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The Dirties

Comedia. Drama Dos amigos de instituto optan por enfrentarse a los matones haciendo una película sobre cómo lo hacen, en un mundo sin consecuencias, obtienen su venganza. El problema es que uno de ellos no está interesado tan solo en hacer una película de ficción sobre el tema, él quiere rodar esto de manera real. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
14 de marzo de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apuesto fuerte a que este peliculón acabará siendo una película de culto en un futuro. Y es que tiene todo para serlo. Una maravilla en todos los sentidos, Matthew Johnson brinda una de las mejores óperas primas que he visto jamás.

Tuve la oportunidad de verla en el festival de Sitges y de incluso poder hablar con el propio Matthew Johnson un buen rato, y al hablar con él uno comprende aún mejor la maravilla de película que tenemos ante nosotros: una película sencilla pero elaborada, ingeniosa, apasionada, y que muestra un cariño por el cine brutal.

En un formato de falso documental, con una cámara que aún moviéndose sin parar no marea (ejem, Los Miserables, ejem), consigue ponernos en duda si lo que estamos viendo en el fondo es una realidad o una ficción. Parece estar todo hecho de una forma tan natural que abruma su realismo en algunos momentos, incluso uno de los protagonistas es el propio Matthew Johnson. Un ejercicio de cine dentro de cine enmascarado de documental que muchos cineastas consolidados envidiarían. Una historia muy bien ligada y explicada, una evolución de los personajes más que perfecta (no hay momentos precipitados o extraños), momentos de comedia magistralmente ingeniosos y llevados a cabo (el momento Malkovich es realmente brutal) que beben del mismo vaso que una tragedia que te retuerce el estómago, brindando uno de los mejores finales que he podido presenciar en una película.

Estoy ansioso por ver el próximo trabajo del canadiense, creo que es uno de los mayores talentos emergentes que tenemos en el cine y lo ha demostrado con esta joya maravillosa. El mejor trato del bullying que he visto jamás, de la forma más natural y sincera que puede haber. Más que recomendada, es vital verla.
persianaTIE
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8 de marzo de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con sólo 27 años, Matt Johnson irrumpió en el panorama cinematográfico con su ópera prima The Dirties, que, como ya les adelantábamos, hace acto de presencia en la sección de largometrajes de este IBAFF 2014 tras haber recorrido a su vez diversos festivales de todo el mundo y cosechar muy buenas críticas. No es para menos, ciertamente, pues estamos ante un proyecto de lo más sólido, por mucho que a más de uno pudiera despistarle la edad del director, aquí también guionista, montador e incluso actor… él se lo guisa, y él se lo come. Lo cierto es que sorprende la osadía y el desparpajo de este hombre no sólo tras la cámara, sino delante de ella, en lo que es una revisitación de las típicas comedias de instituto americanas donde los papeles de buenos y malos quedan perfectamente definidos: por un lado, los matones (los llamados “dirties”); por otro, los pringaos de toda la vida aficionados a los videojuegos y amantes de la cinefilia. No obstante, esto sería acotar muy mucho el campo de tiro del infatigable Johnson, y es que su juego pretende ir bastante más allá de una comedieta para adolescentes (aclarando, eso sí, que como tal funciona a la perfección y las risas están aseguradas gracias a la mordacidad y naturalidad de los diálogos y a la ingente cantidad de homenajes que se marca el director).

Decíamos, por tanto, que los objetivos de la cinta sobrepasan el mero entretenimiento. The Dirties no es buena por ofrecer un buen rato al espectador, que lo hace, sino por proporcionar al mismo tiempo un interesante caldo de cultivo para la reflexión o el entendimiento. En este sentido, la cinta apunta a otras dos obras de las que es deudora consciente o inconscientemente, y que son Benny’s Video, de Haneke, y Elephant, de Van Sant. Con la primera comparte el interés sociológico, por modesto que éste sea, por desentrañar las posibles razones que explican un acto de violencia puntual; con la segunda comparte contexto e incluso camiseta (¿recuerdan el toro negro sobre fondo amarillo?). Sin embargo, de la primera se desmarca en su reflexión final —no formulada, por otra parte—, al no conformarse con ese “Quería saber cómo era” tan austriaco y dibujar una suerte de respuesta mixta ante un problema tan común en los EEUU como el bullying. No se trata de justificar a nadie, sino de recordar que no son pocas las personas, especialmente entre los jóvenes, que se ven perseguidas por el simple hecho de ser como son (véase la escena de la confesión frente al fuego, donde los dos amigos charlan sobre sus circunstancias y uno de ellos recuerda hasta el apellido de sus hostigadores, sin rencor alguno).

Así, las fronteras entre el bien y el mal se difuminan, de la misma manera en que la realidad y la ficción se entremezclan tanto en el montaje y edición de la cinta (rodada con un estilo cámara en mano semi-documental muy acertado) como en el desarrollo de una trama donde el personaje principal aspira a definirse a sí mismo a través del único lenguaje que conoce: el cinematográfico. “You’re always acting” —le espetará su amigo, no sin razón; y es que el protagonista, cínico para con los éxitos de The catcher in the rye entre los psicópatas, acabará por preguntarse acerca de su propia cordura, especialmente debilitada tras la única conversación en pantalla con su núcleo familiar, donde su madre le pondrá frente a un espejo y, sin proponérselo, le hará ver que está más solo y desvalido de lo que pensaba. En la cultura del eterno éxito social, profesional o del tipo que sea, el precio a pagar por ser quien uno quiere puede salir demasiado caro. Que se lo digan, si no, al protagonista de esta obra, otro Holden Caulfield que busca su sitio y fracasa estrepitosamente. Para desgracia de las víctimas colaterales de su sufrimiento.

