Los seres queridos

100/43(28/03/11) Irregular sátira irreverente centrada en el mundo de las funerarias. Es una cinta partida en dos, en la primera conocemos a Dennis Barlow (buen Robert Morse), un muchacho inglés que ha ganado un viaje a Los Ángeles y decide hacer una visita a su tío Sir Francis Hinsley (correcto John Gielgud ), este tras muchos años trabajando para un estudio de cine es despedido, sufre una depresión y se ahorca. A partir de aquí comienza la otra parte, la más sustancial, Francis es enterrado en un onírico lugar, Claro de Susurros, unas instalaciones idealizadas para parecerse al paraíso, con manantiales, estatuas o jardines, regidas por una Orden Religiosa, un sitio ideado para los más pudientes, comandado por el demagogo Reverendo Wilbur Glenworthy (buen Jonathan Winters), allí Dennis conoce a Aimee (Anjanette Comer), una joven bella e idealista que es muy seguidora del dogma impartido en Claro de Susurro, Dennis se enamora de ella pero tiene que luchar por su amor con un embalsamador del lugar, Joyboy (buen Rod Steiger). Dennis encuentra trabajo en un cementerio de mascotas donde tiene como jefe al hermano de Wilbur, Henry (también interpretado por Jonathan Winters). La cinta alterna buenos momentos con otros flojos, no resulta el ritmo equilibrado, no termina de enganchar, le falta fuerza al relato, todo resulta una bufonada muy bien ambientada, pero que le falta mesura para fascinar, los personajes son caricaturas que rebasan la fina línea de la cordura, con lo que es difícil empatizar con su surrealista historia y te deja frío su disparatada evolución. Podría haber sido mejor, pues hay ideas muy aprovechables y divertidas por su corrosivo humor negro, pero se deja ver con agrado pero sin dejar calado. Fuerza y honor!!!

Las novelas de Waugh suelen tener unas contantes de surrealismo y humor absurdo bastante elevadas, que se plasman en esta película.

El problema es que lo absurdo sin gracia acaba resultando aburrido y chirriante, lo cual convierten a este film en algo insoportable, y aunque se que nado contra corriente ya que las puntuaciones hasta ahora recibidas por la película son buenas, aquí no puedo decir mas que lo que pienso, mala, mala.

Pd: El único interés, los cameos de algunos grandes de Hollywood a lo largo del film.

La película es una ácida, inteligente, macabra, despiadada visión sobre Los Angeles o la Meca del cine o unos ciertos Estados Unidos vistos con ojos europeos. El cine por dentro, el negocio funerario tanto de personas como de animales (los seres queridos del título), los predicadores estrella, etc..

Con personajes y ambientes delirantes; la maquilladora, un inclasificable Rod Steiger haciendo de arreglador de muertos, su madre, el periódico y su consultorio, el matrimonio que discute por el enterramiento del perro, un extraordinario John Gielgud, el mundo de "prados rumorosos", en fin una colección de infinitos detalles de una considerable mala leche. Quizás lo que resulta menos es el protagonista, que al fin y al cabo cumple con su papel, Robert Morse, al que acabo de ver en una foto reciente y despues casi cincuenta años, está igual. (veo que figura en el reparto de la serie de TV "Mad Men")

Dirigida con el interesante director inglés Tony Richarson representante del movimiento llamado "free cinema" (1950-1960). Cada plano está realzado por una planificación excelente y apoyado en una gran fotografía, ambos indisolubles del resultado final. Y la película vuelve a sobresalir por argumento, dirección y fotografía.

Hay que tener presente que está película en ocasiones se proyecta de forma visualmente lamentable.

http://cinequeveo2.blogspot.com.es/2011/08/los-seres-queridos-1965.html

Durante la preview que se hizo para los ejecutivos de la Metro Goldwyn Mayer, cuando avanzaba bastante la proyección, estos comenzaron a cuchichear entre ellos en forma que delataba su inconformidad con el argumento de la película… minutos después, uno de ellos abandonó la sala… luego otro… y otro… fueron levantándose con expresión de total molestia. Entre tanto, el director Tony Richardson -quien observaba desde lo alto de la sala-, contenía una carcajada, pues, su película “LOS SERES QUERIDOS”, estaba teniendo justo el resultado que él deseaba.

