Pedro y el lobo

Cuando Sergei Prokofiev regresó a la Unión Soviética en 1936, el Centro de Teatro Infantil de Moscú le encargó una sinfonía didáctica. Se le ocurrió realizar una adaptación del cuento popular ruso “Pedro y el lobo”, pero cambiando totalmente la forma y la finalidad.

El objetivo de Sergei era acercar la música clásica a los niños, por lo que se aleja de toda moraleja y crea una historia más emocionante y divertida. Luego cada personaje del cuento tiene un instrumento musical y un tema musical que se repite, o leimotiv. El abuelo se representa con el fagot, el pájaro con la flauta, el oboe representa el pato, Pedro con los instrumento de cuerda, etc. Podrás comprobar a lo largo del filme, como se van repitiendo los temas.

El objetivo principal continúa tan vigente como en 1936, pero además, se le ha añadido una protesta contra los cazadores y las malas artes de algunos. Terriblemente didáctica, me parece una película muy interesante para cualquiera que pretenda acercar a sus hijos a la música clásica o para cualquiera que se dedique a la docencia y pretenda mantener entretenidos a sus niños durante media hora de clase y además, aprendiendo.

Para el que pase de la música docta, se encontrará un precioso cuento increíblemente bien animado. El stop-motion aporta un realismo extraordinario.

Media hora de buena música y buena animación, ¿qué más se puede pedir?

Suzie Templeton adapta de modo magistral la sinfonía de Prokofiev.
Composición realizada por el músico ruso en 1936, por un encargo realizado con el fin de aproximar la música clásica al gusto infantil.
Está actualizada y modificada para los tiempos actuales, para empezar los cazadores son enfocados como los villanos de la obra, incluso más que el propio lobo (tal vez en peligro de extinción). En la versión original los cazadores ayudan a Pedro a llevar al lobo ya cautivo al pueblo.
Otra diferencia radica en la muerte del pato, que en la versión original logra salir de las fauces de la fiera, consiguiéndose un final feliz. Con los tiempos que corren Templeton no habrá visto necesaria aquella salida ya que los niños actuales poco miedo habrán sentido al ver al pato devorado y no lo habrán extrañado en demasía una vez concluida la obra. La moraleja original era la importancia de la verdad, en ésta realización se le suma la ecología, la humildad y la bondad.

La música es simplemente soberbia y se utiliza un instrumento para cada personaje: Pedro es representado por el violín, las violas, los violonchelos y el contrabajo, el abuelo por el fagot, el pájaro por la flauta transversa, el pato por el oboe, el gato por el clarinete, el lobo por el corno francés y los cazadores por los timbales.

Mi padre me hizo escuchar de niño esta sinfonía y logró convertirme en un melómano de la buena música. Si usted tiene hijos tiene la ventaja de hacer escuchar y sobretodo ver esta magnífica obra, el resultados lo dirá el tiempo, pero yo soy un ejemplo viviente de que funciona.
Dr.Juventus

Y esos dos son, primero el gran compositor ruso Sergei Prokofiev y segundo, la fantástica técnica de Stop-motion, aparte de la directora de la cinta, Suzie Templeton, hace alarde de un gran talento, creando unos personajes que encajan perfectamente con la música. El Stop-motion, técnica por la que siento verdadera pasión (es increíble el trabajo que se necesitaba para hacer una solo minuto de película), hace maravillas visuales (de nuevo, porque no es la primera vez que podemos ver trabajos hechos así, y todos destacan visualmente), con unos personajes totalmente conseguidos, que llegan al corazón y las retinas del teleespectador.
La historia, que apenas alcanza la media hora se convierte en una mini película de obligado visionado, que tiene un tono un poco oscuro (no es una película dirigida hacia los niños más pequeños, ojo), pero que puede hacer las delicias de jóvenes y mayores, y que incluye un mensaje con moralina pero sin floripondios, cosa que últimamente parece imposible encontrar.
Otra gran obra británica a añadir a la lista de producciones en stop-motion.

239/12(24/09/10) Muy ameno cortometraje de animación, efectuado con la técnica stop-motion, hecho con dinero británico pero realizado en Polonia. Basado libremente en un cuento popular ruso que el gran compositor moscovita Sergei Prokofiev (como curiosidad se casó en 1923 con una española, Lina Llubera) compuso una música en 1936, a cada personaje le colocó un instrumento y tema musical, a Pedro un violín y derivados, al abuelo un fagot, al pájaro una flauta, al pato un oboe, al gato un clarinete, al lobo un corno francés y a los cazadores unos timbales. La historia posee alma, los personajes crean empatía, es una cinta que debajo de su carácter infantil esconde mensaje, es un canto a la naturaleza, una oda a la amistad, un homenaje a la vida, asimismo es una crítica a la exhibición de animales y sobre todo en su final queda remarcado aquello de que no hay animales buenos o malos, simplemente cumplen con el ciclo de la vida, y es que como decía un escorpión en una fábula famosa, <es mi naturaleza>. Como defecto está el hecho que los personajes no hablan con lo que su argumento se puede hacer un tanto confuso sobre todo al público infantil. Recomendable a los que gusten de animación de la buena con moralina. Fuerza y honor!!!

Lo primero que uno debe saber cuando vea este mediometraje, es que no espere ver la historia de Pedro y el lobo, ya que se narra otra historia totalmente diferente.
Este mediometraje está hecho con una animación particular, ya que los personajes parecen hechos con plastilina o goma2.
La historia se narra sin un solo diálogo, pero eso no es impedimento para que uno comprenda fácilmente la trama. Una trama que narra la historia de un niño que quiere ver lo que hay más allá de la puerta de un patio. Una puerta cerrada por su abuelo y que no permite que nadie la abra. Un día el niño consigue salir y pasa un buen rato con sus amigos (un pato y un pájaro). Pero el peligro no tarda en aparecer. Un lobo que vive en el bosque y que lo único que quiere es sangre y matar.
La verdad es que la historia no aburre, pero tampoco entusiasma. Es una historia bastante lineal que no consigue despegar en prácticamente ningún momento.
Creo que lo más destacable de todo el mediometraje es por un lado la falta de diálogo. Una falta que no se echa de menos ya que la trama se sigue perfectamente y no resulta complicada en ningún momento.
Por otro lado, la estética. Uno observa una animación peculiar que se sale de la estética habitual. Una animación que está realizada con muñecos, los cuales se mueven de una manera que parece que tienen vida.
En fin, mediometraje que se llevó el Óscar en su categoría y que en mi opinión está demasiado sobrevalorado. Una historia que entretiene pero que no convence del todo, ya que en mi opinión la historia no consigue elevarse del todo.