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Lo que queda del día

Drama. Romance En 1958, Stevens (Anthony Hopkins), un perfecto mayordomo, viaja por Inglaterra. Ahora trabaja para un millonario americano (Cristopher Reeve) que es el nuevo propietario de Darlington Hall, mansión que vivió su etapa de mayor esplendor veinte años antes, cuando su dueño, un aristócrata británico, reunía en su casa a los personajes más influyentes de los años 30, una época crucial para el futuro de Europa. Esta circunstancia permitió a ... [+]
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Críticas 110
Críticas ordenadas por utilidad
23 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película por el deleite que causa su factura, sus diálogos y unas actuaciones memorables, todo ello ubicado en unos paisajes ingleses bellísimos que nos hacen trascender la mera cinta para ofrecernos una lección de filosofía sobre la vida.
James Ivory mas que un trabajo de dirección consigue un trabajo de orfebrería, de una calidad preciosista donde cada detalle esta cuidado hasta su más mínima expresión para que el espectador disfrute no solo de la historia, sino también de la simple fotografía, de la inteligencia de los diálogos, de la arquitectura de las mansiones, de la música, de la exposición costumbrista de la vida inglesa de entonces.
¿Qué decir de sus protagonistas que no esté a la vista? Anthony Hopkins, que venía de ganar el Oscar por su insuperable interpretación en ¨El silencio de los inocentes¨, nos regala otra soberbia actuación dando vida a Stevens, el fiel mayordomo de Darlington Hills. Stevens es una persona recta, que se entrega fervientemente a su trabajo con una dignidad incólume, quizás para no reconocer que su vida esta vacía porque no ha sabido arriesgarse por el con la valentía debida. Su esfuerzo y vida sencilla será desafiada por Miss Kenton (esplendida Emma Thompson), el ama de llaves, que trastocara su mundo al provocarle una atracción tan profunda como indeseada. Stevens, que no ha hecho otra cosa en su vida más que ser el perfecto mayordomo de los dueños de la mansión, ve por un momento la oportunidad fugaz de ser feliz a través del amor que Miss Kenton le ofrece, de romper el corsé que la vida de mayordomo fiel y estoico le ha apretado todo el tiempo, de reconocer que tanto empeño en hacer las cosas bien no le ha aportado la felicidad necesaria para sentirse pleno.
"Lo que queda del día", es un hermoso ejemplo de película convertida en arte para disfrutar pausadamente y ver, a través de los ojos nostálgicos de un hombre estoico, como la vida se nos puede ir muy rápido si no nos atravemos a hacer algo por nosotros, por nuestra felicidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fermillo
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14 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lo que Queda del Día" es un elegante y conmovedor drama, dirigido por James Ivory y protagonizado por los ganadores del Oscar, Anthony Hopkins y Emma Thompson. La génesis del film se remonta a inicios de los 90s, cuando el director ganador del Oscar, Mike Nichols encabezaba un proyecto para adaptar la novela homónima (1989) del ganador del Nobel, Kazuo Ishiguro, a partir del guión desarrollado por Harold Pinter. Uno de los grandes y primeros méritos de la cinta es su guión, en donde Ruth Prawer Jhabvala da cuenta de su enorme habilidad para convertir una novela interesante pero no por eso menos densa, en una trama cinematográfica que respeta los principios narrativos de Kazuo Ishiguro sobre lo irrecuperable que es el tiempo perdido y sobre como ciertas decisiones provocan sentimientos de haber desperdiciado oportunidades que pudieron llevarnos a derroteros más satisfactorios. Un melodrama que explorará en lo más profundo del ser los sentimientos que afloran y se reprimen por situaciones contextuales, por deberes laborales o, simplemente, por una dignidad mal concebida. Y en ello, la guionista logra explicar narrativa y visualmente la “curiosa” concepción de amor de Ishiguro, que puede replicarse en cualquier cultura del mundo, pero que evidentemente muestra una esencia oriental, en particular, la japonesa.

Una visión que los occidentales ven con cierto recelo y a la cual niegan cierta comprensión, en que la cosmovisión nipona no esconde su apreciación del amor como una enfermedad. Esa es la visión que el personaje protagónico de James Stevens sostiene y en la que el sentido del deber termina por imponerse sobre el querer. Sin embargo, ello no quiere decir que la trama reniegue de su carácter melodramático, sino que abogará por exponer toda una radiografía psicológica de los personajes protagónicos, el señor Stevens y la señorita Kenton, a base de silencios, miradas y gestos desesperados de cada cual, llantos detrás de las puertas, miradas nostálgicas de despedida y tensión sexual, como aquella memorable escena en que la señorita Kenton arrincona a Stevens aparentemente para arrebatarle un libro, pero que en realidad está esperando que él dé el primer paso. Un momento de máxima tensión dramática protagonizado por un hombre maduro que ha encontrado en el trabajo su única pasión y obligación y una mujer aún joven que pide a gritos comenzar a vivir y que su compañero sea precisamente ese perfeccionista y tímido mayordomo. Narrada con la clásica estructura de memoria y anhelos narrativos, el director expone los recuerdos y esperanzas de un hombre ilusionado por recuperar el tiempo perdido.

