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El embrollón

Comedia Ralph Milan, asesino a sueldo, espera pacientemente en la habitación de un hotel de Montpellier el momento en que debe disparar a un tal Randoni, testigo principal de un caso de corrupción. Pero no ha contado con la presencia de Pignon, el inquilino de la habitación de al lado. Abandonado por su mujer, este vendedor de camisas elige ese mismo momento para poner fin a sus días, llamando la atención del personal del hotel y la policía. ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2010
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida comedia del realizador francés Edouard Molinaro (Burdeos, 1928). El guión, de Francis Veber, adapta la pieza teatral “Le contract” (1971), del propio Veber. Se rueda en escenarios reales de Castries, Montpellier y Saint-Jean-de-Védas (Herault, Francia), con un presupuesto modesto. Producido por Georges Dancigers (1908-1993) para Les Films Ariane, Mondex Films, Oceania Films y Rizzoli Films, se estrena el 20-IX-1973 (Francia).

La acción dramática, salvo el prólogo y el epílogo, tiene lugar en Montpellier y alrededores a lo largo de varias horas de la mañana de un día de finales de invierno de 1973, como indican los anuncios del concierto de “La Pasión según San Juan”, de J. S. Bach. Ralph Milan (Ventura) es un asesino profesional, especializado en el manejo de rifles de precisión a larga distancia. Trabaja por su cuenta (autónomo) y presta servicios a organizaciones criminales y a particulares. En el Hotel du Palais, de Montpellier, es vecino de la habitación que ocupa François Pignon (Brel), vendedor de camisas. Ralph es paciente, frío, serio, duro, metódico y riguroso. Pignon es ingenuo, de luces limitadas y algo infantil. Le persigue la mala suerte y desde hace algún tiempo le ha abandonado su mujer, Louise (Céllier), que ha formado pareja con el psiquiatra Dr. Fuchs (Darras). El papel de botones del hotel corre a cargo de Nino Castelnuovo.

El film desarrolla una comedia, que suma elementos de crimen, policías, estrés, suspense y comedia negra. Es el primer trabajo en el que interviene el personaje de François Pignon, que da lugar a una saga. Ralph Milan y Pignon son dos personas antagónicas, cuya confrontación y convivencia provoca numerosos motivos de comicidad. De la mano de los mismos, la película combina hechos individuales realizados al amparo de la soledad más íntima con consecuencias catastróficas inmensas para muchos. Extrae comicidad de las colisiones entre opuestos (orden y desorden, rigor y anarquía, comportamientos metódicos e improvisaciones, eficacia y fantasía, autocontrol y descontrol...). Añade lances de lucha de sexos, reacciones contrarias a las previsibles, confusión de identidades, malentendidos y celos infundados. Se apoya también en cambios gratuitos de opinión, caprichos, contradicciones, etc. La acumulación de hechos sin conexión aparente crea situaciones abrumadoras que generan estrés a los protagonistas. Se añade la tensión derivada de tareas que dan lugar a carreras contra reloj, en las que no está en juego el aseo de la puntualidad, sino la vida. No faltan las situaciones individuales y colectivas de nervios desatados.

Otra fuente de comicidad que utiliza el film es la parodia. Lino Ventura se parodia a sí mismo y a los personajes extremadamente serios y duros que interpreta en el cine francés de la época, con los que el público le identificaba. Así mismo, el cantautor Jacques Brel interpreta su propia parodia como persona distraída, desordenada y habitualmente desubicada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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24 de agosto de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El embrollón supuso la primera aparición cinematográfica del personaje de François Pignon, un gafe aguafiestas a quien da vida el cantautor Jacques Brel y que ha sido tratado por Francis Veber, por aquel entonces sólo guionista de la película, en otras tres ocasiones: La cena de los idiotas, Salir del armario y, la más reciente, El juego de los idiotas.
Una fluidez endiablada consigue dotar al filme de una apertura digna del mejor cine policíaco, ritmo que se mantiene vivo durante los escasos 80 minutos de metraje. Paulatinamente, lo que parece una intriga policial de temática setentera, con un asesino a sueldo al mas puro estilo Chacal y la corrupción política como telón de fondo, se transforma en una alocada comedia de humor negro en la que un desgraciado cenizo al borde del suicidio –el propio Pignol- acaba desbaratando involuntariamente los planes de un profesional del gatillo contratado para un ajuste de cuentas. Divertida, dinámica y en ocasiones con muchísimo gancho.
FERNANDO BERMEJO
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14 de junio de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante otra de esas entretenidas y divertidas joyitas que Francis Weber (aquí en la escritura) se sacaba de la manga durante la década de los 70 ("La jaula de las locas", "On aura tout vu 1976", y las 2 del gran rubio, entre otras), que vuelve a contarnos una historia en la que vemos a 2 tipos de diferente catadura, un vendedor de camisas que se quiere suicidar por temas amorosos (Jacques Brel), y un asesino a sueldo (Lino Ventura) alojado en la habitación del hotel vecina, que ve impedido su urgente asesinato (un tipo que va a declarar en los juzgados situados enfrente de la ventana de la habitación) por esos intentos de suicidio del vecino.

