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La chica del gato

Comedia Una huérfana, acogida en casa de unos desaprensivos que pretenden utilizarla en un turbio negocio, huye con su gato y su canario. Acuciada por las circunstancias, entra en casa de una modista con intención de robar, pero el trato que le dispensa la dueña, Nena, la hace desistir de su empeño. Sin embargo, cuando va a dejar el objeto que había robado, un criado la descubre y la denuncia. Cuando Nena conoce la situación de la chica la ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
5 de septiembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una comedia más, realizada por Quadreny casi simultáneamente a otros títulos parecidos, de escaso presupuesto e interés. Salvo un detalle: que la obra homónima de Carlos Arniches se ambientaba a principios del siglo XX, cuando gran parte de la población española malvivía en los barrios insalubres de las ciudades; Y Guadalupe, la chica del gato, vive en uno de ellos. Sin embargo, no hay pista alguna de que la acción se haya escenificado en 1900, así que pensaremos que es contemporánea a la fecha de aquel entonces, inmediata posguerra. He aquí lo interesante, que la miseria parece querer asomarse en la pantalla, aunque sea remotamente y con necesarios puntos de humor.

Podría decirse que esa chica del gato también da un paso en el rol subordinado que la mujer debía mantener al escoger su destino -se escapa de casa de sus parientes porque aspira a un trabajo más digno que el que éstos han decidido para ella- y forjar su propia suerte. Y es, dicho sea de paso, de suponer, que fuera Josita Hernán quien interpretara este papel, esa Josita resuelta e independiente de quien nadie se acuerda ya.
MBoronat
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11 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Típica comedia de Quadreny-Hernán que dentro de que resulta insípida esta insipidez es menor que la de otras comedias del director y la actriz como "Mi enemigo y yo" o "Ángela es así" por estar filmada a partir de un texto más sólido que el de aquellas procedente de un autor prestigioso sin duda como era Carlos Arniches. El trasfondo social del texto original no es potenciado de la manera oportuna pero tampoco es descartado del todo ya que algunos diálogos tienen una cierta malicia y algunas imágenes captan la intención de Arniches de juntar la comedia pura con el comentario social que van de la mano en la película de Quadreny que es la segunda de las tres versiones fílmicas que abordaron un tema que hubiera requerido un poco de más energia narrativa en esta versión pero de todas formas y a pesar de un comienzo que da al espectador la impresión de que no va a poder centrarse en lo que está viendo el resultado final puede soportarse. Las escenas de exteriores eso sí tienen un mayor interés que las que se desarrollan en interiores con la chica ya instalada en la mansión pero el muy peculiar tono de voz de Josita Hernán junto a su capacidad para adaptarse al tono impreciso de la película y las presencias de un juvenil y ya prometedor Fernán Gómez y de Espantaleón que hizo sus más logradas interpretaciones con Rafael Gil dan pie a un resultado aceptable.
Cromatico
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19 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, porque entre dos Carlos colocamos esta "Chica del gato" (1927). Arniches como autor de la historia que se desarrolla en la pantalla, y Dickens por las similitudes que encontramos con su "Oliver Twist" (1837).
En efecto, pese a los casi cien años que separan sus estrenos, toda la primera parte de la cinta de Quadreny parece calcada a la del novelista inglés. Una muchacha sin familia conocida, Guadalupe (Hernán), es acogida por un matrimonio anciano que vive, malvive en un suburbio madrileño, de lo que roba o "afana", y de las tres pesetas y un kilo de judías o de garbanzos que semanalmente le dan las empingorotadas "Señoras de la visita domiciliaria". Caridad que recibe Eulalio, un maltrabajador que simula una grave dolencia que lo mantiene postrado en la cama, "¿Qué enfermedad tenía en la última visita que no me acuerdo? -La gota".
