Semillas de rencor

Es para mi una de esas películas que se tienen que ver cuando a uno se le olvida porque puede llegar a tener rencor a alguien. En esta película se reparte por todos lados, xenofobia, homofobia, machismo, y todos los posibles actos similares que la raza humana vamos desenterrando.
Lo único que no hace sublime a esta película es tal vez la forma de llevar ciertas partes de la misma, pongo un ejemplo, el comienzo es el típico de universitarios que entran en hermandades para emborracharse, ya demasiado visto en películas de comedia, pero que no tenían que haberlo alargado tanto en esta película. Tal vez el final este demasiado cogido con hilos, me refiero al final propiamente dicho de la película, no al desenlace del mismo.
Critica muy acertada de lo que es la sociedad, de lo que hacen los jóvenes antes de tomar sus verdaderas decisiones, que les llevaran a ser el futuro.
Vemos a un Omar Epps (medico en la serie House), muy metido en su papel, ya apunta maneras este chico, me gusta su actuación, su forma de desenvolverse tan natural. Junto a el esta el siempre carismático Lawrence Fishburne, aun que tal vez el papel sea muy secundario el de este ultimo, a mi modo de ver. No es tan bueno el papel de la actriz principal Kristy Swanson, haciendo de la típica chica mona que le pasa de todo. Tal vez el mejor de esta película sea sin duda Michael Rapaport, muy al estilo de lo que son los americanos, armados, metidos en si mismos, y con ganas de usar sus armas contra la sociedad que los oprime.
Sí no la han visto, veanla, no saldrán decepcionados en ningún momento de este filme. Deja un buen sabor de boca sobre los variados problemas que tiene nuestra sociedad, tal vez más notables en la sociedad Americana.

Es cierto que recoge tópicos y lugares comunes, pero también que afronta valientemente el tema del racismo, con fuerza visual y compromiso. El mayor pecado de esta peli es intentar abarcar demasiado, y dos horas no dan para desarrollar pormenorizadamente todas las implicaciones que se derivan de la trama principal. Identidad racial, identidad sexual, identidad social... Esa es la esencia de la película, la búsqueda de la propia identidad y de los palos y piedras que te encuentras por el camino. Las interpretaciones son buenas, en especial Epps y Rappaport. Demasiado ambiciosa y por ello puede decepcionar un poco, pero muy valorable por lo que plantea y el debate que genera.

John Singleton director afroamericano, se dirige fundamentalmente a un público afro, como lo hace su predecesor y maestro Spile Lee, pero sin su talento y afán de experimentación. Intenta dar su propia versión del conflicto racial como lo hizo Spike Lee en la espléndida Haz lo que debas.
Semillas de rencor fue una obra que en su momento creó cierta polémica y expectación por la temática del odio racial que afrontaba, así como más tarde la más acertada American History X.
Singleton sitúa el conflicto racial en una universidad de EEUU, lo que ya es un error. El director adereza el ambiente pre-conflictual con las tópicas historias de identidad sexual, y personal. Tenemos a una lesbiana con bigote, un deportista negro, un guay, una chica violada, unos esbirros, un malo nazi inteligente y sus amigos tontos y manipulables y un débil que acaba como nazi . Todo se presenta de forma groseramente simple y exagerada en todos los sentidos. Los personajes son meros estereotipos y se mueven como tales y la resolución es absolutamente irreal que provoca el sonrojo y el estupor.
Las esperanzas depositadas en que un director negro reflexionase sobre el tema del odio racial, se evaporan con el avance del metraje y todo se queda en una absurda bacanal de tópicos y simplezas propias de un director tan ambicioso como inepto.

John Singleton vuelve a lo mismo de su correcta opera prima "Los chicos del barrio", pero en este caso el resultado no está a la altura presagiando ya lo que sería la continuación de su filmografía.
Excesivamente convencional y simplista.

En los 90 el cine político dirigido por afroamericanos se encontraba en buen momento gracias al impulso proporcionado por el éxito de Spike Lee. En este contexto, John Singleton se marcó un puntazo con esta magnífica película.

Película coral, al más puro estilo “Crash”, “Vidas cruzadas” o “Magnolia”, con un excelente guion del propio Singleton, contaba también con un reparto muy ajustado, una música de primer nivel (memorable la escena íntima entre Kristy Swanson y una bellísima Jennifer Conelly al son de “Butterfly”, de Tori Amos), y trataba con inteligencia varios temas que siempre interesan al espectador: el racismo -que deriva en rencor y violencia-, la identidad sexual, la importancia de la educación… Una cinta tan dura como emotiva, tan comprometida como necesaria en cuanto tema de reflexión.