Los profesores de Saint-Denis

*El golpe en la mesa

La educación es uno de los temas más importantes a nivel social, en especial, porque se fundamentan las bases de las generaciones futuras. Mehdi Idir y Grand Corps Malade exploran el sistema educativo en Los profesores de Saint-Denis. A través de una comedia que se aleja del drama que pudiera envolverlo, expone las situaciones en uno de los barrios más duros de París. Mientras que con humor muestra las vivencias de sus protagonistas, por otro lado, analiza la repercusión que tiene su profesorado en su intención de cambiar su rumbo. Asimismo, no busca mitificar la imagen del profesor-salvador, sino que enseña las imperfecciones que recorren las personalidades de éstos, haciéndoles partícipes de aquello que no está bien dentro de la comunidad educativa. Por lo cual, compara la imagen de los estudiantes con la de los propios profesores.

Sin embargo, el problema que presenta el guion es que se excede en el ambiente feel-good de la película, pudiendo confundir al espectador con el mensaje que se pretende extraer de este film. Por un lado, desengrana las flaquezas que hay dentro de la concepción de los alumnos en este tipo de barrios, pero por otro los normaliza hasta unos niveles en los que roza peligrosamente la ligereza caricaturesca. Lógicamente, no buscan una heroína o un héroe en escena, pero la madurez que presenta uno de sus personajes principales se ve opacado por el exceso de humor que adorna la cinta. Además, hay ciertos aspectos que son un todoterreno, de los que se podía esperar una mayor profundidad en su desglose narrativo. En consecuencia, es una historia que invita a la reflexión, pero que no tiene la fuerza suficiente para remover al público.

*La vida escolar

No son pocas las películas que han puesto la educación como eje central de la acción. Al igual que éstas, Los profesores de Saint-Denis han contado con un reparto coral muy diverso. En primer lugar, destacar a Zita Hanrot como Samia Zibra. La actriz ofrece una interpretación llena de naturalidad, no dejando que la luminosidad la invada y lo contrasta con matices en su personalidad. Hay que añadir que tiene una dulzura intrínseca que combina a la perfección con la firmeza en pantalla y cierta crudeza en su forma de proceder. Luego, su némesis, Liam Pierron como Yanis, el joven actor es una de las mejores interpretaciones del film. Es más, lleva a su personaje como principal relator de la obra y sabe manejar la carga dramática que se deposita en él. Además, lo hace desde una templanza frustrada controlada brillante.

Es conveniente destacar la participación de Soufiane Guerrab como Messaoud, tiene esa picaresca y carisma que hacen que eleve el perfil de su personaje. Inclusive, lo hace de una forma orgánica y se aleja de arquetipos innecesarios. Hay que añadir que tiene un toque personal y se desmarca de lo humorístico innecesario que sí se plantea en otras interpretaciones. En concreto, Alban Ivanov no termina de convencer con el exceso de histrionismo que recorre su personaje. Pese a no tener la responsabilidad de cómo está concebido desde el guion, termina por caer en un trabajo que parte demasiado de lo irreverente. Por lo cual, se hace algo tedioso. Por lo general, el elenco como grupo actoral funciona y tiene bastante consonancia entre unos y otros, aunque no todos realicen una interpretación excelente.

*La comedia a la francesa

En el apartado técnico con Los profesores de Saint-Denis hay un conflicto que se percibe desde la primera secuencia y es la falta de innovación. Dicho de otra forma, evita arriesgar en el despliegue visual y obtiene como resultado una película correcta. Además, tristemente, esta temática y la forma en la que lo hace ya ha sido explotada anteriormente, y con mejor resultado, por lo que puede dar la sensación de déjà vu. Sin embargo, no se puede negar que cumple con los requisitos para tener un acabado profesional, aunque no utilice los recursos artísticos para ir más allá. Por lo tanto, le falta emoción, no hay un ápice de uso expresivo en la composición visual. En consecuencia, el espectador pone foco en la acción, dado que el resultado técnico no destaca ni conmueve, incluyendo las escenas con mayor carga dramática.