Aunque aparententemente busque reencontrarse con su ex ama de llaves, aquella mujer a la que amó en secreto y que puede volver a tener cerca, por cuestiones laborales y ahora que el matrimonio de ella parece haber finalizado y le deja disponible. Ivory tiene éxito indudablemente en esta dicotomía de nostalgia y esperanza, reflejado en los recuerdos de la mansión Darlington en los años 30s y el actual viaje hacia lo desconocido de Stevens, en donde Ishiguro ve plasmada acertadamente su metáfora de la negación de la propia identidad y la idea de que muchas veces somos observadores de las decisiones de otros, cuando podemos estar jugando un papel en esas decisiones y negarnos consciente o inconscientemente a ser parte de ellas. Otro de los grandes pilares es la estructura de los personajes, cuyo caracteres definen la esencia narrativa del film. James Stevens podrá parecer el más reprimido e impasible de los hombres, con un sentido del deber y la obligación extremos, impertérrito ante la muerte de su propio padre y la frustración amorosa de la señorita Kenton, pero al mismo tiempo encarna el máximo ejemplo del dolor y la renuncia hacia sus propios intereses en pos de un beneficio o servicio superior, que a la postre reconforta sus sentidos, aunque no por ello deje de sentirse vacío.

Las actuaciones son impecables, Anthony Hopkins regala una de sus interpretaciones más conmovedoras y perfectas, que sin duda merecía el Oscar al mejor actor, que da cuenta del innegable talento del legendario actor para trabajar el rostro y las miradas. Emma Thompson encarna a la señorita Kenton, con una interpretación magistral, si hay un personaje que representa mejor el título de la novela y, por extensión, el de la película es el interpretado por Thompson. Lord Darlington, personificado por el eficiente James Fox simpatizante de la Alemania nazi encabeza gestiones extraoficiales entre diplomáticos británicos, franceses y estadounidenses para ayudar a Alemania a ser lo que era antes del estallido de la guerra. Vale la pena mencionar el acertado reparto que Ivory escogió, con Christopher Reeve interpretando al congresista Jack Lewis, opositor a las intenciones de Darlington con los nazis y propietario final de la mansión. Un jovencísimo Hugh Grant que encarna al entrometido ahijado periodista de Darlington, Reginald Cardinal. Peter Vaughan como el padre de James Stevens. Michael Lonsdale encarnó al diplomático francés Dupont d’Ivry. Rupert Vansittart como el fascista Sir Geoffrey Wren. Y los jóvenes Ben Chaplin y Abigail Hopkins, hija del actor protagonista, como la joven pareja de la mucama y el ayudante mayordomo de Stevens.

En definitiva, un notable melodrama sobre la soledad, la responsabilidad, el abandono de los sueños y la pérdida irreparable del tiempo, con una factura técnica y visual exquisita y costumbrista, y unas interpretaciones altamente sensibles y nostálgicas, a cargo de Anthony Hopkins y Emma Thompson. Fue nominada a 8 premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor y Actriz Principal, sin embargo, no ganó ninguno, lo que constituyó un hecho lamentable. También fue nominada a 5 Globos de Oro, con idénticos resultados, y a 6 BAFTA, quedándose Anthony Hopkins con el galardón al Mejor Actor.
DavidFilme
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4 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como admirador del trabajo de Sir Anthony Hopkins, cualquier película en la que participe tiene siempre un plus para verla por encima de otros largometrajes, más si lo acompaña un director reputado como James Ivory y un reparto con Emma Thompson o el ya fallecido Christopher Reeve. Por otro lado, esta es la primera cinta que veo de la autoría de Ivory, por lo que aún estoy lejos de opinar si su reputación está justificada o no.

En lo que respecta a 'Lo que queda del día' era una de esas películas que me llamaban la atención desde hace tiempo, si bien por revisiones u otros filmes siempre la dejaba de lado, hasta que ha llegado el momento. No puedo decir que he salido maravllado, pero tampoco decepciondo.

Si bien las interpretaciones de Hopkins y Thompson son como cabría esperar de dos leyendas de la interpretación, incluyendo además a Christopher Reeve que en sus escenas no desentona de sus compañeros de elenco, y el trabajo exquisito en fotografía, dirección artística y vestuario, su mayor debe es su libreto. La historia del Sr. Stevens y la vida dentro de la inmensa mansión cuando se muestran las cartas sobre la mesa es bastante interesante, es cuando se aleja de lo que quiere contar y muestra la rutina del día a día es cuando pierde algo de fuerza.

Este visionado ha sido de sensaciones encontradas; por un lado he visto una historia bastante intensa bien facturada e interpretada. Por el otro, ciertos tramos me han parecido algo cargantes y sus dos horas y diez minutos me han parecido dos horas y media o más. Con un libreto más ligero seguramente me habría ganado más, pero el balance es satisfactorio.
Michael Myers
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11 de septiembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es pausada, entre relaciones cálidas pero frías, es definidamente esdrújula; melódica, bucólica, melancólica, flemática… y endiabladamente británica. Es un weekend en la campiña inglesa, un, “Arriba y abajo”, hecha película, un discreto juego de insinuaciones, una clase de Historia y una obra cinematográfica absolutamente conmovedora…

En "Lo que queda del día" veremos estelares actuaciones, sobre todo por parte de su pareja protagonista (Anthony Hopkins y Emma Thompson), veremos personajes retratados en una magistral fotografía, encajando a la perfección dentro del ambiente y el paisaje que con maestría se nos dibuja...
Plácido Eldel Motocarro
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13 de agosto de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una reflexión sobre el amor y la pérdida. Cuenta con buenas interpretaciones, aunque Hopkins siempre se me antoja el mismo dados sus papeles donde reina la rigidez y la frialdad. Tiene una buena ambientación histórica y un contexto histórico de fondo que parece más interesante que el propio argumento de la película. Esto es, una relación entre los dos protagonistas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
P_Tinto
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