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Ruleta rusa

Thriller. Comedia La película explora, en clave satírica, los efectos de la caída del comunismo en Rusia a principios de los noventa; uno de ellos fue la aparición de mafias que controlan la economía del país. Dos esbirros del señor Mijailovich, Sergei y Simon, se mueven a sus anchas en este mundo y no tienen reparo alguno en hacer uso de las armas siempre que sea menester. Pero también encuentran tiempo para hablar sobre asuntos de la vida cotidiana ... [+]
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
22 de noviembre de 2009
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La contundente frase "No es nada personal, sólo son negocios" pronunciada por Don Vito Corleone en la excelsa El Padrino viene a resumir perfectamente el guión de la notable "Dead Man's Bluff", un thriller criminal con elementos de comedia negrísima que sería perfectamente comparable -o complementaria- a Pulp Fiction o Snatch. No en vano considerado "el Tarantino ruso", Balabanov entrega una historia de gangsters locales que deben lidiar con drogas, asesinatos y todo tipo de actividades sórdidas en una Rusia post-comunista, época en la que la ciudad, completamente controlada por mafias, dejaba situaciones tan surrealistas -o más- que la aquí narrada.

Centrándose en un par de personajes, poco a poco la película va resquebrajándose e introduciéndonos en un juego de intrigas, traiciones e infiltrados de forma completamente natural, involucrándose familias, personas y todo tipo de trucos narrativos que justifican un final en el que todo puede pasar. Dirigida con eficacia, es su brillante guión lo que eleva la obra de Balabanov y la convierte en un claro referente del "género": no hay fisuras en la historia, tampoco en el desarrollo de los antihéroes ni mucho menos en la mezcla de géneros. Thriller, intriga y especialmente humor negro son los ingredientes de un film que debe ser reivindicado desde ya como uno de los mejores ejemplos del legado de Tarantino y que, aún con todo, tiene estilo propio y funciona sin necesidad de ser comparada con la obra maestra del realizador norteamericano. Hilarante y, eso sí, ultraviolenta.
Caith_Sith
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23 de junio de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida comedia rusa de acción, del genero "delincuentes y policías descerebrados", con un cierto aroma a las primeras de Guy Ritchie, que al igual que estas nos cuentan una historia donde vemos las andanzas de mafiosos ligeros de gatillo y con no muchas luces, policías corruptos, maletines de droga y demás.

Quizá por la novedad que supone para el espectador occidental poco ducho en producciones rusas (mi caso) y a causa de lo fresco y divertido de unos personajes con un aspecto alejado de los Brad Pitt, Jason Statham y demás de turno, entorno en el que se mueven, descacharrantes diálogos y situaciones, referencias a "las malas calles rusas" (mostradas con el tono paródico de las de Los Ángeles en "Pulp Fiction 1994" o las inglesas de "Snatch 2000") y cuasi cartoonesca abundancia de violencia y muertes, he pasado casi 2 horas de autentica diversión.

En cuanto a dirección y actores, pues que quieren que les diga, no conozco a ninguno, pero tengo que reconocer que está bien filmada y que los actores lucen más que dignos interpretando a una cohorte de personajes a cual más excéntrico (el que lleva las 2 pistolas escondidas debajo de las mangas del gabán encastradas en un carril metálico al estilo de Travis Bickle en "Taxi Driver", se convierte en la estrella de la función cada vez que saca estas a pasear y en determinadas escenas actúa como Michael Madsen en la escena de la oreja de "Pulp Fiction 1994").

