Haz click aquí para copiar la URL

Los años rugientes

Comedia Apulia, 1936. Entre los jerifaltes locales del partido fascista se corre la voz de que llega de Roma un funcionario de incógnito para auditar su actividad. Su preocupación para que no se descubran sus chanchullos los lleva a confundir a un pobre vendedor de seguros con el enviado de Roma. Así es como se desencadena una serie de equívocos que abren los ojos del joven Omero. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
10 de abril de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La comedia italiana de los años 50 y 60 proporciona enormes satisfacciones a todo aquel que se aventure en ella, destapando unos guiones (generalmente escritos a no menos de 6 manos) que pasarían por suizos de ser relojes de tan precisos que son. Tanto para hacer reir como para jodernos la vida con la sonrisa aún dibujada en la boca al evidenciar carencias y fallos lamentables de la conducta humana que se perpetuarán independientemente del contexto histórico y geográfico. Recordar, por ejemplo, genuinas obras maestras de la comedia y del estudio de la naturaleza humana como El Éxito (Risi) o Yo La Conocía Bien (Pietrangeli), de máxima vigencia ya entrado el siglo XXI.

Con la excusa de una serie de equívocos y confusiones (las Fuerzas Vivas de una pedanía de la Italia fascista de 1937 toman a un comercial de seguros por un inspector muy cercano a Mussolini) Zampa filma una película que salta entre costumbrismo, romance y sátira con un ritmo endiablado, ponienso en solfa de un modo bárbaro todo aquello relacionado con el ejercicio del gobierno mientras deja entrever que igual no es solo cosa de la ¨administración fascista¨, sino de la mezquindad (en todas sus acepciones, hasta la de excrecencia cutánea) del ser humano. Y, como decía, de un modo que induce a la carcajada pero también a la ascopena ante la constatación de que siempre fue, es y será así. Por mucho 15M que haga su cruzada chupipacifista por un futuro con WIFI ecológicamente sostenible.

