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The Dazzled

Drama Camille es una chica apasionada por el mundo del circo y la mayor de una familia numerosa. Un día, sus padres ingresan en una comunidad católica que practica la caridad, y en la que empiezan a participar de manera muy activa. Poco a poco, la joven tiene que aceptar un tipo de vida que choca con sus ilusiones, su vida social y sus pensamientos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
11 de agosto de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A nivel narrativo y de estilo, impecable. Una mirada certera a la línea sutil que puede separar la libertad del adoctrinamiento o la religión de la secta. Se narra una historia que tiene lugar dentro de una comunidad católica pero con derivaciones sectarias en principio no evidentes. Lo magistral de la película no es la originalidad –ni pretende serlo- sino el ritmo, los matices, la autenticidad de las reacciones y personajes. Podría decirse que en ella encontramos todos los tópicos del tema, pero tratados con tal sabiduría –probablemente fruto de las vivencias personales de la directora- que se redimen a si mismos.
Muy bien retratado el proceso de integración de una familia católica, en un universo en cierta forma tranquilizador, lúdico, asociativo y solidario, dentro del cual muchas personas pueden ser felices o convencerse de que lo son, pero donde otras detectan las grietas por las cuales se les escapa la personalidad y el sentido común. También muy bien enfocado el conflicto familiar más allá del núcleo padres e hijos, mostrando con un tacto extremo, por ejemplo, las dudas de los abuelos, con una sola pincelada pero efectiva.
No es una película que ridiculice la fe, en absoluto, pero sí que plantea el despropósito de rezar como una forma de responsabilizar a Dios de nuestro destino.
La tensión que sufre la protagonista es la misma que mantiene al espectador en vilo. Tensión entre el amor a sus padres y el deseo de realizarse en el mundo del circo, entre la comprensión de que sus padres son buenas personas y los ama, y al mismo tiempo la necesidad cada vez más imperiosa de salvarse, salvar a sus hermanos y quizá también, en cierto modo, a sus padres, aunque para ello tenga que ponerse en su contra.
Lausonn
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3 de octubre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La religión

Sarah Suco se lanza de lleno en la concepción de las comunidades religiosas, poniendo en esta ocasión el catolicismo en el punto de mira. Por lo cual, en Les Éblouis se plantea el fanatismo religioso como un germen que va expandiéndose en la realidad de las personas que caen en él. De esta manera, el libreto va experimentando los cambios espeluznantes que se producen en la realidad de la familia protagonista. Sin duda, una visión que deja sin palabras en varias de sus secuencias y deja un mal cuerpo ante la ceguera de una espiritualidad llevada al extremo. Asimismo, Suco contrasta esta visión de sombras en torno a la religión con las líneas narrativas juveniles, donde se ve esa ruptura con ese ambiente tóxico y la lucha por dejar de ser las víctimas de las consecuencias de una vida que no es suya.

Sin embargo, el guion se dispersa en varios momentos de la película, dando zancadas de alto alcance, para intentar aportar mayor dramatismo a la obra. Con lo cual, se queda entre unas situaciones que se resuelven de una forma excesivamente sencilla y otras en las que se busca enrevesarlo sin tener un trasfondo complejo real. Por ende, aunque se percibe una intención sublime de exponer esta religiosidad extrema, luego se pierde en no ordenar los acontecimientos de una forma más atractiva. En consecuencia, hay partes en las que el público se llega a confundir, o aburrir, al no sentar unas bases firmes. Dicho de otra forma, no hay una línea argumental sólida y parece una sucesión de hechos sin una cohesión establecida. A pesar de todo, hay mensajes importantes de escuchar, aunque el canal deja interferencias que podrían mejorarse para traer un resultado más sensible y visceral.

*La rebeldía

Una de las mejores elecciones de Les Éblouis es el reparto juvenil e infantil, dado que en ellos recae toda la fuerza dramática de la cinta. En primer lugar, aplaudir la labor de Céleste Brunnquell, la cual tiene un duende sobre la pantalla, que deja obnubilado al espectador con esa expresión tan frágil y a la vez vigorosa. También hay que subrayar cómo se convierte en el hilo conductor dramático con el resto de actores, manejando perfectamente convertirse en la voz cantante de la película. Inclusive, protagoniza una de las escenas más complejas a nivel actoral de la cinta y sale airosa de ella. Después, Armand Rayaume también tiene ese potencial, a pesar de su edad, que deja pinceladas artísticas muy curiosas, hay que estar atento a este joven actor. Luego, Spencer Bogaert, como Boris, tiene personalidad, pero hay momentos en los que sería necesario mayor compromiso con la acción.