No obstante, es disfrutable a los ojos del público, es ligera y no busca unas complicaciones que podrían haber despistado a la audiencia. Por otra parte, hay ese imaginario de ‘barrio’ que transporta perfectamente al público hacia las formas de vida y de hablar de sus personajes, sin abordarlos desde una superioridad aleccionadora. Por ello, se agradece que en el montaje y en la elección de los colores, se aleje de un estilo de realidad dura. Sigue una línea visual a una historia de vida. Por otro lado, la elección de la banda sonora es potente y encaja a la perfección con la personalidad que recorre la película de principio a fin. Gracias a esta decisión, hay un ápice de modernidad y de establecer un sello de identidad. Por último, el montaje es dinámico y con movimiento, haciendo accesible su visionado.

*Conclusión

Los profesores de Saint-Denis vuelve a poner sobre la mesa el sistema educativo y la posible mala gestión en los barrios con necesidad de atención social. Sin embargo, no termina de explotar su intención y cae en un uso reiterado de la comedia para evadir el tema principal. A nivel interpretativo es notable, aunque hay que agradecérselo, en especial, a Zita Hanrot, Liam Pierron y Soufiane Guerrab. Por otra parte, el despliegue técnico no innova y ofrece una película al uso que, pese a ello, es ligera y accesible de ver. No obstante, la banda sonora eleva el resultado del film. Una protesta desde el buen rollo que termina perdiéndose en una excesiva luminosidad, pero en la que, por lo menos, llega parte de la importancia del mensaje que se encuentra en su trasfondo.

Escrito por Diego Da Costa

Sorprende por su naturalidad y huida de una situación convencional de barrio periférico parisino irredento. Los personajes son relativamente naturales y claramente creíbles con todos sus defectos y virtudes, con momentos cómicos enfrentados a situaciones delicadas. El ritmo imprimido por Mehdir Idir (nacido y criado en Saint-Denis y supuestamente reflejado en uno de los personajes principales) mantiene un interés constante durante toda la proyección. Muy acertada.

Enric Sentís. Flash Moda In&Out

A pesar de que el tema se ha repetido en el cine innumerables veces, los directores Mehdi Idir y Grand Corps Malade saben llevar a buen puerto la película, gracias a unos entrañables y convincentes personajes.

Se muestra bien la realidad de los colegios en los suburbios de Paris como el de Seine-Saint-Denis desde el punto de vista de alumnos y sobre todo de los profesores que con gran pasión y profesionalidad intentan mostrarles una salida a estos jóvenes con problemas de adaptación y que provienen de familias con muy pocos recursos.

Un film tierno y a veces divertido que hasta llega a parecer un documental muy realista. En la que destaca la deslumbrante Samia (Zita Henrot) que llega a Ardèche en Saint-Denis como Asesora Principal de Educación. Pronto comenzara a lidiar con problemas de disciplina mucho más difíciles de lo que imaginaba. Pero con una gran vitalidad intentara ayudar a los chavales para que puedan construirse un futuro.

La película habla de la dificultad de enseñar y educar en esta área donde estos adolescentes carecen de orientación, a veces de padres o simplemente de un plato de comida. Pro no cae en la demagogia fácil, ni llega a ser lacrimógena para nada.
Destino Arrakis.com

La pareja de directores Grand Corps Malade y Mehdi Idir nos presentan su segundo largometraje, una drama social sobre un instituto en los suburbios de París. En 2016 nos presentaron su opera prima “Patients” una película sobre el mundo de la discapacidad de un deportista, que curiosamente está basada en hechos reales, como gran parte de la película que nos presentan ahora.

El título original sería La vida escolar, que hace más referencia a tal y como se ha traducido aquí “Lo profesores de Saint- Denis”, porque aunque trata sobre los profesores, el protagonismo se los llevan de igual manera parte del alumnado y casi todos los profesores, desde los más a los menos implicados. La parte central de la historia se centra en su mayor parte en dos protagonistas, por una lado tenemos a un alumno conflicto y por otra a una profesora recién llegada al centro que es la encargada de comunicar a los alumnos con el resto de los profesores y a estos con los padres. Es lo que se denominaría un núcleo de unión entre todos.

