El regreso a las cavernas (TV)

Así es como se podría definir en pocas palabras esta TV movie del señor Larry Clark, el señor de los excesos que, haciendo gala de su peculiar estilo, nos inmiscuye aquí en una historia sin demasiada chicha, vamos, más tópica que los escarceos de cualquier famoso made in Spain con la prensa.

Puede que el único interés de "El regreso a las cavernas" consista en observar como Clark intenta, por una vez, enfatizar en los sentimientos y conflictos que aquejan la pareja de malos malignos, pues más allá no hay nada que resulte digno de mención: La típica pareja que desconfía, los demás que pasan por el aro, y las muertes que se suceden una tras otra sin demasiado estruendo gore pero con la suficiente sangre y vísceras como para que más de uno disfrute viendo como caen uno tras otro los personajes que participan en la historia.

Quizá resulte entretenido el film que nos brinda Clark en esta ocasión, pero también resulta tan inverosímil como justito en el momento de desvelar sus intenciones, cosa que hace de esta TV movie un esparcimiento tan fallido como olvidable. Eso sí, por lo menos no es su peor film, que ya es algo.

Sinceramente desconozco la filmografía de Larry Clark, por lo que solo voy a opinar acerca de este telefilm. Lejos de ser una obra maestra o trascendente (no creo que se pretenda eso), la historia sí tiene algo que contar, la idea del que pasará después del fin de la civilización como la conocemos, un nuevo comienzo... en ese aspecto creo que está bien encaminada. También es cierto que hay ciertas escenas de sexo o desnudos que no vienen al caso, y que están metidas con calzador, pero los protagonistas son jóvenes y quieras o no el sexo es vital en esos años.

Hay violencia, algo de gore (algunas muertes están realmente bien hechas) y dura lo justo para no llegar a aburrir en ningún momento

Me hacían reír, y lo siguen haciendo, los que critican al cine de Clark como inmoral, sucio, obsceno, cuasi pornográfico. Pero con esta película, Larry Clark, les ha dado nuevos argumentos para llenarse la boca, para regodearse de placer viendo hundirse despacito a este "blasfemo". Esta vez la crítica no tiene ya que ver con la crudeza, sino con la pobreza, no tiene que ver con lo anormal, sino con la incoherencia. Les dio letra a los cuadrados para que ataquen por todos los flancos. Hoy los retractores del director se regocijan, ya no hace falta hablar, solo con que alguien mire la película le va a cerrar la persiana.

El Universo de sus películas es siempre el mismo: sexo, jóvenes, violencia, drogas. A Larry le encanta relatar el submundo, los bordes, lo que toda sociedad trata de ocultar. La posibilidad de contar historias sobre esto es infinita, pero yo me pregunto, ¿hacía falta semejante estupidez?. El regreso a las cavernas, es el regreso del autor a la hoja en blanco, a la falta de ideas.

Mi humilde consejo: Si tu intención es explorar la obra de Clark, no mires esta película, o déjala para el final. Si mirás esta película sin ver ninguna antes, ten en cuenta que las anteriores no tienen nada que ver con esta y que sí valen la pena ser vistas: Tu decides!!

Larry Clark se hizo popular gracias a sus primeras películas, en las cuales desgranaba los sinsabores de una juventud promiscua, violenta y drogodependiente. Es por ello que puede chocar su nombre en una producción que nos muestra un futuro desolador, un futuro en el que los seres humanos vuelven a vivir como sus prehistóricos antepasados.

Pero no, el director, fiel a sus inicios, pronto transforma esta post apocalíptica cinta en una sucesión de excesos sexuales y adicciones varias. Ello sucede cuando el protagonista y un grupo de amigos escapan al matar al padre de éste, líder de su estricta tribu, siendo rescatados por Neil (Richard Hillman) y Judith (Tiffany Limos), una pareja con oscuras intenciones. Ellos les iniciarán en el sexo, a la vez que experimentarán con ellos, algo que acarreará sangrientas consecuencias.

Lo que podría haber sido una curiosa cinta de ciencia ficción desemboca en una sucesión de pechos, culos y vísceras, acompañados de una dirección plana, unos irregulares efectos especiales, unas pobres interpretaciones (incluido un Andrew Keegan al que el papel de héroe le viene muy grande) y un tedioso devenir de la historia. Una curiosidad en la carrera de Clark y una atípica producción televisiva en la que destaca su, muy manipulada, fotografía. Lamentablemente, poco más llama la atención de esta desangelada producción.

Partiendo de una idea que pudiera ser original e interesante, el señor y excéntrico Larry Clak mata el guión con abuso de escenas innecesarias y diálogos besugueros. Pocas son las actuaciones salvables y muchas las ganas que hay que tener para terminar de ver una historia que por momentos se hace más absurda y desconcertante. Clark termina llevándonos a momentos de gore de los de antes, aquellos ochenteros que hicieron de películas como “Braindead” (Peter Jackson, 1991) algo inolvidable. Y por esos momentos en los que me reí con gusto, le doy las pocas estrellas que se merece.

Amigo Larry… regresa a las cavernas y no asomes más tu hocico.