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Pijama para dos

Romance. Comedia Jerry Webster y Carol Templeton se dedican a la publicidad, aunque trabajan para diferentes agencias. Molesta por los métodos empleados por Jerry (alcohol y mujeres) para conseguir los contratos, Carol intenta echarlo de la profesión. Para evitarlo, Jerry camela a la chica que iba a testificar contra él, convirtiéndola en la estrella de un anuncio para televisión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2008
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por Delbert Man. El guión es original de Stanley Shapiro ("Operación Pacífico", B. Edward, 1959) y Paul Henning. Se rueda en exteriores de NYC y en Universal Studios. Es nominado a un Oscar (guión original). Producido por Stanley Shapiro, se estrena en "première" el 20-XII-1961 (LA, CA).

La acción tiene lugar en NYC en 1961. Carol Templeton (Day) es ejecutiva de una empresa de publicidad. En los negocios se ve enfrentada a Jerry Weber (Hudson), director de la agencia de publicidad Ramsey. Ella es eficiente, trabajadora y decidida. Él es poco diligente y algo manipulador. El jefe de Jerry es Peter "Pete" Ramsey (Randall), acomplejado y confuso.

El film es una comedia romántica con elementos de humor y de musical. Desarrolla un cuento puesto al día de enredos, confusiones y malentendidos. Se presenta construido con ingenio y humor, a la manera de un "screwball". La historia es sencilla, efectista, gratificante y cómica. Busca divertir al público y obtener un gran éxito de taquilla que la convierta en un "blockbuster". Es el segundo film del grupo de tres, junto con "Confidencias a medianoche" (M. Gordon, 1959) y "No me mandes flores" (N. Jewison, 1964), protagonizadas por el trío Day-Hudson-Radall. Como recurso de comicidad hace uso, entre otros, de la inversión de géneros en el trabajo (mujer que trabaja como un hombre), que hoy resulta anacrónica. La interpretación del trío protagonista cumple a satisfacción. La escena del acuario es la más emblemática del film y una de las más conocidas de la pareja Hudson-Day.

Es interesante la documentación que aporta sobre el mundo neoyorquino de los negocios de los primeros 60, las costumbres de los ejecutivos, los métodos de captación y fidelización de clientes y la localización de la acción en la avenida Madison (5ª Avenida), centro de los negocios de publicidad. Aporta, además, documentación sobre la decoración de interiores, la moda del vestir, la tipología de cohces y otros extremos. El título español recoge el nombre de un postre de moda en aquellos momentos, el pijama, cuyos ingredientes son helado de vainilla, melocotón en almíbar, rodajas de piña en conserva, nata, flan de huevo y guindas. Se decía que su ingestión provocaba sueño, por lo que era aconsejable ponerse previamente el pijama.

La música, de FranK de Vol ("Confidencias a medianoche"), aporta una partitura festiva y alegre, que incluye una canción original, "Lover Come Back", a cargo de Doris Day. Añade otras ajenas: "Comptown Races", "Dixie's Land" (en la sala de fiestas), "Should I Surrender" (canta D. Day en el fondo del score) y "Carry Me Back To Old Virginia" (canta Jack Oakie). La fotografía, de Arthur E. Arling ("El capitán de Castilla", H. King, 1947), es luminosa y colorista. Realza la expresión corporal y presta especial atención al rostro de Day. Pese al paso del tiempo, la obra conserva buena parte de su frescura y comicidad.
Miquel
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5 de diciembre de 2008
32 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imperecedera. Pijama para dos, junto con Confidencias a medianoche y No me mandes flores un trío de excelentes películas inolvidables. Un trío de películas para un trío de fabulosos artistas: Rock Hudson y la admiración que irradia este actor, junto con Doris Day, nadie mejor para este enfrentamiento y Tony Randall, brillante como siempre, en unos papeles memorables, con un humor rompedor y limpio que nos provoca la carcajada fresca y la admiración más sincera. Impresionante Rock Hudson en un papel, con esas expresiones de granuja inolvidable.
Película divertida e ingeniosa donde las haya -logradísima impresión la del pez grande se come al chico-. Como un fugaz rayo de sol atravesando el cristal es esta película para el que disfruta con el buen cine: lo iluminará, lo encenderá con un brillo reluciente.
¡¡¡Cómo se lo monta el señor Webster!!!
floïd blue
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2 de diciembre de 2008
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La propuesta que nos ofrece Delbert Mann es bastante interesante, porque aunque parezca que nos vamos a encontrar ante otra de las grandes comedias de la época, esta tiene algo bastante diferente y por lo cual me ha llamado enormemente la atención.

