La cosa (The Thing)

La verdad es que tenía un poco de sentimientos encontrados por esta película. Por un lado quería ver este segundo remake de un film que cuenta con versiones en los años 50 y 80 (los cuales no he visto); pero por otro lado tenía la intuición que iba a ser decepcionante.
Ahora que la he visto tengo que decir que mi intuición era acertada, ya que al final uno se encuentra con un film que aburre y no convence en prácticamente nada.
La trama nos presenta a un grupo de personas que trabajan en la Antártida y que descubren una estructura de otro planeta y un ser extraño; todo ello escondido y sepultado bajo el hielo. Para poder extraerlo e investigar llevan a una joven experta. Pero cuando consiguen sacarlo el ser revive y descubren que es capaz de trasformarse en cualquier persona que absorbe.
La historia llama la atención, y hace que en cierto modo uno tenga ganas de ver esta trama de ciencia ficción con algunos toques de terror. Además, después de ser el segundo remake, pues también es un motivo para poder ser testigo de una trama que cuenta con cierto interés.
Pero ahora que la he visto tengo que decir que la película es bastante insoportable. No existe prácticamente nada que consiga convencer, haciendo que se convierta en un film aburrido y bastante decepcionante. Es una historia que minuto a minuto va produciendo cada vez más bochorno.
Esta película se basa para atraer al público en sus efectos especiales. Pero tengo que decir que los mismos son de una cutrez bastante increíble. De verdad, no me puedo creer que la tecnología usada sea de tal simpleza. Y es que el resultado que uno ve son unas imágenes de una calidad horrible, haciendo que uno parezca que está viendo unos efectos especiales sacados de la década de los 80. Son bastante cutres, y uno es testigo de ver superpuestas de manera muy brusca las imágenes rodadas con las imágenes creadas por el ordenador; produciendo una mezcla de malestar y risa.
Interpretativamente la película es bastante nefasta también. Ninguno de los actores realizan un trabajo bueno, haciendo que todas las actuaciones resulten bastante falsas.
Además, tengo que decir que con el trabajo de fotografía ocurre algo curioso. La trama trascurre en la Antártida, donde existen 6 meses de día y 6 meses de noche. Pero en cambio el día en el que trascurre la trama hay bastante horas de día y de noche. Así que en mi opinión existe un fallo garrafal en referencia al trabajo de fotografía, haciendo que no se corresponda con la realidad.
En fin, "La cosa (The Thing)" es en realidad lo que se espera. Un film decepcionante, aburrido y que no cuenta con prácticamente nada que merezca la pena. Sin lugar a dudas, una película nada recomendable de ver.

Acabando de entrar de ver 'La Cosa' (2011), la peli que ha dirigido muy hábilmente Matthijs van Heijningen Jr. Llegué con la idea de que iba a ver otro título de culto mancillado y tirado por los suelos; pero cuál fue mi sorpresa cuando empiezo a visionar una película, en relación con su predecesora, con unos añadidos técnicos bien implementados, actores que dan la talla sobradamente para el tipo de peli que es y unos sustos muy bien colocados. No se abusa de los momentos 'monstruito' y se mantiene la tensión durante todo el 'film'. El aire ochentero se respira continuamente en honor a la original de Carpenter y la banda sonora y los efectos para el oído (ruidos de todo tipo) están más que bien conseguidos. No la voy a poner por encima de la original porque sería decir mucho (le falta ese 'algo' que Carpenter consiguió darle) pero no desmerece en conjunto y hace un muy buen tributo a lo que fue 'La Cosa' de 1982. Por otro lado, crea una narrativa propia, a pesar de parecerse mucho a su antecesora en casi todo. ¿Recomendada? no... ¡recomendadisima! Eso sí... hay que hacer un esfuerzo antes de entrar para evitar comparaciones durante su disfrute, porque eso es lo que puede malograr la opinión final al salir de la sala.

El mayor problema es que esta "The Thing" se presenta como complemento a la pieza maestra de Carpenter, y obviamente no escapa a toda comparación posible. Diríamos que la de Carpenter es el plato fuerte, y la de Matthijs van Heijningen Jr. un acompañamiento bien elaborado. Para empezar, no mira por encima del hombro a su modelo original, es muy respetuosa y todo está cuidado logrando bastante coherencia y empaque. El prólogo está conseguidísimo, toda la atmósfera remota de la Antártida, esos noruegos despreocupados ignorando lo que les viene encima, el logo retro de la Universal... Los actores están excepcionales, tanto los protagonistas Mary Elizabeth Winstead (muy convincente, aunque la sombra de Ripley es alargada) y Ulrich Thomsen (con cierto semblante pérfido) como los secundarios, transmiten la sensación de paranoia que requiere la historia. La estética ochentera también es redonda, la paleta de colores es apagada (con esos "Lens Flares") y los encuadres muy estáticos. Hay muchas escenas que demuestran que se lo han tomado en serio.

