Últimamente parece una actitud bastante extendida en la sociedad la de juzgar a los artistas (sea de la disciplina que sea) más por sus vidas que por las obras que han creado. Quiero dejar claro que si alguien comete un delito debe caer sobre él todo el peso de la ley, sin que sirva como justificación el que sea un gran escritor, cineasta o pintor. Pero el haber cometido delitos y acciones condenables no invalida la calidad de una trayectoria artística. Podemos pensar en Leni Riefenstahl, Picasso o el propio Roman Polanski.

Algunas de las películas de Polanski han sido de las más turbadoras que he podido presenciar en mi vida. Suelen estar presididas por una atmósfera malsana (quizás esta sea una de las principales virtudes del autor: la creación de atmósferas) y en algunas de ellas se tratan temas como la identidad y se indaga en los recovecos de la mente humana.

En "Repulsión" asistimos a una especie de antología de las características principales de su cine. La protagonista, en una deslumbrante actuación de Catherine Deneuve, siente fobia hacia las relaciones con el sexo opuesto. A medida que avanza la cinta vemos cómo el proceso de locura de la protagonista se va acentuando, siendo víctima de sus alucinaciones y a la vez verdugo de varios personajes que intervienen en la película. Todo ello sin que sepamos aparentemente de dónde procede esa fobia hacia los hombres ni qué la ha desencadenado. Algo que puede llevar a algunos espectadores a la perplejidad. Pero es en este punto donde se muestra la maestría de Polanski: una fotografía es la que, a mi juicio, nos aporta las claves sobre la situación a la que ha llegado la protagonista.
Sigo en el spoiler

Abordar un tema polémico como el del aborto sin tratar de ofrecer un mensaje muy explícito, ya sea a favor o en contra, no es tarea fácil. Pero que además la acción se desarrolle en el marco de la dictadura comunista de Ceaucescu, sin que se realice una sola referencia directa a ella, supone además un importante ejercicio de sutileza narrativa.

El director rumano Cristian Mungiu es el el encargado de llevar a cabo todo ello logrando, a mi juicio, un resultado sobresaliente. Para ello se vale de una planificación basada en planos largos, en los cuales asistimos, como invitados de excepción, a situaciones opresivas para las protagonistas, además de intuir lo que les está sucediendo por dentro y observar también la falta de empatía y el egoísmo de algunos de los personajes que comparten plano con ellas. A este ambiente opresivo contribuye una fotografía en la que predomina el gris y la casi total ausencia de colores vivos. Su principal logro es que el espectador parece instalarse en la tristeza y en el miedo en el que parecen vivir los habitantes de esa oscura ciudad rumana en la que se desarrolla la acción.

Pero en medio de esa tristeza, miedo y opresión, brilla la amistad incondicional entre Otilia y Gabita, a pesar de los errores y la ingenuidad de Gabita y a pesar de que Otilia (magníficamente interpretada por Anamaria Marinca) será víctima de esos errores. Y todo ello precisamente en una ciudad en la que nadie se apiada de nadie.

Algunas de las películas que he visto de David Cronenberg me han dejado, a veces, un poso de inquietud y, con frecuencia, me han hecho reflexionar sobre la complejidad de las motivaciones (muchas veces condicionadas por hechos del pasado) que están detrás de cualquier acto humano y sobre las consecuencias de estos. Tal ha sido el caso de "La zona muerta", "Inseparables", "Spider", "Promesas del este" y, por supuesto, "Una historia de violencia".

En "Una historia de violencia", y tal y como suele suceder en el cine negro, un pasado turbulento y oscuro va a estallarle en las narices al protagonista (un magnífico Viggo Mortensen), el cual ha rehecho su vida formando una familia y regentando un negocio de hostelería. Mortensen se da de bruces con un pasado que va a poner patas arriba la normalidad en la que estaba instalado. Cronenberg aprovechará esta situación para realizar una profunda y nada moralista reflexión sobre la violencia, a la cual van a recurrir buena parte de los personajes, por necesidad o por interés propio, a pesar de renegar de ella. Y es que como comentaba otro crítico de Filmaffinity, la violencia, por desgracia, es algo consustancial al ser humano y, aunque muchas veces reneguemos de ella, puede ser que en situaciones límite nos explote en nuestra propia cara y nos veamos recurriendo a ella.