Destacar desde el comienzo algo que también añoro del cine clásico, el típico narrador con voz en off, el cual nos va introduciendo en la historia a base de imágenes y detalles importantes.

En la mayoría de los casos nos encontrábamos con una " femme fatale " que metía en una serie de situaciones embarazosas al chico de turno, el cual solía encajar en el perfil de: sereno, apacible, bondadoso y poco dado a las discuciones. Véase Hudson en trabajos anteriores o Cary Grant. Sin embargo, aquí me encuentro con algo original y novedoso para mí. El personaje de Jerry Webster no encaja en este perfil. Es una persona egoísta, depravado, corrupto, sin principios morales. Al cual le importa poco lo que le rodea y los que le rodean, si para ello puede salir beneficiado.

Con el mundo de la publicidad por bandera, nos encontraremos a los dos máximos responsables de las dos grandes empresas de publicidad de dicha ciudad. Por un lado el mencionado Webster y sus " formas ". Y en el lado opuesto a la señorita Templeton, interpretada por una magistral Doris Day manteniendo un pulso interpretativo a la altura de su contrincante. Ella es profesional, atenta, sincera y con unos principios morales y personales que se alejan muchísimo de su antagonista. Perfecto la dirección de Mann en estos detalles, una haciendo diseños, balances, números y presentaciones para ganarse al cliente y el otro estudiando todo lo que le pueda gustar a ese cliente ( ciudad natal, antecedentes famosos, historia, bebida favoritas y tipo de chicas que le gustan ).

Este enfrentamiento entre ambos jefes de departamentos dará paso a una historia bastante entretenida y divertida, con situaciones muy rocambolescas. Cabe destacar siempre, el contar en una buena historia con bastantes personajes que permitan más posibilidades al director. En este caso, destacaré el papel del jefe de Webster y sus paranoias y la pareja de ancianos que continuamente coinciden con Webster y sus líos de faldas.

No creo que se arrepientan si deciden ver una maravilla como esta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
THE CROW
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22 de septiembre de 2009
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jerry (Rock Hudson) y Carol (Doris Day) trabajan como publicistas de compañías rivales, Carol es íntegra y de carácter, mientras que Jerry es un mujeriego seductor que consigue sus contratos con métodos poco ortodoxos. Las diferencias entre ambos se incrementan cuando Jerry consigue arrebatarle a Carol un jugoso contrato por el que ella (y su equipo) se estaban esforzando sobremanera. Ella le denuncia por competencia desleal y comienzan una lucha sin cuartel que desembocará en el intento de hacerse con el contrato de un producto inexistente, fruto de un lío amoroso de Jerry y de la ineficacia del jefe de este, Peter Ramsey (Tony Randall). El propio Jerry se hará pasar por el creador de dicho producto engañando así a Carol y haciendo que esta se rinda ante sus encantos, mientras contrata a un científico para que cree dicho producto ante la demanda popular del mismo. El enredo está servido...

Segunda de las películas protagonizadas por Day y Hudson, y, al igual que en Confidencias a medianoche (Pillow Talk), la famosa pareja prácticamente repiten personajes, ella dando vida a una independiente y testaruda mujer y él a un galán encantador y mujeriego. Ellos son sin duda el gran reclamo de la película gracias a su gran química. Si bien es cierto que un guión con las justas dosis de humor, amor y enredo juega también una baza importante en el éxito de la misma.