En resumen, divertida y bastante entretenida comedia de acción (si te la coges con papel de fumar también puedes poner ligera carga dramática y hasta denuncia social, cosas más raras he leído por ahí) que a mi juicio hará pasar un buen rato a los que en su día disfrutaron con las 2 occidentales anteriormente mencionadas.
tiznao
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17 de septiembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ruleta rusa es una película dirigida por Aleksei Balabanov. Ésta explora las consecuencias socio económicas que tuvo la disolución de la unión soviética en la sociedad de Rusia.
Para quien no conozca la filmografía del director, ésta no es la primera vez que Balabanov aborda este tema. La gran mayoría de sus películas se centran en los problemas que enfrentó Rusia en la década del noventa, lo que diferencia a esta película del resto de su filmografía hasta la fecha es la crudeza y el cinismo con que se retrata la época.
El guión de esta película narra un día en la vida de dos matones que deben recuperar una gran suma de dinero para su jefe, un mafioso que controla la pequeña ciudad donde viven. La trama de la película se desarrolla de forma más bien lineal, seguiremos a nuestros protagonistas mientras recorren toda la ciudad tras el rastro del dinero robado, torturando y matando a todo el que se interponga en su camino con total impunidad.
La tesis de esta película es de todo menos sutil, a lo largo del viaje de los protagonistas seremos testigos de la total decadencia en la que se ve sumida la sociedad rusa. No me parece exagerado afirmar que todo el guión está construido como introducción para el remate que supone la escena final de la película, conecta la decadencia de los años noventa con la actualidad. Esta declaración final sirve como de broche de oro para la tesis del director, el presente y futuro de Rusia están condicionados por su desastroso pasado, no hay nada que hacer al respecto.
En conclusión, aunque respeto el derecho del director a expresar su forma de pensar y sentir, desearía que el desarrollo de la trama y los personajes no hubiese sufrido tanto en favor del mensaje de la película.
German
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27 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de ser una obra interesante, lo cierto es que hay que decir antes de nada que no nos encontramos ante la mejor película de Balabanov. Y la mayor parte de culpa la encontramos en un muy poco inspirado guion, que por una parte no es capaz de construir unos personajes carismáticos (los dos personajes protagonistas apenas una sombra del que interpretó Sergey Bodrov años antes) y por otra con una argumento que a fin de cuentas, no tiene demasiado que narrar, más allá de un singular body count de cadáveres de mafiosos.

Para entender Dead's Man Bluff hay que entender el contexto histórico en el que está rodada. Porque la película de Balabanov, como todas las de su filmografía, son en realidad piezas históricas que se ubican con gran precisión en coordenadas históricas y temporales. Si en los años noventa la disolución de la URSS había provocado un vació de poder que había sido aprovechado por las mafias y diferentes grupos criminales* que fueron los que se apoderaron del país en dicha década, a partir de los años 2000's el poder estatal fue haciéndose con el control del país, eliminando las bandas criminales. Pero en realidad, en muchas ocasiones lo que sucedió fue simplemente que los que antes habían sido los líderes de las bandas criminales se convirtieron simplemente en los dueños del país, pero esta vez, de manera legal. Los criminales pasaron a ser oligarcas. Y eso es precisamente lo que cuenta en realidad Dead Man's Bluff, que incluso lo hace sin ambagajes en un epílogo final que lanza este mensaje de manera directa al espectador.

Así, nuestros dos personajes son una representación más que evidente del caso de numerosos oligarcas rusos, que para llegar a lo más alto no tuvieron inconvenientes en asesinar y eliminar gente, para luego, reconvertirse en "empresarios". Ladrones, pero de guante blanco. Podemos considerar en este sentido el epílogo en un apéndice innecesario, por ser excesivo y redundante, pero teniendo en cuenta la situación sociopolítica rusa, lo cierto es que el director tuvo bastante atrevimiento en mostrarnos algo tan directo. 

*Un pequeño apunte cultural en este sentido. En aquella época, el color preferido de los mafiosos rusos era ese morado característico que lleva Mijáil, el jefe mafioso. La película lo trata sin tapujos como uno de esos "bandidos"

Fruto de esa época, es también el nihilismo que vemos impregnado en la película. Algunos continúan relacionando al director ruso con el cine de Quentin Tarantino, algo que es totalmente absurdo. Balabanov nos refleja un período sin esperanza, sin futuro, y simplemente utiliza la violencia y los diálogos absurdos o las situaciones extravagantes (como la relación paternofilial del mafioso) como coraza para no perder el aliento existencial ante la deprimente realidad. Si no fuera por estos recursos humorísticos, nos encontraríamos ante una película prácticamente imposible de ver. Al cineasta ruso le interesa al fin y al cabo realizar un cuadro clínico de la situación, y es evidente que hay denuncia social, algo que no encontramos en la mayoría de películas de Tarantino.

Nos encontramos con algunos recursos fílmicos bastante típicos para el cineasta ruso. Por ejemplo, las transiciones entre escenas, rodadas siempre de una manera muy similar en su filmografía, las escenas de acción resueltas de manera inesperada (en este sentido sí tiene similitudes con Tarantino), los díalogos satíricos que a pesar de su comicidad resultan más verosimiles que cualquier drama...Está claro que el sello de Aleksei está más que presente en el filme. 


