Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Javi McClane:
1
Intriga. Drama Un atajo imprevisto provoca que una mujer, en plena búsqueda de un modo de romper con su novio, tenga que reconsiderar toda su vida.
7 de septiembre de 2020
115 de 175 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía curiosidad por ver el nuevo trabajo del inclasificable Charlie Kaufman, guionista de films tan únicos como Como ser John Malkovich, Adaption (estas dos del también peculiar Spike Jonze) o Eternal Sunshine of the Spotles Mind (titulada en España ¡Olvídate de mí!…).

Pues bien, acaba de estrenarse en Netflix, y lo ha hecho con opiniones bastante dispares, ya que la película ha conseguido encandilar a los críticos profesionales (como suele suceder la mayoría de las veces con este tipo de productos), así como a algunos espectadores, aunque muchos otros todavía no saben qué demonios han visto. Y no me extraña…

Yo me encuentro entre estos últimos, aunque con el añadido de que tengo la sensación de que me han robado más de dos horas, en un film tan confuso como pretencioso, que estoy seguro que tendrá su público, pero que a mí me parece una soberana tomadura de pelo.

La dirección de Kaufman es claramente intimista, siendo un trabajo convencional que cumple, sin más. Otra cosa es el guion, del mismo responsable y adaptación de una novela, que escupe sin parar un sinfín de reflexiones sobre la vida y la muerte, con una especie de estilo insano, como si de una película independiente de terror se tratase, en un imposible cóctel de géneros que sólo funciona cuando hacen acto de presencia los padres de uno de los personajes.

Desde luego la propuesta parece un híbrido entre Ari Aster (todas las escenas de los padres, herederas de Hereditary... no creo que lo de Collette sea casualidad) y David Lynch (la simbología de la producción o como juega con los cambios, como si estuviésemos ante un sueño o una mala alucinación), pero errando estrepitosamente a la hora de contarnos algo con sentido o mínimamente interesante.

Y es que lo que nos encontramos es una interminable y pretenciosa verborrea cuando los dos personajes protagonistas están en el coche (en dos momentos de la cinta, siendo lo peor, de lejos, si obviamos la escena del baile), haciendo que la duración de la producción supere las dos horas, lo que es un suplicio y algo totalmente innecesario (es lenta hasta extremos insospechados), siendo una soporífera propuesta que se pierde en unos diálogos supuestamente profundos, y que encandilarán a los amantes de este tipo de cine, pero que hará perder la paciencia a más de uno, deseando que todo termine cuanto antes.

Pero bueno, no todo es malo, ya que los intérpretes cumplen en sus difíciles papeles, ya sean los protagonistas, Jessie Buckley y el ascendente Jesse Plemons, así como unos hilarantes Toni Collette y David Thewlis, que son los mejores del reparto y que captan la atención del espectador en cada escena en la que hacen acto de presencia, engrandeciendo el producto final. Curiosamente, cada vez que desaparecen, la película se hace de nuevo insufrible. Es una pena que los cuatro actores desaprovechen su talento en este film sin pies ni cabeza.

Y bueno, poco más se puede decir de esta película independiente, que espantará y cabreará a muchos espectadores de Netflix (creo que no era el lugar adecuado para estrenarla, cuando otras propuestas muy superiores se pierden en plataformas mucho menos conocidas) y que me parece una bobada que se cree demasiado inteligente, pero que acaba siendo un producto de imposible digestión, navegando entre lo espantoso y la tortura (yo me he sentido así a ratos…).

Desde ya, una de las peores películas del año. Y tengo serias dudas de si no es de lo peor que he visto en mi vida. No, no tengo dudas… lo es. Maldito Kaufman…

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow