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¿Por qué no te mueres?

Thriller. Comedia Andrei, un detective y probablemente el peor padre del mundo, decide invitar al peor grupo de personas que conoce a su apartamento: su hija, una actriz resentida; un ladrón iracundo y a un policía corrupto. Cada uno de ellos tiene sus propias razones para buscar venganza contra Andrei. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2019
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Papa, sdokhni (2018) es una de aquellas cintas que pasan a veces injustamente desapercibidas, a pesar de tener muchas virtudes en su haber. La película fue estrenada con un presupuesto muy bajo (cincuenta millones de rublos) y apenas consiguió reunir a poco más de diez mil espectadores en toda Rusia. Aún así, como decimos, se trata de una cinta que sólo por la singularidad de su propuesta merece un visionado. Poco a poco, con el boca a boca, la película está logrando bastante culto.

La película aprovecha el no tener la necesidad de recaudar una gran cantidad de dinero y de ser una película independiente para emplear una puesta en escena mucho más arriesgada que la de otras películas rusas. Se le nota la juventud al cineasta, Kirill Solokov, quien apenas cuenta con 30 años en el momento de escribir esta crítica y que debuta en el largometraje después de haber rodado varios cortos. Es precisamente esas ganas de demostrar el talento que tantas veces asociamos con la juventud la característica principal de la cinta. Más allá incluso podemos hablar de un autor total, puesto que el propio Solokov firma el guión de la película. El director apenas necesita un par de escenarios contados (aunque la mayor parte del metraje sucede en un solo interior) y unos pocos personajes para consagrarse como una de las jóvenes promesas a seguir en un futuro cercano.

La dirección, al igual que el argumento, están pensados para causar una provocación en el timorato público ruso. En cierta manera la película puede recordarnos a las cintas del primer Tarantino, aunque la comparación no es del todo acertada, porque Sokolov emplea una violencia mucho más física. De esa fisicidad, y de las repercusiones sangrientas que obtiene en cámara (y hay que señalar que no aparta la cámara en ningún momento), el director hace su propia estética, a la que añade muchas dosis de un humor negro, que parece más sacado de las cintas occidentales que no de las autóctonas. 

Incluso el lenguaje utilizado choca contra todo pronóstico, pues la película está llena de insultos y palabras malsonantes que como es costumbre en el cine ruso, son censurados con una bocina por encima. Algo que en la película tiene además connotaciones bastante cómicas.

Lo que son temas totalmente tabús en el cine contemporáneo ruso, por lo menos el que se estrena en salas, tienen aquí un despliegue de manera masiva. Violencia explícita, insultos, traiciones, agresiones. La cámara, dopada como si tratara de enseñar de todo lo que es capaz el director, (y en ocasiones esto puede ser demasiado cargante) ofrece una gran variedad de recursos. Desde la narrativa, que el propio montaje divide en capítulos, hasta secuencias que no tienen lugar y que son simplemente un desvío imaginario con voz en off incluida. Planos detalles de zonas escabrosas o incluso alguna cámara lenta (en el momento de la pelea inicial). Todo es una ensalada de recursos que rompen con la puesta tradicional a la que nos tiene acostumbrada cualquier película. Una puesta en escena muy en la línea de las primeras películas de Guy Ritchie.

No solo son obvios los homenajes a la cultura pop, sino también más específicamente a Sergio Leone y sus spaghetti western, en escenas donde el director hace un símil entre las míticas secuencias de tensión en aquellos míticos westerns y las escenas de tensión del filme, añadiendo además una banda sonora que evoca y copia a las de Ennio Morricone. Son numerosas las secuencias en las que directamente nos encontramos con ese juego de miradas tan típico de las películas de Leone, y en la que los personajes aguantan la respiración, antes del tiroteo final. Teniendo en cuenta que el dinero (conseguido mediante engaños) es además parte fundamental de la trama, no es equivocado pensar que la propia película bebe muchísimo de las estructuras de los Spaghettis.

A pesar de que, como ya hemos comentado, la película denota muchas influencias más occidentales que propias, lo cierto es que también es propiamente una película rusa. ¿Puede suponer el filme una nueva vía en la cinematografía rusa? Veremos como evoluciona el proceso, pero esperemos que Sokolov y las nuevas generaciones que él representa (y que antes de esta película no tenían voz propia) no se domestiquen ante las autoridades. Sí es cierto, y todo hay que decirlo, que la película cuenta con presupuesto oficial del ministerio de cultura, quizá una estrategia para tener toda esa violencia atada con correa. Solo el tiempo dirá.

