37 horas desesperadas

De cabo a rabo, la película no tiene el más mínimo sentido. Por ejemplo:

- Menudo plan más malo el de Bosworth. Una vez fuera, ¿para qué demonios te tienes que reunir con la chica, Nancy, en una casa cualquiera? ¿No veis que la van a seguir? Porque es evidente de que ella le ha ayudado a escapar luego es sospechosa. ¿No hubiera sido más lógico huir directamente a México y que ella se reuniera allí con ellos?
- La propia Nancy, no se puede ser más estúpida. Te arriesgas de un modo increíble para que pueda escapar tu gran amor, cuando nadie te obliga a ello y luego a las primeras de cambio, le traicionas y colaboras en su detención. Pues si tenías miedo al final, haberlo pensado antes.
- Uno de los secuestradores, Albert, parece directamente retrasado. No sólo acepta deshacerse del cuerpo de un tipo que no ha matado, sino que lo deja por ahí tirado, se pone como un bendito lleno de sangre, luego con esa facha que da miedo aborda como si nada a unas chicas en la carretera de tal forma que huyen despavoridas, va vagando por ahí como un enajenado y al final prefiere que la policía lo mate antes que entregarse. ¡Vaya tonto! Pero que tú no has matado a nadie. Te puede acusar de varios delitos, pero no muy graves pero siempre será mejor que te cosan a tiros.
- La familia tampoco es que vaya sobrada. Por ejemplo, el chico y la mujer están esperando a que aparezcan los malos para huir por la ventana. Claro que la chica es peor. Llega a encararse con Bosworth diciéndole que se ríe de él en su propia cara, aunque poco después aparezca casi en estado catatónico por el shock del secuestro.
- La policía tampoco se libra. La manía de la mujer policía de no hacer sangre provoca directamente una matanza. Tienen a tiro a Bosworth los francotiradores pero prefiere que salga para poder atraparlo. Lo malo es que cuando sale, nadie se acerca a detenerlo y lo acaban tiroteando. Pues para eso lo podías haber hecho antes.

Respecto a Tim Cornell (Anthony Hopkins), su personaje me parece que tiene más cara que espalda. Toda su presentación te transmite la sensación de que es el típico fresco que no para de soltar milongas a las mujeres para seguir haciendo lo que le venga en gana. Lo que parece es que la amante que se ha echado lo ha dejado y ahora viene muy suave a hacer las paces con su mujer, pero sin el más mínimo arrepentimiento. Yo esperaba que al final muriera, redimiendo de esta forma su grave falta. Pues no, vivito y coleando y encima se hace el dueño de la casa.