Por supuesto no sólo son guiones irrefutables los de las comedias italianas de los 60, sino que articulan un lenguaje visual audaz, sorprendente y técnicamente admirable. Aquí tenemos desde los acojonantes planos secuencia corales Berlanguianos (es deudora la peli en un par de cosas) a complicados montajes paralelos al servicio de un gag concreto, amén de algunas secuencias visualmente poderosísimas (los niños disfrazados de soldados con las máscaras de gas y toda la parafernalia bélica, el überzoom sobre la vaca) y un travelling de retroceso que cierra la película de los que se quedan grabados a fuego, ya sea en la cabeza o en un DVDR del Carrefour.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de febrero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desternillante farsa del maestro Zampa que con enormes dosis de ironía, retranca y hasta un poco de cinismo satiriza sin piedad no ya la dictadura mussoliniana sino al propio género humano. Comedia ácida y de regusto amargo, desnuda clínicamente con brillantez inusitada, pasmosa sencillez y diálogos memorables, las debilidades humanas al tiempo que completa, con un plantel de estupendos actores, una suerte de continuación, en el mismo registro humorístico, de su película "Anni difficili" (1948) -verdadera obra maestra a reivindicar y una de las mejores comedias italianas de todos los tiempos- lo que coloca al gran Zampa en el panteón de los grandes del cine italiano muy por encima de otros nombres tal vez más conocidos. Para el recuerdo imborrable el extraordinario travelling hacia atrás en el tren que cierra la película: "Caro Duce, ho 56 anni..."
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
187/39(30/06/23) Muy mordaz comedia italiana que deja huella por su mensaje crítico contra el fascismo. Dirige Luigi Zampa, con guion propio junto a Ettore Scola (“Una jornada particular”), Ruggero Maccari (“Yo la conocía bien”), sobre una historia de Zampa, Sergio Amidei (“Roma, ciudad abierta”), y Vincenzo Talarico (“Años difíciles”), inspirándose libremente en la comedia “El inspector general” de 1836 del ruso de origen ucraniano Nikolaj Gogol', en la obra se satirizaba al régimen Imperial Zarista, y en la cinta de Zampa se hace saña del régimen ‘mussoliniano’ enmarcando el relato en 1937 en un pueblo rural dela región de Apulia, protagonizado por un gran Nino Manfredi como un corredor de seguros tomado por jerarca fascio enviado por el Duce a fiscalizar los dineros mandados desde Roma, y las fuerzas vivas intentan con trampantojos dar imagen idealizada del pueblo. Mientras entre ellos también se guardan sus secretitos, como infidelidades. Es un film con claro sabor berlanguiano, como son algunos planos secuencia vigorosos siguiendo a varios personajes, no me creo que Zampa no hubiera visto “Bienvenido Mr. Marshall”, del que esta cinta tiene mucho, como es el acercamiento a los costumbrismos localistas. Manejando con ingenio los equívocos y el culto a las falsas apariencias, se hace un voraz ataque a los totalitarismos, a las tiranías, a los abusos del poder, a la intolerancia al que piensa distinto, y sobre todo a que todo poder absoluto conduce a la corrupción absoluta. Es una radiografía certera de la naturaleza humana cuando se le da el poder omnímodo, como lo utiliza en modo darwinista para avasallar, para robar, para manipular, chantajear, amedrentar, toda una madriguera donde reina la hipocresía, como ejemplo es que se suponen todos fieles a Mussolini y se afán Imperialista, pero sin embargo todos tiene excusas para no alistar se en el ejército (entonces les podrían haber mandado a Abisinia o a la Guerra Civil de España). La mezquindad y el patetismo afloran de modo magno cuando se creen ‘dioses’. Aquí no hay ideal fascista, solo el de la avaricia. Todo ello regado por un ingenioso sentido del humor punzante, como por ejemplo ese musical con chicas bailando de uniforme y llevando la esvástica, que a todo cinéfilo le recordará a la posterior película 'Springtime for Hitler' (1967) de Mel Brooks, que seguro se inspiró en esta escena.

Posee un inicio puntiagudo, viéndose imágenes de archivo filmadas al Duce que se proyectan en un cine, cinta de propaganda fascia donde se ve a Benito Mussolini dar discursos enardecedores, se le ve trabajar a pecho descubierto en los campos, vemos también desfiles militares ensalzando el poderío militar transalpino. Esto en contraste con la historia que veremos en este pueblo, donde reina el carroñerismo, el fariseísmo, el latrocinio y los prejuicios. Tras ello la noticia a este pueblo de que va allegar un Inspector desde Roma para comprobar que los fondos enviados allí han sido bien administrados, y el pavor cunde entre los que los han manejado, pues se han lucrado de ellos miserablemente y temen sus chanchullos salgan a la luz. Entonces surge el equívoco, pues toman a un comercial de seguros, Omero Battifiori (Nino Manfredi) por el Jerarca que viene de incógnito. Al que agasajan con todo tipo de lujos, incluso le proporcionan una joven. Ello mientras intentan engañarle mostrándole que la plata enviada ha sido bien empleada, ello con planes tan burdos como el de las vacas que llevan de una lado a otro para que el inspector crea hay diferentes granjas (con esa del cuerno roto que mira al ‘Inspector’, con un zoom gracioso sobre el rostro del vacuno).