Papa, Sdokhni se trata de una película que aunque no hayas visto ninguna vez una película rusa, si eres fan de Guy Ritchie o de Tarantino resulta imprescindible. Pero más allá de esto, puede suponer un significativo avance dentro del cine ruso, si Sokolov es capaz de seguir la puerta que él mismo se ha abierto.

Crítica escrita para https://cinemagavia.es/
Kyrios
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16 de noviembre de 2019
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine ruso nunca se ha caracterizado por una producción especialmente resultona, suelen acertar con el cine de ciencia ficción, quizá por la divina influencia de Tarkovsky, pero para el resto, sobre todo si se trata de géneros movidos con grandes dosis de acción, suelen resultar bastante artificiales, y faltos en todo momento de ese chispa que si controla su antiguo némesis norteamericano.

Es por eso, que encontrar un producto como el que nos ocupa, casi merece frotarse los ojos, antes de volver a limpiarlos de sangre, porque lo que 'Why Don't You Just Die' ofrece, es una genuina orgía de impactos instalados en el exceso, ese que hace vibrar a los mejores aficionados a la contundencia en la gran pantalla.

Escrita a partir de su propio guión original, y dirigida por Kirill Sokolov, que también asume las labores de montaje, este contundente ejercicio de estilo, se beneficia de ese particular tono de comedia negra de que hace gala en todo momento, avanza a ritmo frenético, casi sin concesiones ni pausas, haciendo de su prólogo toda una declaración de intenciones, que avanza por su metraje, en esa misma linea, como una imparable montaña rusa.

El uso de la música, con temas de puro Spaguetti Western, unido a otros más enérgicos, y a ese fondo estético tan particular, hacen del film un curioso Pulp, que asume sus influencias en la corteza estética y en la parte argumental, cuando va desgajando las motivaciones de sus protagonistas, pero que gracias a un buen planteamiento en el plano costumbrista, recorre su propio camino, y se manifiesta como un producto, que respira genuinamente como hijo de su tierra.

Finalmente, y destacando el excelente trabajo de su reducido grupo de actores, cabe recomendar, siempre al que sepa leer entre lineas, un producto visceral, hecho con las tripas, que sabe implicar al espectador en su salvaje relato, puede que 'Why Don't You Just Die' no tenga la repercusión que merece, demasiado provocativa para el dichoso engranaje comercial, y poco adecuada para ese espectro global, que solo suele disfrutar de banales convencionalismos.


(Películas del 29 Fancine: Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga)

<Lee esta crítica,my muchas más, en Fusion-Freak.com>
alcaide
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28 de julio de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nueva generación de cineastas rusos lleva años abriéndose camino hacia el resto del mundo gracias a unas propuestas que, si no originales, sorprenden por la búsqueda de nuevas apuestas estéticas y narrativas; a Timur Bekmambetov – que hace años no levanta cabeza – podríamos añadir a Ilya Naishuller y su hipervitaminado Hardcore Henry... Es el turno de la opera prima de Kirill Sokolov con Why Don’t You Just Die!.

Matvey se presenta en casa de los padres de Olya, su novia, con un objetivo en mente: matar al padre de su novia, un policía de alto rango, debido a los abusos que Olya sufrió de niña. Entre las cuatro paredes del apartamento, la situación cambiará de ajuste de cuentas a una lucha por la supervivencia mientras el número de cadáveres aumenta.

Kirill Sokolov, director y guionista, parte de una premisa casi teatral y difícil de mantener: un solo espacio y pocos personajes. Los primeros minutos de Why Don’t You Just Die! es un ejercicio de tensión que termina por explotar en una violencia tan física como dolorosa; a nivel de guion, encontramos una historia sencilla a la que Sokolov imprime aires de cine negro y que se mantiene gracias a unos giros que, aunque algunos se ven venir, relanza la historia una y otra vez. La utilización de personajes unidimensionales – Padre, madre, novio, amigo e hija – permite al guionista no dar explicaciones innecesarias durante los interludios entre los estallidos de violencia.

Pero así como en el guion hay coherencia y la historia va creciendo en interés, Kirill Sokolov resulta más errático en la dirección; es briosa, las coreografías en las peleas funciona a la perfección… Pero la mayor parte del metraje se le ve más preocupado en la búsqueda de efectos de cámara y sonido con los que deslumbrar al espectador que en narrar. A lo largo de la cinta podemos encontrar ecos/homenajes/plagios del cine de Guy Ritchie, Quentin Tarantino y Edward Wright, por poner solo tres ejemplos, que le restan personalidad a Why Don’t You Just Die! ya que Sokolov no se decanta por el estilo de cualquiera de estos tres directores para hacerlo suyo sino que los mezcla, sin orden ni concierto, y muchas escenas terminan por resultar miniclips o anuncios. Curiosamente, lo mejor de la cinta lo encontramos en los flashbacks de los personajes, rodados de forma más clásica, y que nos indican que a Kirill Sokolov aún le queda para madurar su estilo y ofrecer películas más redondas. En este sentido, aplausos al director de fotografía Dmitriy Ilyukaev, ya que se adapta a todo lo que le pide el director y su paleta de colores oscila entre lo siniestro, lo hortera y lo luminoso.

Musicalmente, la cinta bebe del estilo Quentin Tarantino ya que Sokolov opta por prescindir de compositor alguno y utiliza toda suerte de fuentes musicales – desde el spaghetti Western hasta la música clásica – que suena a búsqueda de lo “cool”.

El nivel actoral es alto, y sería imposible no destacar la gran labor de Vitaily Khaev como El Padre, un hombre turbulento al que el actor llena con todo un registro de matices al convertirlo en un personaje vulgar y muy peligroso a la vez. Aleksandr Kuznetsov, como el pobre incauto que se ve atrapado en la historia, resulta menos convincente y debería resultar más cómico de lo que es; lo mismo podría decirse de Evgeniya Kregzhde, la femme fatale de la película, que pierde en naturalidad frente a Elena Shevchenko, su madre en la ficción.

Why Dont You Just Die! es un noir hiperviolento con interpretaciones entre perfectas y funcionales, cuyas escenas de acción funcionan como un tiro, con un nivel de crueldad que duele y unos efectos especiales que dejan la boca abierta. Atención a los próximos años porque veremos aumentar el número de directores rusos de acción y género.

https://www.terrorweekend.com/2019/07/why-dont-you-just-die-review.html
TerrorWeekend
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3 de junio de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por recomendación de un amigo, me tragué esta peli.

Un divertimento de poco más de hora y media que te tiene enganchado por los güevos desde que empieza hasta que termina.

Con un guión de lo más esquemático, es absorbente, envolvente, sorprendente, y todos los adjetivos que se te ocurran que terminen en “ente”. Además de estomagante, extravagante, atrapante, y todos los calificativos que se te ocurran que terminen en “ante”.

“¿Por qué no te mueres?” es la ópera prima del ruso Kirill Sokolov.
Antes sólo había rodado cuatro cortos, algo que se nota y no lo digo en plan mal, sino todo lo contrario. El ritmo narrativo que tiene el filme, ya lo querrían para sí muchos largos de hoy en día. Por la premura con que se cuentan algunos pasajes se nota que el realizador viene del cortometraje, formato en el que normalmente la carencia de presupuesto te hace ser más directo, conciso y preciso en lo que cuentas. Ojo, esto que digo no quiere decir que todo esté apresurado y embarullado, como le pasa a muchos cortos, pues el director sabe perfectamente en qué momentos apretar el freno y ralentizar la acción para crear tensión dramática para llevarla hasta límites insospechados.

A nivel técnico y de realización me ha recordado muchos de los tics y excesos que para bien (en mi opinión, claro) tienen grandes directores que me flipan, como Sam Peckinpah (esos ralentís o cámara rápida según demanda la acción), Sergio Leone (esos toques de spaghetti western, tanto en música como en planos y realización, adoro esos zooms), Guy Ritchie y Edward Wright (esos detalles estilo pulp, presentando a personajes en flashbacks o insertando imágenes mediante flashes tipo cómic), Alex de la Iglesia y Tarantino (esos excesos gore hemoglobínicos), o los Coen (ese acidísimo humor negro en situaciones muy muy pasadas de rosca).

No digo más. Sólo que si leyendo esto aún no os he convencido, le echéis un vistazo al trailer. Aunque yo os aconsejaría que no, pues lo he visto después de verla y me alegro de haber llegado totalmente limpio al visionado.

En todo caso, haced como hice yo por recomendación del colega que me la recomendó:

Ved sólo los 10 primeros minutos y si no os engancha para seguir viéndola hasta el final, entonces me trago todas mis palabras.

Ah, un último detalle. Es una peli indie de limitado presupuesto que está casi toda ella rodada en una localización. Hay otros espacios, pero son pocos e incidentales.
SalvaGe
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16 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Los rusos también manejan armas y dólares!

Cuando un joven trata de ayudar a su novia con una movida familiar comienza un espectáculo sangriento, exageradamente elocuente, divertido, lleno de buen ritmo, y mucha, muchísima mala suerte y sarcasmo.

Vas a fliparlo si eres fan de Tarantino, Takeshi Kitano, Alex de la iglesia... Desde su violencia
pura, limpia, con toques de flashback sencillos hasta su bestial y mordaz desenlace.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
DIEGOSKY
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