Ven tras de mí

Sexto film de Richard Fleischer, realizado con la colaboración de Anthony Mann (no acreditado). El guión es de Lillie Hayward, que desarrolla un argumento de Francis Rosenwald y Anthony Mann. Se rueda en los RKO Studios con un presupuesto de serie B. Producido por Herman Schlom para la RKO, se proyecta en "première" el 7-VII-1949 (EEUU).

La acción tiene lugar en LA durante el invierno de 1948/49. Un asesino psicópata apodado "el juez", que sólo actúa en noches de lluvia, lleva 6 meses perseguido infructuosamente por la policía, a pesar de los descuidos que comete y las pistas que deja en los lugares de los hechos. El oficial encargado del caso es el teniente de la policía Harry Grant (William Lundigan), que cuenta con la ayuda del sargento Collins (Jeff Corey). Como periodista sigue la investigación la reportera Ann Gorman (Dorothy Patrick).

El film es una obra de cine negro, con buenas dosis de crimen, suspense, misterio y drama. El realizador es hijo de Max Fleischer, pionero de la animación y creador de los personajes de Popeye, Betty Boop y otros. Contratado por la RKO, realiza en 1948 dos films de serie B y cuatro en 1949, destinados a los entonces habituales programas de sesión doble. Corresponden a su etapa de aprendizaje, que se prolonga hasta los primeros años 50.

La película destaca por su sencillez, sobriedad y solidez. La narración es concisa y eficaz. Desarrolla una especie de crónica periodística de la persecución de un asesino en serie, que se expone en términos documentalistas y realistas. Prima la acción sobre la descripción de caracteres. La atmósfera que rodea la acción está bien lograda. Incorpora los principales atributos del cine negro: dominio de la noche, interiores opresivos, espacios urbanos oscuros, iluminación artificial, tubos de neón, etc. Construye un final acertado y convincente. Pese a su condición de obra primeriza, pone de manifiesto las aptitudes de buen realizador de Fleischer.

Incorpora dos escenas destacadas. La primera es propia de una comedia: Grant, seguido de la reportera Ann, llega a su apartamento, donde con desenvoltura y naturalidad provoca el estupor de la chica entrometida. La segunda es la persecución del criminal por el laberíntico e intrincado exterior de una refinería, entre tubos, pasarelas, escaleras metálicas, chimeneas, etc. Una escena en "flashback" explica uno de los crímenes de "el juez", contado con fuerte carga emotiva por la propia víctima. Otra escena muestra la sustitución del criminal por un maniquí.

La música, de Leonid Raab ("Traidor en el infierno", B. Wilder, 1953) y Paul Sawtell, aporta una breve partitura original, de carácter descriptivo y de acompañamiento ambiental. La fotografía, de Robert De Grasse ("Hombres", F. Zinnemann, 1950), ofrece encuadres precisos, planos tensos, imágenes vertiginosas y ambientes oscuros y tenebrosos.

Un asesino en serie que se hace llamar "El Juez" tiene aterrorizada a toda la ciudad. El teniente Harry Grant es el encargado del caso y, junto a la guapa periodista Ann Gorman, iniciarán una serie de pesquisas que les llevarán a encontrar la guarida de "El Juez".
No destaca excesivamente dentro del género 'negro'. Fleischer logra una impecable puesta en escena y muestra algún destello de lucidez pero se queda sólo en eso. Aunque el guión es decente a la película le falta ritmo. Aunque dura sólo una hora se nos hace más larga. Aunque Dorothy Patrick le da encanto a la cinta William Lundigan no aporta nada (como diría mi padre parece que está puesto por el Ayuntamiento).
Lo dicho, se deja ver por el acertado ambiente de 'negro' que impregna toda la película.

"- Si compra en este kiosko es que vive en este barrio.
- Sí, tenemos que sacudir todos los edificios hasta que se caiga de uno de ellos".

Una de las películas de la primera etapa del gran Richard Fleischer (en esta ocasión firmando como Richard O. Fleischer), uno de mis directores favoritos de todos los tiempos no tanto por sus excelentísimas cualidades cinematográficas, que las tiene en abundancia, sino porque sus cintas no me podían satisfacer más en cuanto a entretenimiento y pura aventura se refiere: "Veinte mil leguas de viaje submarino", "Los vikingos"....
En esta ocasión logra un modélico trabajo lleno de intriga y suspense, a cargo de los asesinatos de un tal "El juez", un desconocido que se ha erigido en portador de los valores positivos del ser humano y en cuanto sabe, o cree, saber de alguien que no los cumple, le asesina estrangulándole con sus propias manos.
Se trata de un filme pequeño en cuanto a duración de metraje, pero realizado con esmero y dedicación, dotándole de alma propia y constituyendo un claro ejemplo de buena obra salida de la RKO, productora que nos hizo soñar durante muchos años.
Aquí, con un perfecto guión de Lillie Hayward, adaptando con pulcritud la historia de Francis Rosenwald y ¡Anthony Mann!, consigue con su sobriedad expositiva, sus excelentes diálogos (el empleado del bar hablando por teléfono sobre posibles caballos ganadores de carreras:

" ¿Que cómo es de rápido ese caballo. Pues en una carrera de dos llegaría el tercero".

O este otro:

"- ¿Que cómo de bueno es ese caballo. Pues la última vez que le vi correr conducía un carro".

En definitiva, un buen trabajo, entretrenidísimo que deja un muy inmejorable sabor de boca.

http://filmsencajatonta.blogspot.com

Lo raro con estos noir de clase B es que te decepcionen, casi siemrpe dan lo que se espera.
Lo peor: podrían haberle dado más importancia a Ann, queda bastante desdibujada en el último tramo, aunque es entendible y coherente, su presencia se echa en falta.
Lo mejor: es muy entretenida, ágil, bastante atrevida en las insinuaciones sexuales. La forma en que describen la investigación policial y sobre todo el perfil del asesino.
Para ser una película de tan bajo presupuesto se preocupa mucho por la fotografía, y los planos.