La primera cita

Una de las dolencias más denigrantes para quien la padece, aunque la mayoría de las veces ni siquiera sea consciente de ella.

La pérdida de la propia identidad, la rescata Jesús Ponce construyendo diálogos que hubieran podido acometer desde la elocuencia de la imagen. Los actores ejecutan el trabajo desde una posición clasicista, impostada, y sin excesiva emoción, lo que resta autenticidad.

Es una lástima que una premisa tan brillante, de argumento honesto y cercano al espectador, se halla desvanecido en secuencias cargadas de frases, que dichas... semejan vacías.

Con escasos medios ha contado el director sevillano Jesús Ponce para desarrollar esta historia desoladora y bastante sensible sobre la enfermedad del alzheimer.
Isabel Ampudia y Sebastián Haro (Isabel y Sebastián en la película), dos actores que han acompañado la filmografía del director interpretan a un matrimonio largo bastante desgastado. Él es un militar prejubilado egoísta y que jamás se ha preocupado de hacer feliz a su mujer. Ella sola y conformada en una vida triste le diagnostican alzheimer, algo que revela en ella una personalidad escondida que él desconocía.
Los actores consiguen hacer creíbles los personajes, pero el guión tiende a repetirse bastante en varias escenas, supongo que para darle más carga dramática al film. 
No obstante el mensaje de que Sebastián por culpa de la enfermedad de su mujer comienza a cambiar para mejor y que desvele a Isabel en su pasado ciertos secretos ayudan un poco a que la historia avance.
También la enfermedad está tratada con bastante respeto mostrándonos la cara más amable.
Destino Arrakis.com

«La Primera Cita» una película que con el Alzheimer de fondo en realidad es una reflexión sobre las oportunidades perdidas, los errores pasados, el maltrato, desprecio diario y el aprender a amar, ser feliz y hacer feliz.
Muy recomendable.

Da gusto descubrir pequeñas joyas como esta, película sencilla pero con unos diálogos muy pensados, calibrados, con humor y mucho trasfondo; con unos actores que llegan hondo.

Si al acabar de ver la película no tienes unas ganas inmensas de disfrutar, compartir, ser feliz... es que no tienes alma....

Película de muy bajo presupuesto y, precisamente por eso, de muy alta relevancia.

Si al acabar la película no tienes unas ganas inmensas de compartir y ser feliz es que no tienes alma...

En “La primera cita”, Jesús Ponce nos regala un melodrama amable y emotivo, lleno de momentos tiernos, profundamente humano y que atrapa y emociona al espectador desde la primera escena. Es una película sin complicaciones, con una historia lineal y perfecta, llena personajes creíbles, sencillos y empáticos. expresada en un guión que fluye sin tropiezos hacia un final emocionante y conmovedor.

La historia se sustenta en dos personajes perfectos a quienes Jesús Ponce ha sabido dotar de una humanidad y credibilidad que trasciende el arquetipo, especialmente en el teniente Haro, que a pesar de encarnar unos defectos muy asociados a la época y a la profesión militar, no resulta estereotipado en ningún momento.

Isabel Ampudía reviste su personaje de una ingenuidad alegre que te atrapa enseguida y resta dramatismo a la representación de una enfermedad tan terrible y despersonalizadora como el Alzheimer. Sebastián Haro está sencillamente magistral. Su personaje emociona en todo momento y conmueve en la maravillosa escena final. Sebastián Haro consigue que empatices de manera casi inmediata con el “terrible” teniente Haro y que resulte creíble que, quién trató a su mujer con absoluto desprecio e indiferencia, hoy la llene de atenciones y caprichos, descubriendo un amor tardío, sincero y conmovedor.

Vista en el Festival Iberoamericano de Huelva, antes pasó por el Festival de cine europeo de Sevilla al parecer con estupenda recepción.
Es una alegría que en un festival tan ajustado como el Iberoamericano tuviéramos la oportunidad de acercarnos a la nueva obra de este director tan peculiar que nunca da puntada sin hilo.
Salvo excepciones, Ponce desde aquella "15 días contigo" ha dado una película tras otra con unos niveles de humanidad y una calidad en sus guiones que no chocan con el interés en ningún caso.
La entretenida historia de esta peculiar pareja (cuya peculiaridad consiste precisamente en ser normales en este país) muestra una serie de realidades que todos conocemos y que el director, al igual que en otras películas, nos las pone delante para que las veamos, porque de tan frecuentes ya no las vemos.
Imposible no caer rendido a la interpretación de Sebastián Haro, ese militar jubilado antes de tiempo que nunca ha hecho nada en su vida. Pero sobre todo, imposible no rendirse ante las dos actrices: una inmensa Isabel Ampudia que interpreta a un ama de casa feliz en su tragedia que quiere vivir con una sonrisa a toda costa y una Mercedes Hoyos que en su madurez se asoma al abismo de su vida.
Nunca el mar andaluz fue tan triste y tan bonito al mismo tiempo en una pantalla.
Ver esta película fue una alegría y descubrir un tesoro en una tarde de lluvia en Huelva, en un pase al que estuve a punto de no ir. Menos mal que no me quedé en casa.