Dominios oscuros

Un rejunte de varias películas de terror con todos los clichés y situaciones poco inteligentes que te puedas imaginar. Mansión embrujada en un bosque, secuestradores que llevan a sus rehenes al lugar tras accidentado escape, los atan y jamás los supervisan, escape de estos últimos aunque luego deciden volver a entrar... Y así sucesivamente. A esto hay que agregarle que las escenas no asustan en lo más mínimo y el giro del final es sumamente rebuscado y bizarro. Malísima por donde se la mire.

La premisa puede ser interesante pero el desarrollo es soporífero.
Dan vueltas entre gritos, llantos, persecuciones, tiros, una y otra vez sobre lo mismo.
Encima rellenan mal con clichés de todo tipo, los villanos son de caricaturas.
La escenografía acartonada no ayuda, y la pésima protagonista, tampoco.
El final es curioso, pero quedan muchos cabos sueltos.

Después de que una pareja cometa un robo y sean perseguidos por la policía tailandesa terminan en una casa apartada que está habitada por algún tipo de mal.

Como dije en otro sitio con esta película en su momento, toda la primera parte en la que cometen el robo y llegan a la casa está bastante bien pero a partir de ese momento es un despropósito total. Si no fuese por Ryan Kelly que aquí sale todo «hunky» no hubiera pasado la película hacia adelante para ver el final. Este chico es el que hacía de «hound of hell» —no recuerdo exactamente cómo lo llamaban— en «Teen wolf», la de Tyler Posey.

No mucho más que decir que solo tiene de punto diferente el toque exótico y que está ambientada en una casa apartada.

(Ni una película sin crítica).

Según Platón, Los espíritus vulgares carecen de destino. Y eso es lo que yo veo en esta película, vulgaridad y deriva.
Una obra cinematográfica impregnada en Rococó. Donde, obviamente, no falta la niña fantasma, espejos, sombras y; por supuesto; la caja musical.
Noventa minutos que nos describen la situación actual del cine de terror, un género lamentablemente bastardeado que termina produciendo “obras” como “Dominios Oscuros”, en donde la emoción que prima es la vergüenza ajena...

Film que mezcla robos con casas encantadas y que esta protagonizado, por Ryan Kelley (Comando War Pigs) y la tailandesa Priya Suandokemai entre otros.

Después de que una persecución policial de alta velocidad conduce a un choque inesperado, dos ladrones de bancos estadounidenses y sus tres rehenes locales se refugian en una misteriosa mansión en el bosque. Mientras los delincuentes planean su próximo movimiento y los rehenes intentan escapar, comienzan a darse cuenta de que nadie está a salvo del mal que acecha dentro de la casa.

Con un inicio que ya te anticipa el nivel general de la cinta, Dominios Oscuros arranca con el robo que dice la sinopsis, para posteriormente ir a parar a la casa donde se va a desarrollar el resto de la película. Desde ese mismo momento, la trama cae en una serie de sinsentidos que van a ir in crescendo durante toda la película, mostrando unos comportamientos en los personajes que son completamente ilógicos junto unas situaciones que se copian de otras películas para intentar provocar el terror en el espectador sin conseguirlo en ningún momento. Dominios Oscuros finaliza con varios giros de guión, que aunque le aportan cierta gracia a la película, quedan igual de inverosímiles que el resto de la película.

Con poco o nada a resaltar, Dominios Oscuros queda en una película muy mala que amplía el catálogo de varias plataformas digitales, nada recomendable.

Nota personal 2/10