Greed

Un film que se toma como centro a un manipulador caradura falto de escrúpulos que ha medrado a base de feas maniobras en el mundo empresarial y prepara un fiestón de aires romanos, decadentes y excesivos. Una buena premisa de partida con una primera mitad entretenida, llena de mala leche insultona made in britain y un montaje bastante trepidante. Buena pinta.

Pero -- el film se angula al rato hacia terrenos más serios, hablando sobre talleres ilegales, sufrimiento laboral y karma que acaba pasando factura. Y es ahí donde la peli de marras me acaba perdiendo.

No sé muy bien como juzgar a "Greed". Reconozco que me ha gustado. Mucho. Aunque también reconozco alterna momentos sublimes con otros que fallan y comprendo que, en el tono general, es una película que no gustará a todos los públicos. Quienes esperen una comedia descacharrante en la biografía de este Amancio Ortega de marca blanca, no la van a encontrar. Tiene momentos divertidos, si, pero no es una comedia. Quien espere una crítica a la industria textil y sus fábricas en el tercer mundo, tampoco la va a encontrar, aunque los créditos finales sean un ataque frontal a la hipocresía de la industria textil. Quienes esperen drama, tampoco, a pesar de ese giro dramático final que nos golpea en plena cara. Es una comedia, un drama y una película abierta a la reflexión que no es nada de todo eso. Pero resulta que la historia del magnate Greed, con todo lo irregular, acaba resultando fascinante, o al menos a mí me lo ha parecido. Me encana Michaer Winterbotom y esta no es su mejor película, pero después de verla me sigue encantado, porque sabe lo que quiere contar y lo cuenta, dándole un poco igual si como lo cuenta le gusta al espectador o no. Y si encima tienes un cast de actores fantásticos con un maravilloso Steve Coogan a la cabeza, pues poca cosa más se puede decir.

La película "Greed" acaba siendo como su protagonista, puro artificio y, como la historia de su protagonista, funciona perfectamente e incuso alcanza momentos gloriosos. Pero sigue siendo una película maravillosamente irregular. Y es que si Winterbottom quería hacer una crítica al sistema capitalista, esa primera hora de comedia, desmonta todo el mensaje.

Steve Coogan, un actor muy unido al trabajo del director Michael Winterbottom y experto en hacer personajes antipáticos, interpreta en esta ocasión a un tipo (basado en parte) en el magnate británico Sir Philip Green, un multimillonario británico del mundo de la moda, que siempre ha vivido rodeado de muchas controversias.

En tono de sátira mordaz, vemos como este individuo se basó en la mentira y en la intimidación de los clientes que trabajaban en las fábricas de los países asiáticos, llegando a no pagar las cantidades acordadas con un absoluto desprecio hacia esta mano de obra barata y sumamente pobre. En cambio por otro lado derrochaba cantidades exageradas de dinero en infinidad de caprichos y excentricidades.

Sir Richard McCreadie es un idiota multimillonario narcisista, un magnate del mundo de la ropa que está teniendo mala racha por culpa de unas conductas impropias que se han publicado en la prensa. Para ello planea celebrar su 60 cumpleaños por todo lo alto, en la isla de Mykonos, invitando a miles de celebridades. Muy fan de la película Gladiator construye un pequeño coliseo con un león para dar un espectáculo a sus invitados vip. 

También hay una critica social a la inmigración, ya que en la playa que está justo debajo de la fiesta, hay un asentamiento de sirios en tiendas de campaña, algo que no le gusta que se pueda ver desde la terraza por lo que intentara también engañarlos y humillarlos de paso.

En bastante indignante ver como actúa esta gente tan poderosa, que se creen con derecho a tratar a todo el mundo como si fueran sus esclavos. La película tiene muy buenos diálogos, e interpretaciones de todos los actores y aunque el final sea un poco rocambolesco, merece la pena disfrutar esta historia en la que se citan también a Zara y H&M en bastantes ocasiones.
Destino Arrakis.com

Me ha decepcionado Greed y es una pena porque prometía.

Es encomiable que con su film el director quiera denunciar públicamente una serie de abusos y situaciones injustas, pero el meter en el mismo saco las condiciones laborales de los que producen la ropa de esas grandes firmas de moda, la crítica al estilo de vida de los billonarios, la evasión fiscal y la crisis de los refugiados (que parece metida con calzador) hace que esas ideas pierdan fuerza y todo resulte confuso e incluso podríamos decir que demagógico.

Tampoco ayuda el que el director nunca acabe de encontrar el tono. Apenas algún gag funciona para hablar de que es una comedia, tampoco estamos ante un biopic, o un drama... nos quedamos sin saber ante qué tipo de película estamos.

Todo ello, además del final (en spoiler) hace que su visionado resulte frustrante.

*Ricky, un ambicioso adolescente irlandés

El director de Greed nos presenta los preparativos de la gran fiesta del sesenta cumpleaños que el personaje principal Richard Mc Cready o Ricky quiere ofrecer en la isla de Mykonos.

A través de su biógrafo personal, Nick que está preparando un libro sobre el magnate, va introduciendo las principales personas relacionadas con Ricky. Para ello entrevistará a amistades, familiares y personas relacionadas con su entorno empresarial.

