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El manantial

Drama Howard Roark (Gary Cooper) es un arquitecto vanguardista, ávido de romper con todo lo hecho hasta ahora en los terrenos de la arquitectura. Dominique Francon (Patricia Neal) es una columnista del periódico The Banner de New York que también ama la individualidad y todo lo que libere al hombre de la esclavitud de las ideas. Juntos, pero "separados", iniciarán una guerra contra el mundo de lo convencional. (FILMAFFINITY)
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Críticas 83
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2013
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había una vez un hombre rico que tenía un fabuloso coche al que no le arrancaba el motor. Así que se dirigió a la casa de la marca para ver cuando lo volvería a tener listo. Después de días de excusas, finalmente los trabajadores de esa casa le dijeron al hombre rico que no encontraban el problema de la avería, y que podría, si quería, esperar 2 semanas a que llegaran nuevas repuestos de la fábrica en Europa.

El hombre rico no estaba dispuesto a esperar dos semanas más una reparación tan larga del motor. A pesar de que la marca ofrecia un buen servicio a su exclusiva clientela, las demoras las consideraba excesivas. Así que se quejó abiertamente.

Uno de los mecánicos, cuando el hombre se dirigía al taxi, se le acercó.

- Conozco un hombre que conoce el problema de cualquier motor sólo con escucharlo. Si quiere le daré la dirección de su taller particular.

-Bien, la verdad que no me inspira mucha confianza. Si fuera tan bueno estaría trabajando en una gran marca, pero estoy tan desesperado que si me da su número inmediatamente llamó a la grúa del seguro, para que lo acerque allí.

- Su taller no tiene que envidiar en instrumentación a ningún otro.-Dijo el mecánico.

Así que allí fue el hombre rico con su coche. El taller estaba en una buena zona de la ciudad. El mecánico era un hombre mayor. Como no podía ser de otro modo, estaba bien peinado y afeitado, sólo se podía reconocer su oficio por su fuertes manos anchas. El mono estaba limpio de grasa, la mesa de trabajo, al igual que sus herramientas estabn limpias y ordenadas .

El mecánico no era de muchas palabras. Enseguida se acercó al coche, abrió el capó, encendió el contacto y después de un instante sacó de un pequeño cajón un tornillo. Se agachó y lo colocó dentro de todo el laberinto de entrañas de los sistemas del coche. Volvió a meter la llave del contacto y el motor arrancó a la primera.

- Fantástico, realmente es tan buen mecánico como me dijeron.

El mecánico se agachó levemente agradeciendo el entusiamo.

- Y cuánto le debo?

- Serían 5.000$ dólares, señor.

- Hombre, es verdad que me ha sacado de un aprieto, pero...¿me va a cobrar tanto por un tornillo?.

- No, señor. El tornillo vale 1 $. Usted me paga a mí 4999$ por saber donde ponerlo.

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Si no encuentran una contradicción moral en este relato puramente Raydniano, una de dos: o no son convenientes para la sociedad...a pesar de todo, o son pobres de espíritu y no han llegado a ser "maestros" de nada.
Travisloock
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15 de octubre de 2017
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido una película maravillosa, llena de ideales, de amor apasionado y una temática poco frecuente; la música maravillosa y Gary Cooper sencillamente genial.
carmen
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3 de mayo de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vidor es, sin duda alguna, uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos. Toco prácticamente todos los géneros y, en esta ocasión, ataca un drama repleto de mensajes, una exaltación del individualismo frente al gris oscuro del colectivo, el genio frente a las masas.

Patricia Neal, intensa y bellísima, acompaña a un Gary Cooper que es ya toda una leyenda del cine y a unos secundarios magníficos, especial mención para el gran Raymond Massey.

Rodada con el pulso intenso de Vidor, es ante todo una película vigorosa, con un punto de CIUDADANO KANE en cuanto a planos sostenidos, fondos de enormes edificios, ventanales amplios que nos permiten ver aquello de lo que en verdad trata la película: la arquitectura y su importancia como generadora de mundos, inventora de paisajes.

Una película que, si bien en algunos diálogos y en ciertas situaciones acusa el paso del tiempo, es una muestra del cine de antes, del cine clásico que difícilmente pasará nunca de moda.
melchorin
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21 de marzo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Le odian por la grandeza de sus logros
Le odian por su integridad
Le odian porque saben que no podrán corromperle ni gobernarle”.

Increíble descubrimiento, de una película que te atrapa desde el principio, cuando empiezas a sumergirte en ella y ves que te van a contar cosas que no te han contado antes, ni se contaron después. La historia de tres vértices, con tres personalidades que en sí mismas ya valdrían un protagonismo monógamo. El vis a vis entre Cooper y Neal es espectacular, sin ser ésta una actriz espectacular, una femme fatal, no resta un ápice al espectáculo que se presencia.

Otro espectáculo no menor son las maquetas de edificios por doquier. También nos cuentan cómo funciona el mundo del periodismo, aunque es el brazo más débil de la obra. Para eso ya está Ciudadano Kane.

Disfruten.
CHIRU
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23 de septiembre de 2011
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me cansa mucho esta película. La metáfora, no sólo es obvia, también es reiterativa hasta la saciedad. Se le ve el plumero a los 20 minutos. En vez de optar por pincelar el trasfondo ideológico, te planta en primer plano una sucesión de demagógicas reflexiones.

Y chirría por más aceite que le hechen. El egoísmo ultraliberal revestido de discurso patriótico se hace con todo. Y donde quiere dibujar a un personaje grandioso, aparece un ser sin escrúpulos. El panfleto es tan descarado que pierde seriedad. Vista en perspectiva, es una película ideológica inocentona, revestida de drama con la torpeza y la estrechez de miras de quien quiere dar un discurso, o peor aún, justificarlo. De tan nobles intenciones no podía salir otra cosa que un guión convencional, diseñado, paso a paso, como plataforma para los planteamientos de Ayn Rand (por Ayn Rand). No hay nada de meritorio en ganar este juego amañado.


Una buena factura, para una película bastante despreciable.
Soñador compulsivo
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