Las escenas entre Hudson y Day son lo mejor de la película, especialmente cuando somos espectadores de los engaños de este y de las reacciones que sus mentiras tienen en Carol. Del mismo modo el personaje de Randall sirve como contrapunto humorístico (al enredo amoroso) y su química con Hudson es igualmente evidente. Si hubiese que poner un pero a la película este es sin duda un final atropellado y ciertamente precipitado y una inocencia en algunos puntos casi bobalicona, pero encantadora en definitiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ddarko_1980
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23 de noviembre de 2016
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para examinar una película críticamente, es preciso descomponerla y analizar cuales son sus elementos expresivos utilizados por el cineasta, y los técnicos que le acompañan, la revisión detallada del film: el argumento, los interpretes, la fotografía, la música, la puesta en escena, el montaje, el contexto de su época. Más aún, si tenemos en cuenta que la comedia es un género poco valorado y de los más difíciles de lograr, resulta chocante la miopía que muchos practican a la hora de juzgar este film, que provoca lecturas superficiales y erróneas, como cursi, ñoña, pacata y otras lindezas por el estlo, que son poco precisas sobre lo que verdaderamente plantea, a veces soterradamente como en este caso, una cruda diatriba acerca del matrimonio y el mundo de las agencias de publicidad, como nos informan en el prólogo, un lugar donde habitan los “zánganos” y las “obreras”.

Tras unos ingeniosos títulos de crédito y con una puesta en escena trepidante y ritmo vigoroso, el cineasta nos presenta al “zángano”, es Jerry Webster (Rock Hudson), un amoral que pisotea el código deontológico del trabajo publicitario sito en Madison Avenue NYC. Administra la agencia de publicidad de Peter Ramsey (Tony Randall), un inepto que heredó la empresa de papá y que no es capaz de tomar una decisión. Jerry acostumbra a embaucar a sus potentados clientes consiguiendo la cuenta de anuncios, haciéndoles perder la cabeza con whisky y con fiestas privadas, gozando de los encantos de mujeres de compañía. Pero se topará con la impetuosa “obrera” de estricta moralidad, Carol Templeton (Doris Day) que está dispuesta a desenmascarar al libertino.

Una de las tres comedias que protagonizaron Rock Hudson y Doris Day. Un guión divertido y mordaz, bastante habilidoso y basado en la eterna guerra de sexos, que retrata la hipocresía moral en la sociedad americana de la época y el agresivo e influyente ámbito de la publicidad, llegándose al absurdo y paradójico producto vendible, el famoso “VIP”, una idea descabellada pero ingeniosa. Un film lleno de la inventiva que siempre caracterizó a su director. Lleno de situaciones jocosas además de un buen reparto de secundarios, hace que el resultado supere el aparente envoltorio de una comedia rosa y ridícula, es cierto que desafía una cierta lógica, un tipo tan conocido en ese mercado de la promoción no puede pasar por una cara desconocida para la competencia de la pizpireta y comedida Carol.

Resulta curioso cómo esta estupenda comedia se ha convertido al cabo de los años, en una de las cintas donde nada es lo que parece: co-producida por Martin Melcher, entonces marido de Doris Day, que la explotó en este tipo de comedias cuando ella podía haber hecho otros papeles dramáticos, un Rock Hudson de galán mujeriego cuando en realidad era homosexsual y odiaba este tipo de comedias, y sin embargo todo funciona con unos diálogos divertidos y con mala uva, exceptuando algún histrionismo y algunos modelitos y sombreros atípicos de la diva que ahora chirrian, pero cuajada de buenos gags, la química entre los actores y una gran fotografía realzando el mundo del lujo donde se desarrolla la trama. Una comedia que merece reivindicarse pese a los años.
Antonio Morales
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