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Estoy pensando en dejarlo

Intriga. Drama Un atajo imprevisto provoca que una mujer, en plena búsqueda de un modo de romper con su novio, tenga que reconsiderar toda su vida.
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Críticas 133
Críticas ordenadas por utilidad
5 de septiembre de 2020
412 de 448 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy pensando en dejarlo es la nueva película del prestigioso guionista y director estadounidense Charlie Kaufman. Kaufman me parece un cineasta fascinante, y una de las mentes más creativas que ha dado el Hollywood moderno. Sus historias suelen tomar formas de lo más variopintas para exponer conflictos profundamente humanos, y suelen ser trabajos de indudable riqueza temática. Cuento varias de sus películas entre mis favoritas, por lo que cualquier proyecto que saque tiene mi interés automáticamente. A estas alturas, considero que se ha ganado mi confianza. Y Estoy pensando en dejarlo es, probablemente, el más hermético y desafiante de todos los que ha sacado hasta ahora.

Estoy pensando en dejarlo está destinada a convertirse en la nueva integrante del grupo “no tiene sentido, es una mierda”, y ojo, también del “no te gusta porque no la has entendido”. Muchas veces me pregunto qué entendemos por “entender” una película. ¿Es entender cada punto del argumento? ¿Entender la idea principal? ¿Entender la intencionalidad del autor? Y más importante: ¿Es necesario entender una obra narrativa en su totalidad para disfrutarla? Y si no es así, ¿cuánto hay que entender? Si no la entiendes y luego alguien te da una explicación convincente, ¿te empieza a gustar? ¿O solo es disfrutable una película si la entiendes sin ayuda externa? Al menos en mi caso, y sin intención de sentar cátedra en absoluto, porque la experiencia artística es personal e intransferible, diré que hay películas que he entendido a la perfección y no me han gustado, y otras que me han fascinado aun dejándome con dudas. Hay películas tan obtusas que me resultan indescifrables, y eso me suele alejar de ellas. Otras que se hacen las complicadas para luego darte todas las respuestas con diálogos explicativos (sabemos todos de quién estoy hablando), lo cual aniquila cualquier posibilidad de reflexión. Y luego están aquellas que te resuelven algunas incógnitas y dejan el resto a la interpretación y especulación del espectador. Sitúo en este grupo a Hereditary, a Mulholland Drive, y, hasta cierto punto, también a la película que nos ocupa.

Y es que no lo neguemos, Estoy pensando en dejarlo es una paranoia de las buenas, un trabajo considerablemente difícil de digerir. Posee evidentes rasgos de narrativa modernista y juguetea con el surrealismo en varias ocasiones. Algunos episodios tienen leves retazos de pesadilla lynchiana. Es una completa locura. Precisamente por eso, estoy convencido de que va a generar reacciones extremadamente fuertes y a ser considerada una tomadura de pelo por muchos y una obra maestra por otros tantos. Yo, habiéndola visto ayer, aún la estoy tratando de decodificar. porque está claro que Kaufman, siempre más literato que cineasta, se empeña en no ponernos las cosas nada fáciles.

La premisa de la película es sencilla, o al menos esa es la primera impresión que da. Estoy pensando en dejarlo empieza con los pensamientos de una mujer que está a punto de embarcarse en un viaje de carretera para conocer a los padres de su novio Jake, con el que lleva tan solo unas cuantas semanas y al que ya está pensando en dejar. Durante la primera media hora, todo es bastante convencional, y no es hasta llegar a la granja de los padres de Jake cuando la historia empieza a plegarse sobre sí misma y a desorientar al espectador. En todo el metraje abundan los diálogos filosóficos y las referencias intertextuales. Se cita a William Foster Wallace, se menciona a John Cassavetes y su película Una mujer bajo la influencia, se insertan líneas de diálogo de Una mente maravillosa… La lista es extensa. Muchos de estos diálogos me interesan, sobre todo en retrospectiva y viendo hacia donde se dirige la historia, pero es cierto que varias líneas me resultan ligeramente superfluas y masturbatorias, lo cual tampoco es que sea nuevo en el cine de Kaufman. En El ladrón de orquídeas, por poner un ejemplo, tengo ocasionalmente la misma sensación.

A nivel visual, Estoy pensando en dejarlo demuestra lo mucho que ha mejorado Kaufman como director. Con su claustrofóbico aspect ratio de 1.33:1 y el apagado uso de los colores, Kaufman nos pinta un mundo glacial, de escaso sentimentalismo y excesiva intelectualidad. Todo ayuda a crear una atmósfera amargamente nihilista y pesimista, lo cual engancha perfectamente con los temas filosóficos que se exploran en la película: el estatismo de la sociedad, las oportunidades perdidas, las relaciones entre padres e hijos, el paso del tiempo como una bola de demolición que todo lo destruye, la falibilidad de la memoria, el refugio de la imaginación… La lista es extensa. Las interpretaciones del dúo protagonista, formado por Jessie Buckley y Jesse Plemons, me parecen espléndidas, y las intervenciones de Toni Collette y David Thewlis son brillantes, súper memorables.