Su madre emigrante irlandesa en Londres, se esforzó para poder pagar su asistencia a un selecto colegio privado que favoreciera su ascenso social y le apoya incondicionalmente siempre.

El elaborado guion de Greed retrata desde pequeño su carácter indómito, la utilización de sus compañeros de clase y por ello también sus problemas de rechazo. El inquieto adolescente muestra una gran afición por juegos de magia y por todo tipo de juegos que le permitieran ganar dinero. Sus encontronazos disciplinares escolares encuentran el respaldo incondicional de su madre por lo que amparaba su desbordamiento personal.

Otras entrevistas de su biógrafo con personajes significativos van mostrando las caras de su personalidad ambiciosa y un muy particular sistema de valores. Claramente se trata de una biografía encargada al servicio del lucimiento del magnate.

Nick, el biógrafo mientras, va entrevistando a todo tipo de amistades, exempleados, trabajadores, familiares y quien se tercie para recoger facetas que ensalcen al billonario. Va a Sri Lanka para recoger una patética felicitación de las operarias de una fábrica textil, grabada para mayor autobombo del codicioso empresario. Hasta que una de las trabajadoras le muestra sus reales precarias condiciones de trabajo e infrahumanas viviendas sin agua potable.

*La construcción de su imperio de tiendas de moda

Desembarca en 1977 en High Street, distrito de la moda, para empezar a construir su imperio comercial. Sus métodos de compra de pequeñas tiendas, posterior liquidación y nuevas adquisiciones son materias de master para trileros.

Un minucioso guion describe como va creando un conglomerado de pequeñas empresas interrelacionadas en holding en torno a su divisa principal Monda. Bordeando lo legal desarrolla muy peculiares métodos de ingeniería financiera para cambiar de manos cuanta tienda de moda se pone por objetivo a comprar.

Como otras muchas grandes empresas europeas de famosas marcas de moda, el agresivo empresario también viaja a los países asiáticos para proveerse de la ropa ya confeccionada. Sus ensayadas y repetidas tácticas negociadoras de compras a precios abusivos bien podrían ser materia de enseñanza para explotadores.

Pronto se hace famoso en el gremio de los magnates de la moda al por mayor hasta tener que empezar a rendir cuentas ante la justicia. Lejos de achantarse, mantiene su proverbial flema inglesa para rebatir cuantas acusaciones le echan en cara por sus turbias maniobras en los negocios.

Greed complementa su visión con la personalidad de su mujer actual que disfruta de su gran poderío económico. No es casual que se conocieran jugando en el Gran Casino de Mónaco. Ella también muy ambiciosa y aficionada al lujo y la ingeniería financiera. Residente legal en el Principado para no tener que pagar impuestos sobre la renta.

Sus hijos también son descritos como ejemplares de curiosa observación. Los guionistas nos presentan a una hija que como las Kardashian quiere vivir de mostrar su vida en un reality show, rodando escenas de sus peleas de noviazgo. El hijo adolescente algo resentido por el poco caso que le hace el billonario se muestra ojerizo mascullando su resentimiento.

*Empieza la fiesta de Rick y su circo final

A cuatro días de la celebración de la gran fiesta, la trama se centra cada vez más en mostrar como también su personalidad autoritaria en sus preparativos. Paga sueldos miserables para los trabajadores búlgaros que están construyendo un anfiteatro para su fiesta romana en la isla griega.

Utiliza a varias familias de un pequeño asentamiento de emigrantes ilegales en la playa para que hagan de figurantes en su fiesta tras embaucarles para que terminen el anfiteatro. El circo, león incluido, como colofón de la gran fiesta de túnicas y figurantes así como dobles de famosos cantantes o actrices para vanagloria de Sir Richard Mc Cready (Ricky).

Vanitas vanitatis, mientras se deslizan algunas lecciones de ética en los negocios y los dineros. Son muy interesantes los datos reales mostrados antes de los créditos finales sobre las grandes desigualdades de la injusta distribución del dinero en el mundo. Es difícil mostrar mejor la miseria moral de quienes acumulan millones y su insensibilidad ante las infrahumanas condiciones de vida de millones de personas explotadas.

Al final, como en el carnaval de la vida se caen las caretas, cada personaje queda retratado con sus grandezas o sus miserias. La parte final de la película es la devolución de la sensatez tras tanto derroche moral ególatra. El emigrante sirio Kareem, Amanda joven de Sri Lanka criada en Inglaterra o el hijo adolescente Finn, son vértices del poliedro de la vida donde hay estrellas y estrellados.

*Conclusión

Greed es una película interesante por la carga ética que subyace ante el retrato nada exagerado del gran magnate, tiburón mortal de los negocios. Bajo la apariencia de una comedia festiva se encuentra una gran lección reflexiva en forma de película.

Correcta actuación del amplio elenco de intérpretes y figurantes así como la selección de canciones muy conocidas. La dirección es armónica y destacamos especialmente su guion. Mi recomendación es que la vean y reflexionen sobre su actitud ante el consumo de marcas famosas muy respaldas por celebrities y gran parte del público consumidor

Escrito por Fernando Gálligo