(crítica escrita para cinemaldito.com)
José (FullPush)
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22 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña e interesante propuesta sobre 2 adolescentes que sufren bullying en el colegio, y uno de ellos Matt Johnson, decide hacer una película llamada The Dirties donde matara a los bravucones del colegio, aunque para él la idea se va tornando cada vez más en una realidad, mientras ve como su amigo Owen, se aleja cada vez más de su lado.
Lo que más me gustó es como se burla en cierta forma de los falsos documentales, y también la forma en que capta la adolescencia, sobre todo desde el lado de los "perdedores", a los que todo el mundo disfruta molestando, el director sabe de lo que habla.
Otra cosa interesante es como retratan la amistad, y la forma en que esta se termina cuando hay una "traición" por parte de uno de los 2, que quieren encajar en el circulo social del resto, mientras que el otro se siente bien estando excluido.
Manuel
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23 de diciembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos amigos aficionados al cine reciben vejaciones y maltratos en el instituto por parte de algunos compañeros, sufriendo el conocido bullying. Ambos tratarán de canalizar y enfrentar esta situación.

En estos tiempos el termino bullying ya no nos resulta desconocido, es un tema de actualidad en las noticias y se han realizado varias películas sobre este fenómeno. Justo en este punto es donde el espectador puede preguntarse; ¿Qué aporta de nuevo The Dirties con relación a todo esto?. Lo más destacado y que más llama la atención, es el punto de vista desde el que se propone la historia, la asimilación de la situación sufrida que hacen ambos personajes de manera individual en las evoluciones de sus personajes, intentando hasta el último momento rehuir del victimismo y dramatismo fácil.

Grabada cámara en mano, se muestra con gran vitalidad la vida de los personajes, canalizando sus fuerzas en lo que más les gusta, su pasión por el cine. Introduciendo además guiños a películas como Elephant de Gus Van Sant la ganadora de Cannes 2003 y alguna similitud a Klass de Ilmar Raag, al igual que podría parecerse a algunas películas más por el tema que toca, pero justo ahí es donde reside la gracia, para ser un tema algo explotado, The Dirties introduce la nueva fórmula en este género sin entrar en el dramatismo premeditado que todos esperamos con estos temas.

Es cierto que también logras simpatizar con los protagonistas principales y llegas a odiar a los maltratadores como lo haces en este tipo de películas, pero en este caso, no generándote impotencia ni la rabia contenida de la incapacidad de actuar ante tales acciones, sino, centrándose más en la vida de los personajes que en este hecho en si. El director y actor principal Matt Johnson combina entusiasmo, bromas y cinefilia para crear multitud de divertidos diálogos prácticamente improvisados en un estado de naturalidad frente a la cámara abrumadora, junto a su amigo de historia y también protagonista principal Owen Williams, un poco más moderado, pero igualmente sorprendentemente natural en su interpretación, sin lugar a errores o sobreactuaciones que nos hagan dudar de la credibilidad de la historia.

La banda sonora es firmada por Jay McCarrol, acertada en sus escasas apariciones, pero regulada para que no se pierda le estética de falso documental.

Diálogos ingeniosos, cinefilia y un final magnifico para una historia altamente recomendable.

Como nota anecdótica añadir que los créditos finales son un regalo al buen gusto.

http://www.terrorweekend.com/2013/12/the-dirties-review.html
TerrorWeekend
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7 de marzo de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He tenido la oportunidad de ver esta película en el festival Ibaff de Murcia y ha sido una auténtica sorpresa. Es una película sobre la violencia en el instituto, tanto el acoso (bullyng) como los casos de tiroteos que de vez en cuando se producen en Estados Unidos. Y lo genial de la idea es cómo se aborda, mediante la grabación de un documental (un proyecto de la escuela) que deriva en algo impensable al principio. Está grabado por tanto mediante la técnica de cinta cámara al hombro y grabación encontrada (como Cloverfield o La bruja de Blair), pero no hay mareos ni terminas cansándote (tampoco dura mucho, en realidad).
Considero que supera a Elephant, el título de Van Sant sobre la tragedia de Columbine, porque aquella no explicaba demasiado los razones de los chicos y además se hacía lentísima (bella, pero lenta al fin y al cabo). Mientras, The dirties es divertida, tiene varios homenajes a clásicos del cine, y presenta de forma bastante plausible los acontecimientos que llevan al tremendo final.
No entiendo una crítica que he leído acerca de que muestra las patochadas de los adolescentes. Claro que las muestra, porque se supone que la graban unos adolescentes, pero no esperéis a los bestias de American Pie. Estos chicos canadienses son bastante más formados y eso es, quizás, otro de los puntos inquietantes del filme.
En fin, lo más importante es que esta peli se merece un ocho o quizás un nueve y que si podéis, tenéis que verla. No os arrepentiréis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Yurinka
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