La película es muy realista, se nota que está hecha con gente de los suburbios, la mayoría de los protagonistas son vecinos de ese barrio. La cinta intenta mostrar en todo momento las dificultades que existen entre la disciplina y la compresión en unos ambientes sociales poco convencionales. Pero en ningún momento entra en el drama más absoluto, ni es escenas de gran tensión. Es más como una especia de documental que nos va reflejando el día a día y donde vamos viendo que tanto los profesores como los alumnos no tienen tantas diferencias y como comparten muchas aficiones ( Incluso hacen una fiesta en conjunto, con drogas y alcohol de por medio).

En casi todo su desarrollo la historia funciona bastante bien, tiene muchos momentos de humor, pero también hay tiempo para hacer crítica al sistema educativo francés y a como se gestiona. Como punto negativo creo que en la parte final baja un poco de nivel y que tiene un final algo forzado. Aún así su visionado merece la pena. No esperen una película como “ La clase” de Laurent Cantet o ¨Los Miserables” de Ladj Ly, porque esto es otra cosa, tienen algún paralelismo, pero intenta mostrarnos otras realidades.

Lo mejor: La verdad que desprende y las interpretaciones de sus actores
Lo peor: El final me parece algo forzado


Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

Hay que añadir Los profesores de Saint-Denis a la amplia lista de títulos franceses que tratan del mundo de la educación: Los chicos del coro, La clase o la obra maestra de Bertrand Tavernier, Hoy empieza todo, entre otros. Todos ellos muestran el amor hacia los maestros, sus errores, sus aciertos, sus éxitos y fracasos; en definitiva, su humanidad de una manera real, sin artificio y sin convertirlos en superhéroes como nos tienen acostumbrados algunas propuestas de Hollywood. Aquí los profesores y los alumnos son personajes de carne y hueso que no responden a estereotipos de fábrica.

Sin embargo, la diferencia que nos aporta el segundo largometraje de Mehdi Idir es, precisamente, su experiencia personal. El director nació y creció en el mismo barrio que nos muestra. Hijo de padres argelinos que emigraron a Francia, ha experimentado en sus carnes cómo es vivir en uno de los suburbios más conflictivos de Europa. Y esto es lo que nos enseña, ni más ni menos. No hay un mensaje contra el racismo, ni un color político, ni una mirada crítica hacia el Estado. Mehdi Idir nos muestra un curso escolar, desde la mirada de Samia, una orientadora pedagógica de origen argelino que ha aceptado una plaza en el centro para poder estar cerca de su novio encarcelado en una prisión cercana por robar tarjetas de crédito. En ese nuevo instituto, la protagonista aprenderá a contar con sus compañeros, a no juzgar a los alumnos y a saber que la el libre albedrío está por encima de sus buenas intenciones.

Otra de las maravillas de esta película es que Mehdi Idir ha mezclado media docena de actores profesionales con docentes y alumnos reales de allí. Por eso, su relato tiene el sabor del cine primitivo donde los cineastas se dedicaban a colocar la cámara en un lugar y esperar que las cosas sucedieran. No se asuste el espectador porque tenemos historias, conflictos, humor y tramas personales, pero están conducidas de manera que casi no se nota la mano que mueve los hilos. De la misma manera, sucede con las cuestiones morales que plantea: hay alumnos que salen adelante y otros que no. Hay profesores que trabajan, buenos profesionales y otros que son peores que los peores alumnos. No obstante, aquí los que miramos desde la butaca somos quienes tenemos que darnos cuenta de las diferencias.

Los profesores de Saint-Denis es perfecta para el público interesado en la educación, preocupado por cuestiones sociales y humanas. Ese espectador que busca la verdad en la realidad de las cosas sin esperar que le den las soluciones. El que quiera algo así disfrutará con la película de Mehdi Idir.

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