Creo que, como yo, hay muchas otras personas a las que no nos duele que haya ricos, que otros tengan más que nosotros y que disfruten de cosas que jamás nosotros podremos disfrutar, pero, lo que sí me duele, y creo que también a otros, es ver a ciertos ricos (abundan entre los actores de cine, políticos y banqueros), compre que compre chécheres inútiles (sus casas parecen bodegas), y asumiendo unas excentricidades y ostentaciones que dan grima porque llegan hasta el ridículo, porque hacen lo que sea para preservar su reconocimiento y, sobre todo, su presencia en las páginas de los medios.

Cuando el inglés, Evelyn Waugh, publicó su novela “The Loved One” (1948), en ella cargó todo su humor negro contra Hollywood y contra el negocio de las funerarias, a los que asocia muy estrechamente, mostrando necios y estrafalarios a los que juegan con celuloide e inescrupulosos y oportunistas a los que negocian con la muerte… y contra ellos, lanza sus mejores dardos como ya lo había hecho contra la sociedad británica.

Con Richardson, otro iconoclasta, Waugh pudo llevarse muy bien, pero, por un mal entendido, el escritor terminó solicitando que su nombre fuese retirado de los créditos, petición que no se le concedió por improcedente.

¿Y cuál es la historia que se nos cuenta? Podría decir que se trata de un inglés, aspirante a poeta quien, tras el suicidio del tío que lo acoge en Los Angeles, en la casa funeraria conoce a la singular Aimée Thanatogenos (traducible entre letras como ‘la que ama la muerte’), quien, por los consejos de un irreverente periodista, más que por lo que ella misma siente, mantiene con él una indefinible relación.

Ella trabaja en el parque-cementerio Whispering Glades, donde de empleada asistente es “ascendida” a nueva embalsamadora, y Dennis, su pretendiente, está dispuesto a casarse siempre que, ella, sea la que merque. No es lo que se diga una historia apasionante, ni nada que haya escrito Emily Brontë o Jane Austen, pero, entre imagen e imagen, las instituciones son deliciosamente ridiculizadas con sus especiales absurdos y ciertos especímenes humanos muestran su, cómo diríamos… fragilidad entre su aparente fortaleza.

Sólo con ver a Rod Steiger como el inefable Joyboy, a su glotona madre (Ayllene Gibbons) y al exitoso consejero de corazones (Lionel Stander), ya estamos compensados, y podemos sentir que la sociedad de los seres anónimos y de los que apenas tienen lo imprescindible, quizás no esté tan descompensada como parece.

Para ilustrar que tenemos muy cerca a Hollywood, y que de él se habla, breves apariciones de James Coburn, Roddy McDowall, Robert Morley, Dana Andrews y otros reconocidos nombres.

Con “LOS SERES QUERIDOS”, Richardson ha pretendido darle a mucha gente una patada en las posaderas. El que la sienta, que se levante y despierte… porque la insensatez nos está hundiendo en el fango.

Escribir una crítica sobre semejante film es bastante complicado, ya que esta película tendría que estar en los puestos más altos de lo que se definiría como freak.
Al personaje principal parece que a veces le faltar un hervor y es que parece que ha venido de otro planeta porque parece vivir en una especié de inopia.
El protagonista es un tipo raro, pero nada que ver con la fauna del mundo de las funerarias, y es que allí si que entramos en los más surrealista que jamás he visto. El film no sabes si es comedia negra o si es una peli con toques de terror. El personaje de Anjanette Comer es sin duda único ya que su aura de misterio te hace quedarte pegado a la pantalla.
Sin duda los cinco minutos finales son de auténtica traca, y es que son el broche de oro para una película que se quedará pegada en la retina de un espectador para bien o para mal.