Otro de los grandes temas que plantea el director, y que creo que es una constante en su cine, es el tema de la identidad. El protagonista, en su nueva vida, ha cambiado de nombre, pero eso no supone que su otro yo anterior, que cree superado, haya desaparecido finalmente. Lo que quizás nos está sugiriendo el director es que por mucho que creamos que hemos dejado atrás comportamientos y otras vidas a las que no queremos volver, todo eso sigue ahí dentro de nosotros y el día menos pensado puede abrirse la herida de nuevo y sangrar abundantemente. Tom y Joey, al fin y al cabo, no son más que dos caras de la misma moneda.

Por último hay dos escenas que me conmocionan cada vez que veo esta película. Las comento en el spoiler.

Al ver de nuevo "Los inútiles" han regresado algunos recuerdos y sensaciones de mi juventud que ya creía olvidados: el caminar sin rumbo fijo por las calles de una triste y fría ciudad de provincias en busca de sabe dios qué; el salir por la noche con los amigos y llegar a casa con una sensación de vacío y de soledad difíciles de llenar con nada; el buscar el amor de forma equivocada...

En algunas de las críticas que he leído, algunos se han puesto un tanto moralistas (no se lo reprocho. El paso del tiempo nos hace ver, por suerte o por desgracia, las cosas de otra manera), pero a mí no me importa reconocer que alguna vez, en un tiempo un tanto lejano ya, fui como ellos y me vi en esa espiral en la que parece que se te escapan todos los trenes y te falta voluntad para cogerlos porque la inercia te arrastra como la resaca en un día de temporal.

"Los inútiles" posiblemente no sea para los críticos una de las mejores películas de Fellini, pero para mí sí lo es por las sensaciones que me vuelve a despertar cada vez que la veo. Me resulta difícil de olvidar el patetismo del personaje interpretado por Sordi en la fiesta de carnaval. A Sordi siempre lo hemos considerado un poco payaso, pero a mí siempre me ha parecido un payaso triste y creo que esto último lo trasmite muy bien esa escena. Fellini lo retrata con patetismo y ternura, sin caer en el moralismo. Esto último se puede extender al resto de personajes que pululan por la película.

Como pega a "Los inútiles" quizás se le pueda poner que algunas de las subtramas de la misma quedan un poco desdibujadas, al centrarse progresivamente Fellini en las situaciones que se le presentan al personaje interpretado por Franco Fabrizi.

El tiempo pasa y la vida cambia y, por suerte, uno ya ha dejado de ser un "vitelloni". Pero la vida te hace entrar en otras espirales equiparables, ya sea laborales o familiares, de las que muchas veces es difícil salir porque a uno le faltan ganas, voluntad o valentía para coger ese tren en el que al final se va uno de los personajes.

Jeremiah Johnson (encarnado de forma bastante creíble por Robert Redford) decide apartarse de la civilización y vivir en armonía con la naturaleza para tratar de encontrarse a sí mismo y buscarle sentido a la vida. Pero esta tarea no le resultará nada fácil, ya que el lugar al que se traslada es de una belleza impresionante pero hostil. Nada más llegar comenzará su lucha por la supervivencia durante la cual el protagonista se dará cuenta de que la experiencia es un factor fundamental para sobrevivir en este entorno.

Una vez superada la primera fase de adaptación, las circunstancias harán que su proyecto de vida dé un vuelco al tener que hacerse cargo de un chico y casarse, casi por obligación, con una mujer india. Y es que la vida tiene estas cosas. Uno se echa al monte para estar solo y resulta que al final acaba llevando una vida de lo más familiar.

"Las aventuras de Jeremiah Johnson" es una película notable a mi juicio, salvo quizás en la parte final de la misma en la cual quizás se pierde cierto realismo y la acción es demasiado esquemática y repetitiva. Pero hay un momento en el que se convierte en una película inolvidable y de matrícula de honor. Lo comento en el spoiler.