Ello mientras vemos lo miserable de encerrar a los pobres tras muros para que no manchen la imagen del pueblo, encerrar a los potenciales subversivos, como llenan el pueblo de fotos del Duce, pintadas de frases del mismo, para hacerse notar más papistas que el papa, se muestra un aeropuerto de chirigota. Se hace una exhibición guiñolesca chufa con niños colocándose máscaras anti gas, pasean al ‘Inspector’ por una instalación es de gimnasia artística, donde Omero da una exhibición portentosa sobre las paralelas (en lo que para mí es desconcertante, pues pensaba esto entroncaría con alguna ocurrencia posterior, pero se queda ahí, y no entiendo el sentido de esta secuencia, más allá de dejar maravillada a Elvira, pues esta ya estaba seducida por el ‘Poder’ del ‘Inspector’; escena claramente hecha por otra persona suplantando a Manfredi). Hasta tenemos una caricaturesca manifa del 28 de octubre (fiesta nacional creada por Mussolini sobre la fecha en que se celebró la llamada 'Marcha sobre Roma', tuvo lugar el 28/10/1922), pero los campesinos reniegan de parar este día. Hay una divertida ‘inauguración’ de unas obras financiadas por Roma (en realidad un edificio de uno de los jerifaltes locales que luego tendrá que apañar los destrozos), dónde el picotazo testimonial se sale de madre y acaba en aparatoso chance. Todo esto provocado por como le ríen todas las gracias al ‘Inspector’, cada chascarrillo es seguido de risas, y aquí lo ven picar, pues el pueblo se pone en solfa picar. Por contra tenemos algunas valientes personas que critican el fascismo como el Dr. De Vincenzi (buen Salvo Randone), o una anciana que llama asesino a Mussolini.

Todo para desembocar en un rush final muy bien llevado, nada complaciente, donde todo implosiona cuando está rodeado de la pobreza y de la dignidad de un tipo moribundo que se niega aponerse la camisa negra (mussoliniana). Para tener el clímax en un sarao donde Omero con el acicate del alcohol suelta un a parrafada sangrante. Y teniendo además un epílogo notable en el tren (spoiler).

Film rodado en Ostuni, Alberobello, en los Sassi de Matera. Algunas escenas interiores se rodaron en el Teatro Mercadante de Altamura, con el telón original. A destacar las secuencias en exteriores de Alberobello en Puglia y sus viviendas trulis (viviendas de piso redondo y techo en cono).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de diciembre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Estoy completamente de acuerdo con las dos. Buen guión. Buenos actores. Buen montaje. Sólo un punto discordante: la secuencia del anuncio de la boda. (No es spoiler)
Una crítica social descacharrante es más eficaz que un sermón. Lo que debe de pasar en muchas reuniones de políticos de todos los tiempos.
Admirable.
Bruno
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de mayo de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Es sorprendente la gran cantidad de comedias italianas de calidad que se rodaron en los años 50 y 60 y que no renunciaban a la crítica social o de costumbres ni a ofrecer, de paso, una visión un tanto amarga del comportamiento humano.

"Los años rugientes" es una divertidísima comedia en la que un corredor de seguros es confundido por las autoridades de una localidad de provincias italiana con un inspector del gobierno fascista de Benito Mussolini. Los equívocos que surgen de esta línea argumental provocan la risa, pero también la reflexión sobre ciertas miserias humanas relacionadas con el enriquecimiento ilícito, el abuso de poder, la adulación al poderoso, el engaño o las apariencias. Para ello, afortunadamente, Luigi Zampa se vale de la sátira para criticar con humor no solo el fascismo sino también la forma, a veces un tanto miserable, en la que nos comportamos las personas. Sin necesidad de sermonearnos, y ahí creo que está el gran acierto de "Los años rugientes", nos hace pasar un buen rato y a la vez nos deja un poso agridulce.

Dentro de las virtudes de la película está esa inolvidable galería de personajes que hacen y deshacen en el pueblo y a los que uno parece haber conocido en algún momento. Y en esto el cine italiano y el español de los años 50 y 60 destacan sobremanera, al reflejar con gran verosimilitud a tipos a los que uno podría tener de vecinos o de compañeros de trabajo. Aunque quizás al cine español de la época le faltasen estrellas de la talla de Mastroianni, Gassman, Sordi o Nino Manfredi.
Boo Radley
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow