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Alice

Comedia. Romance. Fantástico Casada con un marido rico que la minusvalora, Alice lleva una vida vacía y cómoda que transcurre entre boutiques exclusivas, masajistas y cotilleos de peluquería. Le gustaría dedicarse a escribir y conocer mejor a un hombre con el que ha coincidido en la guardería de sus hijos, pero su educación conservadora se lo impide. Un brujo de Chinatown le facilitará el camino con una serie de hierbas mágicas de sorprendentes efectos. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
9 de octubre de 2006
42 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después terminar un trío de dramas con Delitos y faltas, a Allen se le presenta el reto de mantener a cierta altura el listón, papeleta que el director norteamericano solventa sobradamente con un regreso a la comedia. Día sí, día no, Allen decide desaparecer de la pantalla como alguno que otro de sus personajes, y en Alice lo hace dándole todo el protagonismo de la historia a su todavía musa Mia Farrow. Allen le regala a Mia lo que se llama un papel bombón para el lucimiento exclusivo del artista. Mia soporta brillantemente todo el peso de la película: la actriz californiana demuestra ser en manos de Allen una magnífica comediante.

Farrow se convierte además, como sucede en otras ocasiones en que Allen no aparece en el reparto, en un émulo de la personalidad del realizador: las penas y sinsabores de un ser neurótico y moderno y, por consiguiente, frustrado. Hay de nuevo elementos de cine fantástico en Alice. El nombre de la la protagonista no ha sido elegido por casualidad. Allen realiza una adaptación del clásico de Lewis Carroll
Alicia en el país de las maravillas. Aparecen pócimas milagrosas, vuelos por encima de la orbe, Mia Farrow se vuelve invisible... Hasta una extraordinaria musa encarnada por una Bernardette Peters que emplea asombrosamente bien sus cinco minutos de gloria en la película.

Alice pertenece a esa serie de películas no suficientemente valoradas por la crítica pero que una segunda visión deja apreciar sus reales cualidades. El espectador reconoce en Alice muchos de los tradicionales ingredientes de la filmografía de Allen, aunque puede quedar descolocado por la introducción del componente mágico. Porque lo que en definitiva transmite la película es justamente esa evasión de la realidad que Alice vive al otro lado del espejo.
cassavetes
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6 de septiembre de 2010
33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante su tormentoso matrimonio con Mia Farrow, el genial director Woody Allen filmó, curiosamente, grandes películas.

Una de ellas es "Alice".

Es la aventura de encontrarse a un@ mism@.

En este caso un ama de casa de clase media-alta de Nueva York realiza, ayudada por un extraño terapeuta chino, un recorrido interior y exterior por su vida y su alma que acabará dando resultados sorprendentes.

Conversaciones con muertos amados, recuerdos de la infancia, invisibilidad, imaginación sin complejos....

Película muy recomendable para momentos de confusión y pesimismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lisufelligus
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30 de enero de 2008
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más —y van tantas ya— el maestro Woody Allen aprovecha un tono de comedia para destilar sabiduría filosófica, psicológica y de café con cruasán a la plancha. Aquí, la mejor película (después de El bebé de Rosemary, Polanski) de Mia Farrow es un homenaje absoluto a quien por entonces era musa de Allen.
A través de su conmovedora y simpática historia se revelan aspectos dramáticos de envergadura y un mágico encuentro con la medicina tradicional china, esta que ahora en el siglo XXI está "invadiendo" el mundo.
Alice es una pobre muchacha sumisa casada con millonario adúltero y tristón (William Hurt, capaz de dominar una galería de hombres tristes en mil y un registros) que, gracias a un médico chino, consigue emprender un viaje de iniciación rumbo a placeres prohibidos y, por último, a la sabiduría de una mujer buena y generosa. El enganche con el chino es de risa, lo mismo que otras buenas situaciones de comedia, pero el fondo es profundo: se trata de un tipo de medicina que siempre tiene en cuenta lo psicofísico, desde tiempo inmemorial, sin necesidad de psicoanálisis y, además, entronca con aspectos mágicos del individuo. No aporto nada más para no desvelar el punto de sorpresa típico de Woody, pero sí susurro al oído de quienes la vean por primera vez o repitan, que todos lo que nos hace reír y sonreír en esta película forma parte del alma profunda de una medicina de extraordinaria potencia basada en hierbas y acupuntura. Y todo en el marco incomparable de una ciudad y su puñado de solitarios que buscan denodadamente alguna forma de amar y ser amado.
horacio
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2 de enero de 2012
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largometraje nº 20 de los realizados por Woody Allen (NY 1935). El guión, escrito por Woody Allen, se inspira libremente en la obra clásica de Lewis Carroll “Alice’s Adventures in Wonderland” (1865) y en el film “Julieta de los espíritus” (Fellini 1965). Se rueda en otoño de 1989, con tomas adiciones en mayo de 1990, en escenarios reales de NYC (Manhattan, Central Park, Madison Square, Lincoln Center for the Performing Arts…) y en los platós de Kaufman Astoria Studios (NY), con un presupuesto estimado (IMDb) de 12 millones de USD. Obtiene una nominación al Oscar (guión original). Producido por Robert Greenhut para Orion Pictures Corporation, se estrena el 25-XII-1990 (NYC, NY; Chicago, IL y L.A., CA).

