver Distrito 9 uno no puede más que decepcionarse por Elysium. Matt Damon y sobre todo Sharlto Copley mantienen la película a un nivel decente, pero todo es demasiado soso como para tenerlo en cuenta. Demasido común para lo que vimos en Distrito 9 y demasiado poco trascendental como para siquiera compararla a dicha película.

Así que, si nos dejamos de odiosas comparaciones, uno puede disfrutar de la falsa ciencia ficción de Blomkamp. A la película le falta precisamente mucha más vistosidad. El maravilloso diseño de las armas y algun que otro truco barato no es suficiente para un público que esperaba algo más de fantasía.

El universo era muy atractivo, pero Blomkamp no lo explota en ningún momento. Si había alguna película capaz de ponerse asquerosamente profunda ésa era Elysium, pero Blomkamp decide no hacerlo, y finalmente lo que nos proporciona es una batalla de tíos medio robotizados entre bonitos cerezos. Bien, pero no como para destacarla por encima de otras películas que en 2013 sí que aportaron algo más (así a botepronto Oblivion).