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Verano violento

Drama 1943. Carlo y su pandilla pasan el verano entre bailes, excursiones y juegos en la playa. Gracias a su influyente padre, Carlo se está librando de entrar en el ejército. Se está enamorando de Roberta, una mujer mayor que él y la relación parece progresar. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
30 de mayo de 2012
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película, plena de emoción y sufrimiento. Una historia de amor difîcil, sugerida mediante el juego de las miradas, los gestos y la atmósfera ambiental que envuelve a lor protagonistas: unos elementos básicamente cinematográficos que no siempre se tienen en cuenta, sepultados por el torrente de diálogos que habitualmente los sustituyen. Para ello, naturalmente, hay que ser un buen director y Zurlini demuestra serlo, pese a tratarse de una obra de juventud. Aunque consigue una pelîcula sincera y hermosa, no llega a los logros alcanzados en Crónica familiar o La primera noche de la quietud, las mejores obras de este boloñés de corta pero intensa filmografía.

Son dignas de recordar toda la secuencia del baile, precedida del juego con los asientos en el circo; la noche de amor en la playa y la secuencia final en la estación de tren, muy bien rodada, cuando el protagonista se da cuenta de que lo que hace imposible su amor no es tanto el tiempo de la diferencia de edad, sino el tiempo histórico, cruel y trágico, que les ha tocado vivir.
drelles
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23 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de amor es interesante y creíble, pero lo más importante es cómo refleja el hecho de que los hijos de la burguesía y los jerarcas fascistas se libran de la la II Guerra Mundial, iban obreros y campesinos.
El contraste, en este sentido, entre el plácido verano en la costa y la guerra como telón de fondo es lo mejor de este buen film.
Impactante la aparición de un irreconocible Enrico Maria Salerno.
Quizá el único problema es que presta más atención al romance que a la situación social y a la guerra.
Pedro
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19 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de irse de farra con Vittorio Gassman en La escapada (1962), de Dino Risi, Jean Louis Trintignant vive una intensa historia de amor con Eleonora Rossi Drago en Verano violento (1959), una película muy bonita y desgarrada que Valerio Zurlini dirige con su habitual sensibilidad. Verano violento tiene lugar durante la segunda guerra mundial en un pueblo italiano donde los jóvenes pasan el estío alegremente, ajenos al drama bélico. Sin embargo, Carlo se enamora de Roberta, reciente viuda de un militar, y se rompe la burbuja en la que vive.
Juan Pais
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6 de septiembre de 2022
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Se estructura mediante situaciones o hechos que se van repitiendo a lo largo del film y que también se cierran una vez abiertos. Un intento de bombardeo sobre una playa italiana en el año 1943 abre una relación de amor entre un joven llamado Carlo y una mujer viuda cuyo marido ha muerto durante la contienda. Es curioso como cada vez que los dos amantes se encuentran lo hacen delante o detrás de barrotes o vallas.

En la primera vez que Zurlini los retrata con este elemento de por medio lo hacen detrás (primero de una valla y después de la verja de la casa de la viuda) poniendo un muro a su posible relación. Después, y en repetidas ocasiones, vuelven a verse envueltos de este factor pero esta vez siempre detrás de ellos, dando a conocer al espectador que no hay trabas entre ellos y que la única posibilidad de no relación pueda venir de lo que los unió.
En muchas películas del cine italiano la 2a Guerra Mundial tiene lugar como fondo de las historias con sus causalidades y casualidades y siempre de una manera que no entorpece el relato principal pero que siempre revolotea en la atmósfera del film, esta vez dotando de violencia tapada y de crispación cada elemento. De hecho Carlo es hijo de un influyente hombre fascista y ese peso lo arrastra hasta el final.

Otro hecho doble que ocurre en el film y que cierra una posible relación entre Carlo y Rossana (una chica del grupo de amigos que flirtea con el joven) es cuando vemos a los tres personajes en pantalla pero desde diferentes puntos de vista. Si analizamos los fotogramas, en las diferentes escenas donde aparece ese amor entre ambos, vemos que la disposición geográfica es la misma solo que cambia el lugar de la cámara, una abre una relación y la otra la cierra. Una película que además cuenta con la fotografía en blanco y negro de Tino Santoni, fotógrafo habitual de Matarazzo o de Rossellini (incluso de Rovira Beleta en la extraordinaria El expreso de Andalucía) y que ejerce un notable trabajo sobre los rostros y jugando con las sombras de árboles, rejas o ventanas de forma nada arbitraria. Un 7.
Mag61
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2 de febrero de 2023
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22/22(24/01/23) Interesante melodrama romántico enmarcado en plena WWII. Es el segundo largometraje en la dirección del boloñés Valerio Zurlini que adapta el guión de Suso Cecchi d'Amico (“Ladrón de bicicletas” o “El Gatopardo”) y Giorgio Prosperi (“Los 100 caballeros” o “Lazzarella”) basándose en una idea original del director, inspiración que encontró en su propia estancia en Riccione, cuando era estudiante en mismas condiciones que su despreocupado personaje y le marcara con un antes y después, no sólo a nivel personal, sino como un instante que se prolongara en el mundo. Con el argumento de la una historia de amor entre el joven hijo de un prominente fascista que esquiva el reclutamiento, interpretado por un notable Jean-Louis Trintignant, y la viuda de un oficial naval, mayor que él, interpretada por esplendorosa Eleonora Rossi Drago, ambientado en el balneario italiano de Riccione en julio de 1943, en la época de la destitución de Benito Mussolini, durante la invasión aliada de Sicilia en la Segunda Guerra Mundial, generando conflictos que hacen su relación difícil en medio del conflicto militar, de donde él espera escapar al reclutamiento forzoso, donde ella tiene una familia contraria a la relación, primero por el puritanismo de guardar el luto, y luego por ser él de una familia fascia, un Amor en el fin de una era, donde el futuro es inquietante, un Amor con claro sino fatalista, un Amor que entre explosiones, nace durante un bombardeo (en la playa) y tiene su clímax sobre otro (en una estación de tren). Zurlini demuestra gran pericia en componer momentos emocionantes, creando un aura de sentimientos a flor de piel basado gran parte de él en las miradas, en los gestos, más en lo que no se dice, donde Zurlini edifica una atmósfera turbadora de sentimientos a flor de piel en el escenario de un micro universo que colapsa.