La acción dramática tiene lugar en NY a lo largo de unos pocos días del otoño de 1989. Alicia (Farrow), de unos 40 años, está casada desde hace 16 años con Doug Tate (Hurt), próspero empresario neoyorquino, con el que ha tenido un hijo y una hija de corta edad. Tímida, inocente, recatada e insegura, oculta frustraciones y neurosis. Originaria de un pueblo del interior, recibe en su juventud una rigurosa formación católica en un colegio de las monjas del Sagrado Corazón. A causa de un dolor de espalda, visita al doctor Yang (Luke) en China Town. Conoce y se relaciona con Joe (Mantenga), saxofonista tenor y soprano, separado de su mujer tras 6 años de convivencia. Recuerda su noviazgo de juventud con Ed (Baldwin). Doug es un millonario dominante, altivo, tristón y desagradable.

El film, rodado en otoño de 1989, mueve la acción en días predominantemente lluviosos o de cielo cubierto, en los que la luz y las imágenes se tornan melancólicas, pesarosas y tristes. Al realizador le gusta rodar en esta época del año, porque sus luces son las que mejor trasmiten los tonos, matices y contrastes que le interesan. En el film que comentamos la ubicación de la acción en los meses de otoño es más patente que en otros trabajos porque de ese modo el realizador enmarca la acción en un contexto que evoca la tristeza y la desolación que oprimen a la protagonista.

El guión se presenta bien construido, elaborado con diligencia y atención al detalle y escrito con fluidez y con una aparente facilidad. Combina drama y comedia en un formato que reproduce las características propias de un cuento sencillo, fantástico, delicioso y mordaz, que incorpora la magia de los relatos, leyendas, fábulas, historias y narraciones que han alimentado la imaginación y la fantasía de niños y mayores desde tiempos muy remotos. La condición de cuento de hadas a la antigua usanza se pone de manifiesto a través de sus referencias a apariciones, presencias de difuntos vivientes y contactos con fantasmas interesados en relacionarse con el mundo de los vivos. No falta la figura de un mago o brujo misterioso que domina y aplica artes taumatúrgicas que abarcan hipnotismo, bebida de pócimas, sortilegios y remedios mágicos de inesperados efectos sobrenaturales.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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9 de diciembre de 2005
25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver esta película es pasar una tarde mágica.
Porque Woody Allen es capaz de hacernos creer en la magia de los cuentos, la magia de los espíritus, la magia de la homeopatía e incluso la magia de los viajes al interior de uno mismo.
En menos de dos horas asistimos al procesos de intoxicación y degradación moral de Alice: una pija católica que se pasa toda la peli probando diferentes drogas hasta convertirse en una hippie católica.
Por el camino, huelga decirlo, descubrirá el encanto del adulterio cepillándose a saxofonistas de jazz y charlando con sus ex-novios muertos, y dejará de lado a todas sus amistades porque oirá voces dentro de su cabeza que le dirán que lo haga.

Eso sí, todo en plan comedia o drama simpático, que tiene más mérito.

Y Mia Farrow puede provocar un poco de repelús al espectador sensible, pero tras oirla susurrar: "mmmh... I like sax..." hasta perece tener cierto sax-appeal!

Nota: excelente.
Listocomics Puntocom
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