Por su parte, el elenco adulto, está capitaneado por Camille Cottin. La actriz da vida a Christine, una madre cegada por el fanatismo. Sin duda, junto a Brunnquell, es una de las mejores interpretaciones. Desde ese desgarro interno hasta la pérdida de la razón, que se refleja en una mirada vacía, algo que solo puede conseguir una actriz que se mimetice totalmente y deje toda la carne en el asador. Por otro lado, Jean-Pierre Darroussin es firme y se convierte en el perfecto antagonista, quedándose en la mente del espectador, pese a su corta duración en pantalla. Por último, mención especial a Éric Caravaca, padre de la familia protagonista, que es el equilibrio energético de la cinta, pero no consigue brillar por sí solo. Al contrario que Laurence Roy y Daniel Martin, que son el complemento perfecto con sus pocas secuencias en el film.

*La comunidad

A pesar de su gran carga dramática, sobre todo en el desenlace de la misma, no se ha sabido transporta toda esa iconografía en la puesta en escena. Para comenzar, la dirección de fotografía sigue un estándar en cuanto a su realización, por lo que no hay grandes puntos que hagan ver al espectador un significado artístico. A continuación, la dirección artística consolida algunos elementos visuales curiosos, como la turbia escena entre Camille y Boris, donde se ve las posibilidades que tiene. Sin embargo, no explota todo ese ambiente, sino que se queda más en un plano superficial. En consecuencia, da la sensación que han buscado complicarse de la menor forma posible. Con lo cual, se queda en un resultado que cumple, pero no es más que un mero transporte de información, recayendo toda la importancia en la palabra.

El montaje tampoco consigue levantar las distintas flaquezas que presenta en el libreto y en la asistencia técnica. Por ende, hay partes que se estancan, quedándose claramente en un ritmo más lento y perjudicial para Les Éblouis. Mientras, otras secuencias se puede ver una buena exposición de los hechos, donde incluso la iluminación toma partido por la expresión. Gracias a esta dualidad, el largometraje no termina de sublimar todos los aspectos visuales, por lo que obtiene una visión excesivamente inconexa. Muestra de ello, es que tanto interiores como exteriores tienen el mismo impacto en el público, lo que conlleva a que no haya esos picos de impresión que debieran tener. Aun así, no se observan fallos en cuanto a la forma de grabar, el sonido tiene calidad y permiten ver la historia de una forma amena, dejando constancia del buen hacer del equipo humano.

*Conclusión

Les Éblouis comienza con una premisa interesante, que termina con un desenlace cargado de dramatismo y con un mensaje claro y conciso. Sin embargo, el transcurso del film se mueve en una dispersión constante, que acaba por pasarle factura al no encontrar puntos de anclaje necesarios. En consecuencia, le falta ritmo, consistencia y profundidad. A pesar de ello, cuenta con un reparto espectacular, en especial el elenco juvenil e infantil. Después, el ambiente que se genera es propicio a la situación vivida, pero no se arriesga más estéticamente, se queda excesivamente estándar y sin un sello de identidad propia. La religión toma forma de fanatismo, con un fin sugestivo, pero se disgrega en una concepción irregular.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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29 de julio de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La actriz Sarah Suco nos presenta su primera incursión en el mundo de la dirección y para ello ha elegido una película sobre el mundo de la religión. Retrata a una familia francesa que se une a una unidad eclesiástica. La película se puede ver dentro de la sección Domestik del Atlántida Film Festival.

Toda la historia nos la van contando bajo la mirada de Camille, una joven de 12 años que vive obsesionada con el mundo del circo. Comparte casa junto con sus padres y sus tres hermanos pequeños. En apariencia tienen una vida de lo más normal. El problema viene cuando sus padres deciden pasar a formar parte de un grupo religioso que practica todo tipo de eventos y actos solidarios. Cada día que pasa los padres están más involucrados y participan de manera más activa.

