El amor está en el aire

Prefiero vivir en peligro con él que tranquila contigo; las demás eran borradores hasta encontrar la buena, tú. Dos frases que resumen perfectamente lo que vas a encontrar en esta película; el sueño de toda princesa de cuento de enamorar a un perdido mujeriego y conseguir que cambie, abandone su mísera vida por el amor eterno y maravilloso de ella. Comedia romántica ligera y agradable, con cierta gracia ocasional que no aporta nada destacable excepto una alegre y pegadiza música -toda ella en inglés, nada de melodía del país- y una pareja -Ludivine Sagnier y Nicolás Bedos- que funcionan muy bien delante de la cámara. Respecto el filme es bastante sencillo y básico; con un final feliz predecible y asegurado intenta ser un poco original jugando con diferentes enfoques, intentando crear y mantener una frescura y jovialidad que invite al espectador a mantener su atención y disfrutar de ella. Esa posibilidad es fácil de realizar si no tienes grandes perspectivas ni miramientos más allá de lo obvio esperado -un ligero romance de fábula- pues los personajes secundarios no están muy logrados, el guión no es gran cosa y los diálogos son justitos, limitados para románticos que se saben la lección de memoria pero no les importa recitarla una y otra vez. Con todo, tiene una simpatía, encanto y gracia amena que la hace fácilmente llevadera; su mejor arma es su ligereza y agilidad, un ritmo vivo y gracioso por momentos que oculta sus evidentes carencias. Buena para pasar el rato.

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En un momento en el que cualquier punto de vista en una comedia romántica está explorado, viene muy bien que alguna película intente innovar con un desarrollo entretenido y original, en el que los personajes están atrapados en un lugar cerrado pero al mismo tiempo totalmente libres para narrar sus historias pasadas.

La historia no tiene demasiado gancho en un primer momento, aunque desde el comienzo tiene ese aire francés con mucha luminosidad y una canción alegre con la pizpireta Sagnier y sus colores llenos de vida. Esa expareja que se encuentra en el avión no tiene más remedio que hablar durante seis horas, y en ese tiempo Castagnetti se las arregla para construir una narración pocas veces vista con cada parte contando su relación con lo que más le conviene y lo que más le disgusta del otro. Nada diferente en el contenido pero atractivo en su continente.

Sin duda la pareja protagonista debe tener mucha importancia en esta historia en la que son casi la totalidad de los personajes a pesar de que la pequeña cantidad de secundarios es suficiente para aportar a la historia contrapuntos y opiniones que descargan a la pareja de algo de peso a la vez que tienen personalidad propia y hacen avanzar el argumento. Sagnier y Bedos tienen química y su relación es creíble gracias a la versatilidad de sus interpretaciones. Ambos suman bastante a una historia que sin ellos sería más plana y aburrida.

Con un final previsto y no por ello carente de alguna sorpresa en el modo de resolverse, “El amor está en el aire” trae un aire fresco que aporta un nuevo sentido a la comedia romántica europea, que constantemente se mira en su homóloga estadounidense y comienza a darse cuenta de que hay vida más allá de la típica rom-com mil veces vista y resuelta de la misma manera.

He tenido la grandísima suerte de poder ver esta película francesa que no se estrena en nuestros cines hasta este próximo viernes y tengo que recomendarla. Encantadora comedia romántica con un enorme tira y afloja entre sus dos protagonistas, la rubia Ludivine Sagnier, actriz francesa que desde los 10 años está actuando y que fue durante un tiempo una de las musas del director francés François Ozon, y el para mí desconocido Nicolas Bedos, que también participa en su guión. La Sagnier tiene una naturalidad a la hora de actuar que siempre me ha gustado y aquí está guapa y encantadora. Bedos no me parece un hombre tan atractivo pero tengo que reconocerle que desempeña bastante bien su papel de mujeriego y que tiene buena química con su compañera. Tal vez los secundarios no estén suficientemente desarrollados, tan sólo el mejor amigo de Bedos, el divertido Jonathan Cohen, quién interpreta al típico gracioso que no se come una rosca. La banda sonora está repleta de buenos temas musicales que incluyen a artistas de la talla de Dinah Washington o Esther Phillips. Muy divertida, tenéis que ir a verla.

Lo mejor los 15 minutos cuando se encuentran ambos en el avión por sorpresa, incluso puede sacarte alguna sonrisa, el resto es cansíno a mas no poder. La comedia es la típica de romanticismo de lata que ya tanto se ha visto por doquier, sin aires nuevos. Aburre ver a los protagonistas en sus papeles: Él,de "Don Juán". Un conquistador juerguista que no hay hembra que se le resista a sus encantos, y finalmente encuentra en Ludivine Sagnier, la horma de su zapato.
Ella, una artista excéntrica que dice estar un poco alocada y se atreve a jugar con los peligros del amor con el hombre del que todo el mundo la desancoseja por su fama de mujeriego. En fin, una típica comedia al estilo francés. Es decir, un tanto sosa.

Antoine es un hombre que bebe y disfruta de estar con mujeres (aunque no con la misma por más de dos semanas), viviendo en Nueva York. Julie es francesa, artista y está a punto de casarse con un buen candidato. De repente, ambos se encuentran en el avión sentados uno al lado del otro, sin poder creerse la casualidad. Lo que al principio suponemos que tuvo que ver con un encuentro casual, quizás uno de los tantos que un hombre como Antoine pudo haber tenido, a lo largo del film, con innumerable cantidad de flashbacks que terminan siendo casi la película en sí, descubrimos que lo que hubo entre ellos dos duele más porque fue una historia de amor que no terminó bien.

Comedia romántica a la francesa, construida con cierta elegancia y bastante humor, Amor y turbulencias se torna predecible como la típica película de su género. Estos dos personajes son a simple vista muy distintos, pero a lo largo de los flashbacks, que al principio se suceden en ciertos momentos pero luego pasan a ocupar fragmentos muy largos del film, nos van mostrando que en algún momento supieron entenderse, o al menos intentar hacerlo, y que si no están juntos hoy fue más por algunos malentendidos o malas jugadas del destino, que por errores de algunos de los dos.

Protagonizada por Ludivine Sagnier, el film es una propuesta agradable para quien disfrute de las comedias románticas, no aporta nada nuevo pero no decepciona dentro de lo esperado.

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