Cuando Harry encontró a Sally

Ésta, sí que sí.
Esta película sí que puede portar dignamente su género de comedia romántica y no avergonzarse de ello.
Con un guion inteligente, unos diálogos enriquecedores y una interpretaciones bien defendidas esta cinta puede presumir de ser un ejemplo fresco y sano de que el género, no tiene que estar irremediablemente unido a la impostura y el mal gusto.
Con una pareja dotada de gran química, la cinta lo fía todo a la excelencia del guion de Nora Ephron, quien de manera atinada, analiza las relaciones entre los hombres y mujeres, de una manera veraz, sin artificios y con mucha naturalidad, donde los espectadores se sienten identificados de alguna manera con el devenir de nuestra pareja a lo largo de doce años.
Rob Reiner hace el resto.
Aporta el ritmo y el humor para que la cinta no se quede en una sucesión de conversaciones, lo adereza con un montón de escenas jocosas que bañan de frescura el film y listo. Una perfecta comedia romántica dotada con todos los elementos de la comedia tradicional que, al mismo tiempo, encarrilaría el devenir de la nueva comedia romántica, no siempre tan afortunada.

Es de las mejores comedias románticas que he visto. Los diálogos llenos de humor y sátira, te enganchan en todo momento. Los actores protagonistas Meg Ryan y Billy Crystal estan excelentes, la química es total. La recomiendo al cien por cien, me he divertido mucho.

Tiene una peligrosa deriva a ratos –para mí bastante evidente– hacia los vicios más horribles del cine de Woody Allen y algunos de estos diálogos tan poco espontáneos y antinaturales que mientras los personajes los recitan puedes estar visualizando perfectamente en tu cabeza la página del guion con la línea escrita.

Sin embargo, encuentra sus mejores virtudes justo cuando revierte estos dejes momentáneos, cuando abandona ese barniz autoconsciente y los actores hablan como si sintiesen realmente lo que dicen y lo que dicen suena como si significase algo de verdad y no fuese solo una frase escrita en un libreto.

La mayor parte del tiempo en el que afortunadamente no está tratando de ser una nueva versión de Annie Hall es de hecho mucho mejor que esta –aunque menos interesante que la Modern Romance de Albert Brooks– y mucho más sensible, lúcida y divertida, gracias a su vitalidad, su carácter desinhibido y su aceptación final de que una película así, que es valiosa por sí misma, no necesita vestirse de nada más porque no tiene que ser ninguna otra cosa.

Será que lo mío no es la comedia romántica, pero de verdad me parece exagerada tantas nominaciones y premiaciones que tuvo esta película en su época, sobe todo en guion.

Uno de los puntales fundamentales de la comedia romántica de todos los tiempos, “Cuando Harry…” anticipa ya todas las claves de un género que, como pasa siempre, tanto ha degenerado tras la saturación que provoca una película innovadora. Dirigida por unos de los mejores directores que ha dado Hollywood en las últimas décadas, y con guión de una especialista en la materia, la cinta cuenta con momentos y diálogos memorables, y aupó merecidamente a sus dos protagonistas a la cúspide, si bien sus carreras han discurrido por caminos bien distintos.