Francia es un país donde todavía, pese al gran número de extranjeros que han ido llegando, se considera católico. Muchos de sus ciudadanos practican activamente la religión, con distintas celebraciones a lo largo del año. Pero casi todos lo hacen de una manera bastante pasiva, aun así desde finales de los años 70 se han ido formando distintas comunidades que adoptan la religión de una forma más extrema.

La directora lo que pretende mostrar en todo momento es los efectos secundarios que provocan este tipo de grupos, al principio parece todo muy bonito, donde se realizan todo tipo de eventos, juegos y celebraciones, pero a medido que te vas involucrando vas viendo como acaban por quitarte toda tu vida e inclusos tus bienes más preciados.

Tanto Camille como su hermano no están para nada de acuerdo con participar en ese juego que le han impuesto sus padres e intentaran por todos los medios salir de allí. El reparto está bastante bien equilibrado, destaca sobre todo la interpretación de la joven Céleste Brunnquell, que estuvo nominada a actriz revelación en la última edición de los premios César. También cabe destacar el ver a un Jean-Pierre Darroussin es un papel al que no estamos acostumbrados a verle, es el pastor del grupo y todos dependen de sus decisiones.

Tanto el guion como su estructura narrativa están muy bien diseñadas, consigue en todo momento su objetivo principal, que no es otro que el público conozca este tipo de organizaciones y todo lo que sucede dentro de ellas. También nos muestra cómo se realizan exorcismos para expulsar los demonios internos de los fieles. Lo que no me acaba de convencer del todo es como la directora introduce con calzador el tema de los abusos a menores, creo que en está ocasión no era necesario.

Película muy interesante y de visionado muy recomendable, sobre todo para ver desde otro punto de vista el mundo de la religión, que en muchas ocasiones se convierte en auténticas sectas.

Lo mejor: La mirada y la fuerza de la joven protagonista
Lo peor: El tema de los abusos a menores, creo que no era necesario en está historia.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
LASO83
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6 de agosto de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen análisis de lo perjudicial que puede ser una secta para una familia con niños pequeños, bajo la apariencia de una comunidad religiosa con buenas intenciones.

La joven Camille de 12 años es una apasionada del circo y la mayor de una  familia numerosa. Un día sus padres deciden unirse a una comunidad religiosa aparentemente inofensiva, pero cuando están dentro comienzan las manipulaciones y las prohibiciones a la libertad, algo que hacen que Camille tome la determinación de intentar escapar junto a sus hermanos pequeños... 

La directora Sarah Suco parece que se inspiró en su propia historia para escribir el guion junto a Nicolas Silhol, la cual vivió inmersa en una secta durante su niñez por 10 años, por lo que sabe contarnos muy bien el proceso de reclutamiento y manipulación para que consigas acatar a ciegas las leyes que dicte el líder y con gran habilidad desposeerte de tus bienes y dinero.

Camille Cottin y Eric Caravaca interpretar a los padres que permanecen ciegos ante las palabras de Jean Pierre Darroussin que es afable sacerdote y jefe de la secta. La única que reacciona revelándose ante las leyes es Celeste Brunnquell que da vida a Camille, un buen papel protagonista para ser la primera vez ante las cámaras.

Un film convincente, que a pesar de sus defectos puede ser una buena lección para que vean los jóvenes los peligros que hay detrás de estos charlatanes manipuladores.
Destino Arrakis.com
videorecord
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2 de octubre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprometido y muy recomendable por su denuncia cívica, el drama justamente titulado THE DAZZLED (LES ÉBLOUIES: los deslumbrados o iluminados) es un alegato contra el fundamentalismo religioso que criminaliza el cuerpo y contra las sectas destructivas que llegan a tratar como endemoniados a los disidentes, como le sucede a la protagonista adolescente. Más allá del caso particular —y hasta de su condición excepcional— se plantea cómo defender a los niños cuyos padres adoctrinan conculcando los valores humanos más elementales y convirtiendo la infancia de los inocentes en auténticos infiernos. La Francia ilustrada sigue siendo un referente.
J.L. Sánchez Noriega
noriegacine
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