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El vikingo

Drama Ramón (López Vázquez), un tipo de apariencia mediocre que está harto del matrimonio, alcanza el éxito en su empresa. Lo que ignora es que sus ascensos se deben a las relaciones de su mujer con algunos directivos. Cuando ella decide separarse para irse con el director de la empresa, la idea de deshacer la casa hace que la pareja evoque las ilusiones pasadas. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
20 de enero de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy posible que al terminar de ver esta película no se haya visto nada sorpresivo ni digno de mencionar aparte, el caso es que debidamente apreciada se puede disfrutar de un gran drama, interesante, con una perfecta puesta escénica y una dirección exacta para reflejar lo que Lazaga parece que quiere reflejar: el clima tristón e hipócrita que invade la condición humana a causa de una perpetua insatisfacción.

Esta obra tiene la cualidad siempre agradable que hace pasar los minutos de su visionado sin ningún signo de pereza, al contrario, se verá con el interés de descubrir más sobre una sociedad que puede ser la pasada y puede ser la presente también, una sociedad relamida, de gran poder adquisitivo, con lacayos, amanerada, llena de convencionalismos, reverencias sumas, y, en fin, esas formas sociales de las altas esferas que confunden la educación y el gusto.

Ahí tendrás a don Ramón, un directivo de una importante empresa del ladrillo en los años 60 principios de los 70, en los años del despegue económico que mira a Europa, que mira las libertades sexuales e incluso cree poder aspirar al mundo entero. Es un trofeo el que recibe con ramas de laurel rodeando el mundo lo que le enorgullece, es el personaje central que vive su auge personal con satisfacción pero no total.

El Vikingo se centra en el aspecto familiar del exitoso hombre, en el aspecto íntimo ya que el social es conocido, es un directivo de éxito, pero en el familiar no hay éxito. Es el vikingo, el dibujo del vikingo con sus enormes cuernos. El caso es que este problema arruina lo que debería ser un éxito completo y le sume en una continua rebelión descontrolada.

El vikingo es una buena película, a día de hoy con una nota baja por no ser debidamente apreciada, con un ritmo certero, sin fallos, una memorable actuación de José Luis López Vázquez, como siempre, para un papel acorde a su físico, como siempre también, una película de deseos en las que no siempre vale la aventura amorosa, aquí te pillo aquí te mato, enseña que cuando estas aventuras extramatrimoniales no son de diversión sino alentadoras, de esperanzadores cambios, las antiguas y represivas reglas sociales intentan por medio de la vergüenza impedir a toda costa resolver el fracaso matrimonial. Te joderás y cubrirás las apariencias como precio a tu imagen total de éxito social. Y a otra cosa.
floïd blue
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23 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que podría haber sido un excelente retrato de un arribista, símbolo del desarrollismo franquista de los años 60 y primeros 70, se nos queda tan sólo en un quiero y no puedo no sólo por la poca finura de Lazaga, sino por la falta de incisión de la historia, la cual, por otra parte, no deja de ser interesante. Las excelentes interpretaciones de López Vázquez y Concha Velasco sobrepasan en sutileza a las fórmulas una y otra vez repetidas del mañoso artesano que es el director catalán, las cuales son utilizadas aquí de la misma manera en que las solía desplegar en las comedias de Paco Martínez Soria, lo que rebaja hasta el nivel de éstas las pretensiones del retrato y de la crítica del filme. Por otro lado, el relato se queda corto pues no se atreve a mostrar sin tapujos lo que todo el mundo acaba por pensar: que el “vikingo” del título se presta a no ser más que un consentido únicamente por la ambición de escalar en sociedad, por no decir que se convierte en un tácito proxeneta de su esposa. Un poco más de valor en el guión (o un poco menos de hipocresía) y un director algo más sensible a esta historia y de más altura artística nos hubieran proporcionado una buena película. Aun así la recomiendo por considerarla una especie de rareza en la filmografía de Lazaga y un intento interesante de crítica social.
jokinr
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7 de septiembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sorprende que un título como este haya quedado en el olvido.

No voy a decir que sea una peli de culto, pero creo que es una de esas películas que nos ayudan a entender una época. El punto de vista del guión y del director es un tanto o un mucho maniqueo, pero es una faceta más del mensaje que se quiere dar.

Pero, precisamente este maniqueo es lo que ha dejado anclada esta peli en el tiempo. Una pena, porque podría haber dado mucho más de si. El trabajo no deja buen sabor de boca, porque como leí en una crítica en "The crowd", - Y el mundo marcha - ya tenemos suficientes problemas en la vida como para ver una historia de fracasos continuos, demasiado reales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caramelo_C
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15 de junio de 2017
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En "El vikingo" se encuentra esa indefinición genérica que destrozó algunas películas anteriores de Pedro Lazaga como por ejemplo "Los guardiamarinas", "No le busques tres pies" o "Las amigas". "Los guardiamarinas" puede ser su peor película y las otras dos mentadas rebosan defectos provocados por esa indefinición genérica mientras que en "El vikingo" ocurre todo lo contrario. La película se mueve entre lo cómico, lo melodramático y lo grotesco y el realizador consigue establecer un tono francamente peculiar que consigue atraer al espectador dentro de esa historia de dos matrimonios amigos que compartian en principio las mismas ilusiones y que luego empiezan a obsesionarse con la esperanza de encontrar un nuevo aliciente cada dia para seguir viviendo. Esta realización fue filmada en muy poco tiempo y no se nota para nada eso ni en la técnica ni en el proceso narrativo porque la impresión que da es la de un proyecto que fue concebido con mucha calma y eso es porque Pedro Lazaga se encontraba especialmente inspirado en aquel momento controlando con soltura la mezcla de tendencias argumentales que representa el film. Momentos como los del principio donde aparecen los nazarenos o cuando Concha Velasco se dirige a toda prisa al aeropuerto destacan en este curioso híbrido cinematográfico.
Cromatico
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