Fuego verde

Es una película de aventuras y para nada resulta mala sino que es digna y supera el aprobado: se sitúa en Colombia, en laderas de montañas donde se cultiva el café, con una grupo de bandidos (la del "Moro"), con una familia de hacendados cafeteros compuesta por dos hermanos, un varón (John Ericson) y una hembra (Grace Kelly), con una misión católica liderada por el "Padre Ripero" (Robert Tafur), etc. Allí llegan dos extranjeros (Stewart Granger y Paul Douglas) , aventureros, buscadores de una veta de esmeraldas que les haga multimillonarios.

Probablemente si "Fuego Verde" no tuvo éxito en las pantallas de cine fue debido a circunstancias completamente aleatorias o cuyunturales, como suele ocurrir muchas veces con obras de arte que son excelentes o al menos suficientemente dignas. El film tiene a una pareja de actores bien hermosos, que en los años cincuenta eran muy populares, famosos y cotizados; tanto Stewart Granger, con sus sienes canosas como la rubia Grace Kelly, eran dos actores de mucho gancho y actractivo y en esta película lo demuestran: hay varios besos entre Stewart y Grace de enorme sensualidad, tres al menos son de él inclinándose sobre ella y comiéndole sabrosamente los labios y uno de ella lanzándose sobre la boca de él con pasión femenina. Ambos están radiantes.

Y no sólo hallamos besos, hay también escenas bastante dinámicas de minería, jugando al "tejo", navegando por un río, hombres rodando montaña abajo, etc. Lo que no sale para nada es ni la hoja de coca, ni la cocaina, ni los terroristas de las FARC o paramilitares, todos estos problemas de mayor envergadura empezaron a caracterizar a Colombia después de los años cincuenta, desgraciadamente.

Fej Delvahe

El ya mencionado en alguna ocasión director Andrew Marton, pensó que era el momento de convertirse en un director de renombre después de ser el pelota del jefe durante bastante tiempo.
Y no se escurrió la cabeza, eligió un proyecto que pretendía retomar el éxito de “Las minas del Rey Salomón”. Para ello era inevitable contar con el mismo primer espada Stewert Granger, una actriz de moda como Grace Kelly y cambiar África por Sudamérica. Evidentemente el género debía de ser de aventuras pero esta vez aderezado con unas gotitas de drama para hacerlo más pasional. Es decir, el cine entendido como si fuera una receta de cocina. ¿El resultado? Un fracaso (excesivo a mi juicio).

Lo que está claro es estas películas para que funcionen necesitas un buen productor y mucho dinero y Armand Deutsch no es Zimbalist y aunque no es una película barata los espectadores de la época ya estaba acostumbrados al caviar de las superproducciones como “Ben Hur” - en la que Marton por cierto había participado- y les costaba cambiarlo por jamón York.
Pero la gran diferencia es que mientras “Las minas...” se apoyaba en una novela fantástica, “Fuego verde” es una historia totalmente menor. Una película sin un buen guión es una película con problemas en su mismo ADN y si además sustituimos paisajes naturales por excesivas escenas de estudio pues ya se sabe el resultado.

De todas formas en general el cine norteamericano no ha sabido retratar bien las películas ambientadas en América Latina, (salvo excepciones como “El tesoro de Sierra Madre”) o por lo menos no igual de bien que las que transcurren en África.

Un fracaso que tuvo repercusiones ya que Stewart Granger comenzó un evidente declive y nunca más estuvo en las cifras multimillonarias que cobraba anteriormente.
No le pasó lo mismo a la futura princesita Kelly, ahí estaba Alfred Hitchcock al rescate, que para eso las mujeres lo tiene más fácil.

Tras el fracaso Marton volvió a ser el director lo que fue siempre un director de encargo de productor que controla todo el proceso.

Aún así “Fuego verde” es un producto que merece un visionado ya que encontraremos cositas muy interesantes, como a Granger de precursor de Indiana Jones (Spielberg cita esta película dentro de sus modelos para crear el personaje que le consagró). Además tenemos una buena banda sonora del maestro Miklós Rózsa. Y sobre todo se pasa el rato agradablemente que es de lo que se trata, no busquen mucho más.

