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Un escándalo de Estado

Thriller. Drama Octubre de 2015. Los agentes de aduanas franceses se incautan de siete toneladas de cannabis en el corazón de la capital. El mismo día, Hubert Antonie, un antiguo topo con un pasado nebuloso, contacta con Stéphane Vilner, periodista de Libération. Asegura que puede demostrar la existencia de un narcotráfico de Estado liderado por Jacques Billard, figura mediática y policía francés de alto rango. Aunque al principio se muestra suspicaz, ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
2 de octubre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante pero algo farragosa película, que narra acontecimientos verídicos en torno a la distribución de la droga en Francia, España y otros países, con conexiones con la mismísima cúpula de la policía francesa y altas instancias gubernamentales.
El problema del film es que es muy denso y en dos horas pretende y no siempre consigue, mostrar claramente los vericuetos socio-políticos de un problema que se acrecentó de forma exponencial y que tenía muy difícil solución a causa de la mediación de diversos países con claros intereses económicos que les otorgaban pingües beneficios.
De Peretti, adaptando el libro de Hubert Avoine, personaje protagonista del filme, junto a Emmanuel Fansten, logra en ocasiones clarificarnos la génesis de todo, con la escena con el juez español explicando cómo con el GAL comenzó todo lo relacionado con la distribución fácil y consensuada de la droga en España. Pero también existen momentos alambicacos, con muchos diálogos, donde a veces los árboles no dejan ver el bosque.
Con todo, a pesar de su irregularidad mantiene la atención del espectador, que no obstante y debido a la densidad del argumento, no puede, por mucho que lo intente, abarcar y absorver todo cuanto ve y oye.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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23 de julio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una policíaca con la acción en los diálogos, oero un poco desconcertante.

En esta película, rodada a medio camino entre película y documental, acaba teniendo una narración algo confusa y compleja: expone los múltiples puntos de vista de periodistas, de la justicia, del informante, de la policía e intenta hacerlo sin artificios, aunque resulta un poco lioso debido a que quizás hay demasiada información, entrecruza la historia de alante a atrás y no deja claro cuál ha sido la realidad.

Utiliza planos secuencia, diálogos muy naturales, que parecen de documental, buenas actuaciones tanto de los protagonistas como de los secundarios...
pero nos quedamos sin respuesta...

El informante tiene muy buena argumentación, con pruebas documentales y hechos en los que ha participado. No obstante no se muestra su intención. Por qué tira ahora de la manta.

El juicio final tiene una escena de argumentación policial, realizada excelentemente por Vincent Lindon, que parece irrefutable pero que ya sabemos que puede desmontarse con lo visto en la película hasta ese momento.

No conocemos la intención de unos y otros, si quieren acabar con sus enemigos, si lo hacen por honestidad moral, si una mezcla de los dos....

Es una película sobre el poder de la palabra, más que de espionaje, aunque al final no quede nítidamente clara cuál es la realidad.

La película se presenta como pura ficción, sin embargo, su guión se inspira en el libro L'infiltré, donde se relata una investigación identificando a exministros.
Es esa mezcla de ficción y realidad que decía al principio, como película y como documental, con bastante buen resultado, permite conocer el periodismo de investigación y comprender cómo se realizan las investigaciones que involucran a personajes que están en el poder.

Pero, el misterio queda para resolver por parte del espectador, que tendrá que decidir o juzgar qué ha visto.
AngelsRup
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22 de julio de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thierry de Peretti es un polifacético artista francés que se mueve entre la dirección de cine y de teatro y la interpretación. En las películas que dirige apuesta por plasmar la realidad acercándose lo más posible a la verdad de las cosas.

En Un escándalo de estado dicha pretensión se convierte en el eje del propio film ya que adapta, muy libremente según el aviso inicial, el libro L’Infiltre, de Hubert Avoine y Emmanuel Fansten. En él, se recogen las revelaciones de un infiltrado de la policía francesa que denuncia al máximo responsable de la agencia antidroga de traficar. En la película, el informante, interpretado con solvencia por Roschdy Zem, encuentra en un periodista del mítico diario Liberation su altavoz para que su historia salga a la luz y desenmascarar al responsable, Jacques Billard, al que pone cuerpo y voz un apático Vincent Lindon.