En definitiva, diré que sí, a mí Estoy pensando en dejarlo me ha gustado. Me ha gustado muchísimo, de hecho. Cuanto más la pienso, más fascinante me parece. Eso sí, soy consciente de que mucha gente la va a odiar, pero el “no te gusta porque no la has entendido” me parece pedante y tremendamente reduccionista. Mucha gente la entenderá y le seguirá pareciendo un coñazo, simplemente porque las elecciones narrativas y las sensibilidades artísticas de Kaufman son muy particulares, algo que nunca ha sido tan evidente como en este trabajo. Y oye, no pasa nada. No a todos nos puede gustar lo mismo.

Calificación (tras verla por segunda vez): Imprescindible/Obra maestra

Y ahora, vamos con la tan ansiada "EXPLICACIÓN". Lo pongo entre comillas porque yo no he hablado con Kaufman, pero siguiendo a Barthes, a Foucault y a otros tantos filólogos que defienden que la obra no pertenece al autor, sino al lector, pues voy a dar yo mi interpretación, que es mía y solo mía, y que con suerte coincidirá o ayudará a otros espectadores a los que se les haya atragantado un poco la película pero aun así hayan podido disfrutarla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dabi
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7 de septiembre de 2020
189 de 213 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película inteligente y profunda, como la que no me esperaba cuando la puse en Netflix. Un dramón del copón, podríamos decir.

Si te gustó Animalisa (2015), probablemente ésta también te gustará. Si estás buscando la última de Marvel, ésta no es lo que buscas.

Al nivel metafórico del Mulholland Drive (2001), el director nos cuenta una historia que requiere de mucha atención y dedicación para canalizar. Pero, si lo haces, te encuentras inmerso en un mar de tristeza y melancolía. Y más si eres una persona mayor (y probablemente menos cuánto más jovencito se sea).

Las actuaciones están genial y la dirección es muy buena.

Paso a hablar del guión en 'spoiler'
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cool JAM
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20 de septiembre de 2020
83 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera frase que oímos en la cinta es el título: ‘I'm Thinking of Ending Things’, abiertamente ambiguo en el original. Acompañada por la música, impresionista y leve, de Jay Wadley, una mujer en off relata y reflexiona. La cámara recorre estancias de un hogar que bien pudiera ser memoria de una vida; todo fijado, quieto, salvo la luz del viento en los visillos. En un segundo visionado, advierto que esa sucesión de imágenes evocadoras ilustran el poema ‘Bonedog’, de Eva H. D., recitado más adelante por la chica.

La luz es engañosa, igual que el esplendor de una nevada en medio de la noche.

Aparece Lucy, Louisa, Ames o Amy... alza la vista –such a big sky–, saca la lengua para apresar alguno de los copos y observa de reojo una fachada de ventanas. Comienza entonces la extrañeza: una voz masculina se inserta en el relato mientras vemos, de espaldas, a un anciano mirando –suponemos– furtivamente a la muchacha. Su ropa, de tonos fríos, contrasta con el colorido alegre de la chica. Caperucita Roja, el lobo viejo; hay un ligero sabor a cuento en este inicio. De nuevo, la voz del hombre, la misma fachada de ventanas, la misma habitación, la estantería… Pero esta vez, en lugar de planos fijos, la imagen se desplaza; y el hombre ya no es el anciano, sino alguien rubio, más joven, de gesto similar.

En ese principio, en esos tenues movimientos, encuentro el recorrido entero de la cinta.

===

Charlie Kaufman se sitúa, a mi entender, más cerca del John Huston de ‘The Dead’ que del universo formal de David Lynch. Lynch es un cineasta de ideas e intuiciones; el acercamiento de Kaufman es, en esencia, cerebral. Quizás en el exceso de intelecto esté su principal limitación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
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7 de septiembre de 2020
115 de 175 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía curiosidad por ver el nuevo trabajo del inclasificable Charlie Kaufman, guionista de films tan únicos como Como ser John Malkovich, Adaption (estas dos del también peculiar Spike Jonze) o Eternal Sunshine of the Spotles Mind (titulada en España ¡Olvídate de mí!…).

Pues bien, acaba de estrenarse en Netflix, y lo ha hecho con opiniones bastante dispares, ya que la película ha conseguido encandilar a los críticos profesionales (como suele suceder la mayoría de las veces con este tipo de productos), así como a algunos espectadores, aunque muchos otros todavía no saben qué demonios han visto. Y no me extraña…

Yo me encuentro entre estos últimos, aunque con el añadido de que tengo la sensación de que me han robado más de dos horas, en un film tan confuso como pretencioso, que estoy seguro que tendrá su público, pero que a mí me parece una soberana tomadura de pelo.