Nota: 5,6

Este es uno de los muchos films de aventuras que produjo la Metro Goldwyn Mayer en los años cincuenta, dirigido por Andrew Marton, antiguo colaborador de Ernst Lubitsch, que con anterioridad había dirigido la entretenida “Las minas del rey Salomón”. En esta ocasión adapta una novela de P. W. Rainier, que enfrenta a un aventurero, Rian X. Mitchell (Stewart Granger), afanado en buscar un yacimiento de esmeraldas en unas montañas de Colombia, y a una mujer, Catherine Knowland (Grace Kelly), empeñada en seguir la tradición familiar en el cultivo del café.

Una película sin pretensiones más allá del entretenimiento, donde subyacen las constantes típicas del cine de aventuras, conflictos humanos, intereses personales (me recordó vagamente a “El tesoro de Sierra Madre”), la codicia, los bandidos, catástrofes naturales. Situaciones extremas donde sentimientos de amor y paisajes naturales exóticos se dan la mano, gracias un director que consigue fundir armónicamente detalles y conjunto. Lo mejor es la belleza serena de Grace Kelly justo antes de casarse con Rainiero de Monaco, la música de Miklos Rózsa y la excelente fotografía en Metrocolor y Panavisión.

Cinta de amor y aventuras ambientada entre las minas de esmeraldas y los cafetales colombianos. Dos buscavidas mineros, Rian X. Mitchel (Granger) y Vic Leonard (Douglas) parecen haber encontrado la mina "Carrere" famosa ya en tiempos de los colonizadores españoles, pero sus intereses tropiezan con los cafetales de los hermanos Knowland, Catherine (Kelly) y Donald (Ericson).
Entre el verde esmeralda y el negro del café vamos a movernos.
Como hay que vestir un poco la trama por allí aparece la banda del Moro, un puñado de malhechores más desgraciados que otra cosa. En el otro lado un franciscano, el P. Ripero (Tafur), pone algo de sensatez.
Trama simple, de mineros, desarrollada con un guion flojo que está al servicio de los dos divos, Kelly y Granger. Este último "Perito de la evolución romántica de América del Sur", en palabras de ella. Acción escasa y regularmente realizada. Nos plantamos en la mitad del metraje y realmente no ha pasado nada fuera de los flirteos de los tortolitos. Tampoco es que luego ocurran muchas cosas.
Mejor la realización que se detiene bastante en el análisis de los personajes, entre los que destaca especialmente un Leonard muy bien interpretado. Kelly bellísima como siempre.
Buena banda sonora que incluye la célebre canción cubana "Maringá" creada en 1932 por Joubert de Carvalho.
Afortunado en amores, el minero se tendrá que conformar con algunas piedras de berilio, un ciclosilicato de berilo y de aluminio, también de color verde y también de gran belleza aunque no alcance el valor de la esmeralda. Meros "pisapapeles".
En la ciudad tendremos tiempo de ver a lo lejos la "Farmacia Porto".
Amor, aventuras, musical, toques cómicos ... Demasiados ingredientes para una historia algo insulsa, si bien permite pasar un rato distraído. Recomendable aunque solo sea por Grace.

Ahora mismo, estoy viendo este divertido, entretenido y magnifico film en excelente technicolor y con estrellas tan refulgentes que hablan con aquellas voces de los Estudios Metro, que aun le dan más relevancia.
Nunca he sabido el motivo por el que se respetan y se han respetado los doblajes iniciales de films que unos de importancia relativa y otros porque perderían la esencia de cómo fueron vistos inicialmente, por tanto, enhorabuena porque aun algunos iluminados sátrapas , quiero imaginar que por encima de la explotación está el arte.
Merece la pena recordar al gran Juan Luis Suari, sucesor de El Papa ( Rafael Luis Calvo). O asi me lo parece.