El resultado es una película demasiado larga, demasiado confusa y, aparentemente, bastante pretenciosa. Para alejarse de los relatos de intrigas y corrupción de Hollywood, Peretti y Aptekman ralentizan la narración con escenas larguísimas repletas de paisajes y vacías de contenido. Los diálogos, o monólogos, saltan de tema, de espacio y de tiempo, añadiendo una mayor confusión a la que la propia trama conlleva.

Cuentan a su favor con unas interpretaciones verosímiles (a pesar de lo complejo del guion) que dan naturalidad a las escenas e impiden que el espectador se desligue totalmente del galimatías al que está asistiendo. Las conversaciones sobre la verdad, la coherencia, el bien común etc… abren la puerta a algún tipo de reflexión, que nunca viene mal, pero los saltos a los que el montaje nos somete dificultan que pueda establecerse ese coloquio entre el largometraje y el público, que es zarandeado por la verborrea mediática, adormecido en Marbella o tiroteado en Marsella.

www.contraste.info
Revista Contraste
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19 de septiembre de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La realidad supera a la ficción

Un escándalo de Estado está inspirado en el libro "El Infiltrado" de Hubert Avoine y Emmanuel Fansten, con referencias, a su vez, a la figura de François Thierry. Policía francés, a quien se le acusó de vínculos con el crimen organizado cuando ejercía como jefe de la Oficina Central para la Represión de Tráfico Ilícito de Estupefacientes OCRTIS, por sus siglas en francés.

Al principio de la obra, se puede ver un aviso de advertencia por parte de los productores, en donde se reafirma que los personajes son completamente ficticios.

*Periodismo de investigación

Un escándalo de Estado hace que logremos creer en ese periodismo de investigación. Una estirpe que deja profundas satisfacciones cinematográficas como el caso Watergate, llevada a la pantalla como bajo el título de Todos los hombres del presidente. El Quinto Poder, película que habla sobre las filtraciones de información realizadas por Julian Assange.

Con un periodismo cada vez más dependientes de grandes corporaciones o de las directrices de los Estados, resulta destacable un profesional que escriba en los tabloides sobre un tráfico de drogas que es respaldado por altos funcionarios. Casos como estos no solo ponen en peligro la carrera, sino la vida. El asesinato de periodistas que van “más allá” está solventemente retratado en la película Verónica Guerrin, cuya investigación también se fundamentaba en el tráfico de drogas.

El infiltrado, personaje clave del relato, cuenta los detalles de las relaciones entre el gobierno y el narcotráfico.

*Fotografía claustrofóbica y misteriosa

Un escándalo de Estado está filmada en 1:1.33, esto quiere decir que la imagen es más cuadrada que aquella rectangular y panorámica que vemos regularmente en los cines. Más parecida a los televisores antiguos que a los nuevos. Esto crea una atmósfera de encierro y limitaciones que se ponen al servicio de la historia entre dos fuerzas que se oponen: un periodista que intenta descubrir y un Estado que pretende ocultar. Una fotografía realista que se apoya en las sombras para darle a todos los personajes un lado oscuro, idea central del tono de la película.

Un escándalo de Estado tiene todos los elementos de aquellos policiales que mantienen al espectador a su asiento hasta resolver todas las inquietudes planteadas, sin embargo, tiene ritmo irregular. Es tanta la información que una pequeña falta de atención puede hacer que el espectador pierda el hilo y se sienta frustrado los siguientes minutos al no entender muy bien lo que sucede. En pocas, perderse en un entramado tan profundo es cosa fácil.

España como país fronterizo de Francia, no escapa de responsabilidades dentro del argumento de la película y quizás, de las escenas más interesantes es aquella que detalla la colaboración con tintes oscuros entre estos dos países desde los tiempos de la Guerra Civil española a la actualidad.

*Conclusión

Un escándalo de Estado tiene un argumento interesante e inquietante. Difícil de seguir y necesita altas dosis de concentración por parte de quien la mire. Por suerte en los últimos minutos se brinda un buen resumen de todo lo que ha pasado y deja un turbio mensaje que nos dirige a todos hacia una “oscuridad” inevitable.

Escrito por Glen Ariza
Cinemagavia
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