La dirección de Kaufman es claramente intimista, siendo un trabajo convencional que cumple, sin más. Otra cosa es el guion, del mismo responsable y adaptación de una novela, que escupe sin parar un sinfín de reflexiones sobre la vida y la muerte, con una especie de estilo insano, como si de una película independiente de terror se tratase, en un imposible cóctel de géneros que sólo funciona cuando hacen acto de presencia los padres de uno de los personajes.

Desde luego la propuesta parece un híbrido entre Ari Aster (todas las escenas de los padres, herederas de Hereditary... no creo que lo de Collette sea casualidad) y David Lynch (la simbología de la producción o como juega con los cambios, como si estuviésemos ante un sueño o una mala alucinación), pero errando estrepitosamente a la hora de contarnos algo con sentido o mínimamente interesante.

Y es que lo que nos encontramos es una interminable y pretenciosa verborrea cuando los dos personajes protagonistas están en el coche (en dos momentos de la cinta, siendo lo peor, de lejos, si obviamos la escena del baile), haciendo que la duración de la producción supere las dos horas, lo que es un suplicio y algo totalmente innecesario (es lenta hasta extremos insospechados), siendo una soporífera propuesta que se pierde en unos diálogos supuestamente profundos, y que encandilarán a los amantes de este tipo de cine, pero que hará perder la paciencia a más de uno, deseando que todo termine cuanto antes.

Pero bueno, no todo es malo, ya que los intérpretes cumplen en sus difíciles papeles, ya sean los protagonistas, Jessie Buckley y el ascendente Jesse Plemons, así como unos hilarantes Toni Collette y David Thewlis, que son los mejores del reparto y que captan la atención del espectador en cada escena en la que hacen acto de presencia, engrandeciendo el producto final. Curiosamente, cada vez que desaparecen, la película se hace de nuevo insufrible. Es una pena que los cuatro actores desaprovechen su talento en este film sin pies ni cabeza.

Y bueno, poco más se puede decir de esta película independiente, que espantará y cabreará a muchos espectadores de Netflix (creo que no era el lugar adecuado para estrenarla, cuando otras propuestas muy superiores se pierden en plataformas mucho menos conocidas) y que me parece una bobada que se cree demasiado inteligente, pero que acaba siendo un producto de imposible digestión, navegando entre lo espantoso y la tortura (yo me he sentido así a ratos…).

Desde ya, una de las peores películas del año. Y tengo serias dudas de si no es de lo peor que he visto en mi vida. No, no tengo dudas… lo es. Maldito Kaufman…

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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8 de septiembre de 2020
54 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan las películas que están planteadas para ser interpretables por el espectador. No me importa que haya cierta ambigüedad en ellas ni los finales abiertos, para que, como digo, sea el espectador el que dé su personal interpretación a lo visto. Y ello pese a que no se pueda evitar la sensación de que tu visión de lo contemplado pueda perfectamente no coincidir -en parte o en absoluto- con las intenciones del autor.

La última película dirigida (y ya van tres) por el habitualmente guionista Charlie Kaufman (autor de libretos tan originales, frescos y sorprendentes como los de la estupenda 'Cómo ser John Malkovich' o el magnífico film animado 'Anomalisa', que también dirigió, así como otros no tan satisfactorios pero igualmente interesantes, como '¡Olvídate de mí!' -por el que fue oscarizado-, 'Adaptation' o 'Human Nature') pertenece a este tipo de obras que invitan al espectador a pensar por sí mismo lo que acaba de visionar.

Y si bien puedo decir que no me ha disgustado, ni aburrido (sigo ese viaje de ida y vuelta, y esa frikireunión familiar, con claro interés), también afirmo que este nuevo puzle narrativo de Kaufman me parece discutible en varios momentos, y mejorable en su resolución, pese a que como aclaro en la zona spoiler, tienen cierto sentido algunas de estas partes cuestionables a las que me refiero, por estar justificadas dadas la personalidad, filias y obsesiones del personaje realmente principal.

Sentimientos encontrados, por tanto, los que me deja Kaufman en esta ocasión, en su obra para Netflix, que tanta polarización está causando en páginas como esta (doy fe de ello, como validador de críticas aquí). En todo caso, domina lo positivo en su conjunto, gracias en no poca parte a la labor de actores siempre solventes como Plemons, Buckley, Thewlis y Collette. Y a la buena fotografía del polaco que ya nos deslumbró en las dos obras más famosas de Pawlikowski, 'Ida' y 'Cold War', por las que fue nominado a sendos Oscars.


Dejo en la casilla spoiler algunos apuntes relacionados con mi interpretación de la película:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Amor Perro
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