La niña ha crecido y los sinvergüenzas de los "padres" la envían a robar a una lujosa mansión en el centro de Madrid, bajo la amenaza de echarla de casa. Como la joven "es pobre pero honrá", se marcha del tugurio llevándose su gato y su canario ... para acabar en la misma casa donde la mandaban.
El argumento de toda esta primera parte recuerda notablemente al de "Oliver". Y, más que neorrealista, para nosotros es claramente neopicaresco al estilo del mejor Lázaro de Tormes. Se nota por ejemplo en la abundancia de refranes y de frases hechas que aparecen en los diálogos.
Todo el panorama cambia en la segunda mitad que pertenece ya al melodrama y a la comedia. De hecho su estructura es mucho más teatral, íntegramente desarrollada en el interior de la casa que nos permite conocer las relaciones entre los señores y la servidumbre o entre los distintos miembros de esta última.
Aquí vemos uno de los grandes fallos de la película, partirla por la mitad mezclando dos ingredientes tan difíciles de combinar como el agua y el aceite.
La historia es interesante, no tanto lo es el guion y la realización. Personajes poderosos reforzados por excelentes interpretaciones entre las que destaca el botones Paco, un jovencísimo Fernán Gómez, o la propia Hernán en el papel principal.
Dentro del reparto hay que hacer una mención especial del profesor Sigmundo Figuereud (Espantaleón). Nótese la alusión freudiana del nombre, un sueco con modales auténticamente prusianos que controla y domina en la casa rica ... hasta que en su camino se cruza la "gatita" muerta.
Película interesante que demuestra una vez más el mérito de los directores españoles de la posguerra y que desmitifica bastante la idea que nos han trasladado del rigor censor de la época.
Vale la pena darle un vistazo.
Lafuente Estefanía
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21 de septiembre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le doy un siete por la primera media hora, en la que se puede ver, antes que en Italia, un neorrealismo, con una muy buena descripción de barrios y tipos del Madrid de entonces, en plena postguerra, en uno de los años en los que más hambre hubo en España.
Josita Hernán lo hace bien en la primera media hora. Después, la comedia toma un giro de intriga sentimental muy tópico (enésima versión de la Cenicienta) y ella cambia también, para mal.
Interesante ver a un Fernando Fernán Gómez de 21 haciendo de botones castizo madrileño: "No hay de queque". En esos años ese modo de hablar era natural. A la cocinera con la que está enrollado (en parámetros de aquella época o de aquel cine) le dice, por ejemplo: "Lo que estás haciendo por mi nutrición no te lo pago yo ni engordando".
De un modo o de otro el hambre está presente en toda la película. Es lo que había entonces: hambre.
yoparam
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26 de mayo de 2020
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La presente película es la adaptación de la obra de teatro homónima de Carlos Arniches, estrenada en 1921, y llevada al cine en 1927, en 1943 y 1964, sin contar la que se rodó en 1966 para Estudio 1 de Televisión Española, en 1966. Por cierto, este Carlos Arniches, que era un autor de derechas afín al carlismo, metió en un pequeño lío a Ramón Quadreny y compañía al dibujar al ingeniero de esta "La chica del gato" como alemán. En 1921 no pasaba nada pero en 1943 podía ser interpretado como una muestra de simpatía por el Eje o directamente por el nazismo y la prueba de que no es una exageración es que lo han convertido en un sueco... aunque hable en alemán. En fin.

La película es una comedia muy simple que empieza en los barrios bajos de Madrid, no hay problema en retratar la pobreza que asolaba aún el país, en plena y larga posguerra, para que luego digan de la censura, y que termina en una casa principal. En algunos momentos tiene gracia pero no resulta convincente, se ve más como un teatrillo con personajes que van y bien. Otro problema es el del deficiente sonido, multiplicado por un lenguaje demasiado castizo y el chapurreo del ingeniero. A mí de todos modos lo que más me ha gustado ha sido la chica de la cofia, la bella criada rubia, madre mía qué criada y qué cofia, que si no me equivoco era la hija del director. Enchufadilla.
Reaccionario
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