No estamos ante la mejor película de Balabanov, pero si ante una película interesante que cierra el cine de mafias al que se había acercado el director ruso. Forma eso sí, una pieza histórica indiscutible de la realidad rusa de la década de los 2000's

Crítica escrita para Cinemagavia.es
Kyrios
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29 de agosto de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Obra menor de Balabanov

A pesar de ser una obra interesante, lo cierto es que hay que decir antes de nada que no nos encontramos ante la mejor película de Balabanov. Y la mayor parte de culpa la encontramos en un muy poco inspirado guion, que por una parte no es capaz de construir unos personajes carismáticos (los dos personajes protagonistas apenas una sombra del que interpretó Sergey Bodrov años antes) y por otra con una argumento que a fin de cuentas, no tiene demasiado que narrar, más allá de un singular body count de cadáveres de mafiosos.


*Adiós a los años noventa

Para entender Dead’s Man Bluff hay que entender el contexto histórico en el que está rodada. Porque la película de Balabanov, como todas las de su filmografía, son en realidad piezas históricas que se ubican con gran precisión en coordenadas históricas y temporales. Si en los años noventa la disolución de la URSS había provocado un vació de poder que había sido aprovechado por las mafias y diferentes grupos criminales* que fueron los que se apoderaron del país en dicha década, a partir de los años 2000’s el poder estatal fue haciéndose con el control del país, eliminando las bandas criminales.

Pero en realidad, en muchas ocasiones lo que sucedió fue simplemente que los que antes habían sido los líderes de las bandas criminales se convirtieron simplemente en los dueños del país, pero esta vez, de manera legal. Los criminales pasaron a ser oligarcas. Y eso es precisamente lo que cuenta en realidad Dead Man’s Bluff, que incluso lo hace sin ambagajes en un epílogo final que lanza este mensaje de manera directa al espectador.

Así, nuestros dos personajes son una representación más que evidente del caso de numerosos oligarcas rusos, que para llegar a lo más alto no tuvieron inconvenientes en asesinar y eliminar gente, para luego, reconvertirse en «empresarios». Ladrones, pero de guante blanco. Podemos considerar en este sentido el epílogo en un apéndice innecesario, por ser excesivo y redundante, pero teniendo en cuenta la situación sociopolítica rusa, lo cierto es que el director tuvo bastante atrevimiento en mostrarnos algo tan directo.

*Un pequeño apunte cultural en este sentido. En aquella época, el color preferido de los mafiosos rusos era ese morado característico que lleva Mijáil, el jefe mafioso. La película lo trata sin tapujos como uno de esos «bandidos»

*El Nihilismo

Fruto de esa época, es también el nihilismo que vemos impregnado en la película. Algunos continúan relacionando al director ruso con el cine de Quentin Tarantino, algo que es totalmente absurdo. Balabanov nos refleja un período sin esperanza, sin futuro, y simplemente utiliza la violencia y los diálogos absurdos o las situaciones extravagantes (como la relación paternofilial del mafioso) como coraza para no perder el aliento existencial ante la deprimente realidad. Si no fuera por estos recursos humorísticos, nos encontraríamos ante una película prácticamente imposible de ver. Al cineasta ruso le interesa al fin y al cabo realizar un cuadro clínico de la situación, y es evidente que hay denuncia social, algo que no encontramos en la mayoría de películas de Tarantino.

*Elementos clásicos de Balabanov

Nos encontramos con algunos recursos fílmicos bastante típicos para el cineasta ruso. Por ejemplo, las transiciones entre escenas, rodadas siempre de una manera muy similar en su filmografía, las escenas de acción resueltas de manera inesperada (en este sentido sí tiene similitudes con Tarantino), los diálogos satíricos que a pesar de su comicidad resultan más verosímiles que cualquier drama…Está claro que el sello de Aleksei está más que presente en el filme.

*Conclusión

No estamos ante la mejor película de Balabanov, pero si ante una película interesante que cierra el cine de mafias al que se había acercado el director ruso. Forma eso sí, una pieza histórica indiscutible de la realidad rusa de la década de los 2000’s

Escrito por Guillermo Sánchez Ferrer
Cinemagavia
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