Lamentablemente entre tanto homenaje pretendido, hay cosas que se descuidan. Uno de sus puntos débiles quizás sea el guión, hay que reconocer sus hallazgos, pero en la película de Carpenter el alienígena no "ataca" ni "acecha" a sus víctimas, sino que se defiende cuando es descubierta por así decirlo. Aquí está persiguiendo constantemente a los protagonistas. El otro inconveniente es cierta escena con Kate y Juliet donde se exceden con los efectos digitales y chirrían bastante, hasta el punto de sacarte de la película. Afortunadamente lo que viene después es canela fina, con una recta final apasionante y una forma estupenda de conectar las dos películas (¡¡con la música de Ennio Morricone!!).Y para dejar claro de una vez, no es un remake, pese a que ciertas situaciones provoquen déjà vu, es una precuela en toda regla.

Si raspa el cinco es porque hay un par de pequeñas bestias detrás en lo que respecta a cuestiones técnicas, fotografía, efectos y bla bla. Tiene como soporte las millonadas invertidas, pero ni siquiera es un mérito: si los productores pudieron contar con esas sumas de dinero fue porque, sencillamente, estaban homenajeando a Carpenter. O sea: una vieja peli ultra reconocida le sirvió como trampolín comercial a más de uno. Y paremos de contar.

The Thing "reloaded" se aleja del concepto de atmósfera de las pelis de Carpenter para internarse de lleno en otras corrientes: en rigor, ésta nueva versión está más cerca del objetivo de Alien, el octavo pasajero. Mira al bicho para que se te caiga la baba, no precisamente ácida, de como está hecho. Lo demás es periférico. La criatura deja de ser ese espectro simbólico de la alienación humana llevada a los extremos paranoides de la soledad para convertirse en un asesino serial más. A ver si la versión de Carpenter hacía hincapié en la criatura...ni hablar. Aquel bicho se asemejaba más a una sombra que todo lo tapaba. Éste, en cambio, tiene nombre y apellido, le vemos cada extremidad como a la palma de nuestra mano y así no quedan dudas: es horripilante y hermoso. Y, nuevamente, paremos de contar.

Me pregunto si hay verdadera conciencia en los realizadores de que tomaron por otro camino, de que construyeron otra idea, idea que terminó logrando otra cosa. ¿Se acuerdan del estado en el que nos dejaba The Thing, de Carpenter? Intenten recordar ahora lo que experimentaron con esta nueva peli y hagan balance. En la anterior algo se filtraba en nuestra conciencia, algo que aún perdura. En esa comparación, odiosa pero necesaria, Carpenter sale ileso. Por suerte no presenciamos una mala remake, que hubiera sido más frustrante. Presenciamos otra peli solo que en un mismo contexto.
El cine, a veces, da para todo.

Partamos de una premisa muy sencilla: esta película no se tendría que haber hecho. La razón es objetiva y concreta: la imposibilidad de plasmar y explicar todas las sensaciones, las complejidades y el caos que evocaba la visita de Kurt Russell al campamento noruego en 1982. Totalmente imposible, y más hoy en día.

Así, con «La cosa» de Heijningen Jr. ocurre lo que tiene que ocurrir, pero aún peor. Las comparaciones, aunque las tiene merecidas, no son necesarias, ya que la cinta flojea por sí misma. Es cierto que la trama, si la analizamos bien, no es tan pésima como aparenta, pero es que el problema es ese: que hay que analizarla bien, porque si no todo parece inconexo e incoherente, y eso es un fallo de narración y desarrollo. Sin ir más lejos, cómo se contagian los miembros de la expedición resulta incomprensible a primera vista. Desde luego, simpatía cero por los personajes, a quienes ni distingues ni conoces, ni te interesan, y nula tensión o estrés, salga o no salga «la cosa». Apatía máxima.

Sin embargo, si hay algo verdaderamente imperdonable es el punto de vista a la hora de afrontar la precuela. ¿Qué nos interesa a nosotros la vida de una paleontóloga que aparece de repente? A mi no, lo tengo claro. Lo fundamental es centrarse en los aspectos que conectan con la película original, y no añadir una historia novedosa sin ningún gancho con una demasiado joven Mary Elizabeth Winstead que no cuela como la mayor experta en paleontología del mundo, encima en un hallazgo de tal envergadura. De esta forma, elementos tan característicos como el suicida de la silla, el piloto Lars y su compañero de helicóptero, o el mismísimo perro, que desaparece por completo, quedan en un segundo plano sin que se profundice en ellos. La historia se cierra y se remata en un epílogo durante los títulos de créditos que son lo mejor de la película, sencillamente porque es el principio de la peli de Carpenter.

Sin carisma y con pocas ganas, el rato lo medio pasas a pesar de su formato de terror prefabricado. Nada del otro mundo.