Da gusto ver al duro entre los duros, Lino Ventura, como contrapunto puteado de un desesperado Jacques Brel (no es Pierre Richard, pero no lo hace mal el famoso cantante); además de lo divertido y en algunas escenas carcajeante de gags y diálogos (muy bueno uno con un autoestopista de por medio), el mero hecho de ver compartir escena a 2 tipos tan antagónicos ya te gana sin remisión, y te hace comprender y aplaudir, que el maestro Billy Wilder utilizara esta película, como base para esa también verdadera joyita con Walter Mathau y Jack Lemmon, llamada "Aquí un amigo 1981".

En resumen, tanto por lo divertido y entretenido de la función, como por el valor mitómano de ser la adaptada en el testamento cinematográfico del Dios Wilder (completamente de acuerdo con Fernando Trueba), estamos ante una película de obligada visión.
tiznao
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11 de septiembre de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran mayoría habremos llegado aquí después de haber visto el buen remake que hizo Billy Wilder, "Aquí, un amigo", con el tándem clásico Lemmon - Matthau. Cosas que tienen que ver con los nombres propios, la perspectiva, a saber, el caso es que "El embrollón" se hizo unos cuantos años antes y aunque hayan cosas muy diferentes la esencia es la misma y, lo que más importa, la película francesa tiene algo especial, llamémoslo Lino Ventura directamente.

El asesino Matthau no es lo mismo que Lino Ventura por el maravilloso hecho que aquí el actor de origen italiano se está parodiando a sí mismo. No es que Jacques Brel lo haga mal, en realidad está a la altura y aunque al principio me ha costado verlo sin pensar en sus lágrimas a lo 'ne me quitte pas' lo cierto es que no tiene nada que envidiar a Lemmon. Ni Lino Ventura a Matthau y viceversa... pero lo del asesino francés es una maravilla. Ni una sonrisa y hace reír, ni un mal aspaviento, ni un resoplido durante la mayor parte de la breve película. Y eso que su día de mala suerte no podría ser peor.

Hay algún pasaje que peca por excesivo, alguna visita al psiquiatra, cosas que restan perfección. Pero de verdad, merece mucho la pena, no sólo a los que formamos parte del club de fans de Lino, es una película breve con la que es fácil pasar un buen momento. Ah, iba a ponerle las mismas estrellitas que la de Wilder, pero caramba, se hizo antes la francesa así que ahí queda mi homenaje a las ideas genuinas...
Luisito
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10 de mayo de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente buena comedia con un Lino Ventura lejos de sus papeles habituales pero haciendo lo mismo de siempre logra hacer reír, verdaderamente demuestra una vez mas el gran actor que fue. Aquí interpreta a un asesino a sueldo que va a un hotel donde debe ultimar a un preso cuya declaración es muy peligrosa para cierta gente, pero las cosas por supuesto, no serán tan fáciles ya que en la habitación de al lado, para su mala suerte, le toca un alocado vendedor de camisas dispuesto a suicidarse. A partir de esta premisa es que se va desarrollando todo el film con una desventura tras otra junto con una serie de cosas realmente graciosas. Como dije Lino Ventura esta excelente muy bien acompañado por Jacques Briel como el insufrible compañero de andanzas. Para ver.
gustavof42
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