Durante el verano de 1943, Carlo Caremoli (Jean-Louis Trintignant), hijo de un fascista, llega en tren a Riccione, una población de la Romaña italiana, acompañado de sus amigos a pasar unos días de juerga, ajenos a la guerra en la que está inmerso el mundo. Carlo conoce a Rossana (Jacqueline Sassard), con quien comienza un flirteo. Pero la guerra se hace presente. Durante la confusión que provoca el vuelo bajo de un avión alemán, una niña, Colomba, se pierde, lo que da pie a que Carlo conozca a Roberta Parmesan (Eleonora Rossi Drago), madre de la niña y viuda de un héroe de guerra, con quien empieza una nueva relación. La caída de Mussolini provoca que las casas de los líderes fascistas sean asaltadas y el padre de Carlo se ve en la situación de tener que escapar.

La peli se convierte en un retrato de personalidades encontradas, entre las que surge el Amor. Roberta es una superviviente de una casta decadente aristócrata que comulga a la fuerza con el poder vigente fascio. Su madre personifica lo ancestral de su mundo agonizante. Una joven viuda presa de su condición a la que no se le permite enamorarse de nuevo, debe obediencia de vida y muerte a su héroe marido fallecido, presa de su condición de madre, que la postra cual santa monja a la que no se le está permitida la apetencia sexual. Todo ello lo embiste una radiante Eleonora Rossi Drago, capaz de desbordar la pantalla con su sensualidad aunada con unja sutil fragilidad en su carácter, notable; Carlo es un joven ocioso, diletante, despreocupado que disfruta del verano ajeno a la guerra, ‘un hijo de papa’ fascio (relación esta que es una de las fragilidades del film, se apunta, pero no se entra en las motivaciones de uno y otro, él porque un fascio convencido no quiere que orgulloso que su hijo tenga la oportunidad de defender a Mussolini, en este aspecto es demasiado esquemática), protegido por este de ir al entente bélico, goza de estar con un grupo de amigos, de estar con una medio pareja cuasi adolescente, aunque anhela algo más, y esto lo halla en la madura y hermosa Eleonora. Trintignant le da vida con su habitual mesura, creando a un ser nihilista, al que sentimos encuentro sentido a la vida con ella, estupendo; Un amor cargado de pasión, con el binomio con mucha química, saltando chispas entre ellos, con situaciones por momentos operísticas, como demuestra el mejor tramo del film durante la fiesta nocturna de jóvenes, con el tema de fondo “Temptation” el baile entre los dos pre-amantes, con esa salida de ella al jardín, como posteriormente le sigue él, los dos se miran y se besan por vez primera, tras lo que vemos en un precioso y neurálgico plano a la pareja de Carlo en alto observando herida la escena, tras lo que sale corriendo, y el deseo y el Amor ya no se podrá parar, Amor que es como un Oasis en medio del caos de la Guerra. Como es muy lírica-romántica la noche en la playa

Zurlini despliega un gran sentido estético para proyectar este Amor, muy alegórico en sus metáforas visuales, como son los primeros encuentros entre Eleonora y Carlo siempre con barrotes o verjas de promedio, cual barrera a superar por ambos para poder estar juntos, pero cuando ya comienzan su relación son ambos los que están cercados, cual si ahora fueran presos de su Amor prohibido, todo esto apoyado en una muy hábil cinematografía en glorioso b/n que sabe proyectar sensaciones del DP Tino Santoni, que además tiene el buen gusto de exhibir prodigiosos primeros planos de la beldad de Eleonora, amén de exponer algunos elementos expresionistas con las proyecciones de sombras, siendo preciosista en las tomas de noche.

Zurlini ofrece secuencias de gran valor dramático, como es la de la gente en la playa disfrutando entusiastamente del jolgorio vacacional, bañándose, tomando el sol, jugando en la arena, y esto lo contrasta con un ataque de aviones, cayendo las bombas contra este lugar anclado en medio de la nada que es la playa, una impostada felicidad estando en el centro de la Guerra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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