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Momentos de peligro

Drama. Thriller Theodore, un ingeniero aeronáutico, debe someter a revisión un avión de su compañía. Después de examinarlo, detecta un cierto desgaste de los materiales que implicaría un riesgo lo bastante alto como para que le parezca oportuno advertir a la tripulación de un aparato que se encuentra en pleno vuelo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
15 de julio de 2018
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Peliculón! "Momentos de peligro" es una magnífica sorpresa, todo un descubrimiento en el enorme baúl de los clásicos, una muestra más del arte que fue séptimo para después extinguirse. Como dictan los cánones, Henry Koster nos ofrece un planteamiento, nudo y desenlace, claramente diferenciados. La habilidad y pericia del director, unida a la excelsa interpretación de James Stewart, permiten una transición suave y moderada entre las tres fases. La magnífica dirección de actores no sería tal si únicamente brillara Stewart (¡cómo no va a deslumbrar semejante actorazo!) pero es que Koster consigue una actuación dulce y conmovedora de la británica Glynis Johns y, lo que es más complicado, una actuación "humana" de la glacial Marlene Dietrich, y otra relajada y flexible del "Bulldogiano" Jack Hawkins. Se apoya Koster en un notable guión lleno de interesantes diálogos. Aún así, las miradas de Stewart, Johns y Dietrich expresan más que cualquier texto.
Como curiosidad, resaltar la secuencia en la que James Stewart deja el sombrero en la bola que adorna el pasamanos al comienzo de la escalera y sube a ver a su hija, que está en la cama tapada con el vestido recién regalado. Recuerda a la secuencia de la inolvidable "Qué bello es vivir" cuando el propio actor se queda con la bola de adorno en la mano para, a continuación, subir a ver a la pequeña Susie, que también está en la cama admirando los pétalos de la flor que adorna su mesilla.
el chulucu
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21 de noviembre de 2023
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela ¨No Highway¨ de Nevil Shute de 1948, trata sobre un ingeniero aeronáutico llamado Theodore Honey (James Stewart) trabajando para el ¨Royal Aircraft Establishment¨, que acaba de producir un nuevo avión, llamado 'Reindeer'. Pero Theodore descubre que el Reindeer, el nuevo avión de pasajeros de la empresa para la que actúa como ingeniero científico, tiene problemas en sus diseños que pueden provocar que su estructura falle tras un tiempo en el aire. Theodore le dice a su jefe Dennis Scott (Jack Hawkins) que el avión tiene un defecto grave. Luego se da cuenta de que el avión en el que viaja tiene algunas fallos y está a punto de desintegrarse en cualquier momento. Mientras vuela a Labrador desde Londres para examinar el lugar del accidente del 'Reindeer', el avión de pasajeros diseñado por la empresa, Honey se hace amigo de una estrella musical llamada Monica (Marlene Dietrich como la glamorosa compañera de viaje) y de la azafata Marjorie (Glynis Johns), posteriormente riñe y se enfrenta a los dos pilotos (Niall MacGinnis, Kenneth Moore) del sospechoso avión . ¡Emoción y suspense a 18.000 pies sobre el Atlántico!

Este drama pone a prueba la credibilidad de los viajes aéreos, pero los astutos toques cómicos de los protagonistas nos proveen un simpático guiño y un tranquilo asentimiento, mientras que el director Henry Koster aprovecha el suspense al máximo. La idea de que un avión de pasajeros sufra defectos catastróficos debido a la fatiga del metal después de un cierto número de ciclos de vuelo se hizo realidad con los fallos del avión de Havilland Comet ocurridos en 1954. Eso es por lo cual hay una serie de extraños paralelismos entre los acontecimientos ficticios descritos en el film y los hechos reales posteriores. Así en la película, los eventos relacionados con un nuevo modelo de avión puede que fallen catastróficamente y de forma novedosa después de un número determinado de horas de vuelo, esta es la principal cuestión que trata este atrayente historia. El elenco principal y el de apoyo son bastante buenos. Está protagonizada por el gran James Stewart como un excéntrico y olvidadizo científico llamado Theodoro Honey, acusado por la empresa de dañar su reputación. James Stewart estaba íntimamente familiarizado con los elementos técnicos del vuelo. El fue la primera estrella de cine en entrar al servicio en la Segunda Guerra Mundial, un año antes de que bombardearan Pearl Harbor y saliendo de la guerra como coronel de la Fuerza Aérea del Ejército. Voló en múltiples misiones de bombardeo sobre Europa, aunque inicialmente se le negó la entrada a la Fuerza Aérea porque pesaba cinco libras menos de las 148 libras requeridas, pero convenció al oficial de reclutamiento para que ignorara la prueba. Con el tiempo se convirtió en coronel (en servicio activo) y luego en general de brigada en la Reserva de la Fuerza Aérea de EE. UU., y obtuvo la Medalla del Aire, la Cruz Voladora Distinguida, la Cruz de Guerra (de Francia) y siete estrellas de batalla. En 1959 sirvió en la Reserva de la Fuerza Aérea, antes de retirarse como general de brigada. Hay una serie de actores secundarios que aparecen aquí y allá, la mayoría de ellos de los mejores y más prestigiosos actores británicos, como por ejemplo: Glynis Johns en el papel principal como la azafata que apoya a Stewart cuando su compañía lo acusa de dañar maliciosamente la reputación del avión, Janette Scott como su hija, Jack Hawkins, Elizabeth Allan, Ronald Squire, Felix Aylmer, Maurice Denham, Niall MacGinnis, Wilfrid Hyde-White, Alan Gifford, Kenneth More y una estupenda actuación de Marlene Dietrich interpretando a una famosa actriz, ella roba cada escena en la que aparece por llevar un lujoso vestuario de Christian Dior y desplegando su actitud de gran estrella. A día de hoy, todos estos actores han fallecido, a excepción de dos actrices, Glynis Johns en sus 100 años y Janette Scott.

El film fue decentemente dirigido por el filmador Germano Henry Koster. Este notorio director tuvo una larga y exitosa carrera en Hollywood que abarca más de treinta años. En 1936 firmó un contrato con Universal y lo llevaron a Hollywood con Pasternak, varios otros refugiados y su esposa. Al principio tuvo algunos problemas en el estudio debido a que no hablaba inglés, pero finalmente convenció a Universal para que le dejara hacer ¨Tres chicas inteligentes¨ (1936) con Deanna Durbin que tenía 14 años. La película fue un gran éxito y sacó a Universal del borde de la quiebra. Su segunda película fue ¨Cien hombres y una niña¨ (1937) con Deanna Durbin de nuevo y compositor Leopold Stokowski. Posteriormente, fue nominado al Premio de la Academia por ¨La esposa del obispo¨ (1947). Koster era un experto en superproducciones y épicas biografías, como lo demostró en ¨Desiree¨, ¨La Reina Virgen¨, ¨Un hombre llamado Peter¨, La historia de Ruth¨, ¨La maja desnuda¨ y por supuesto su mayor hit: ¨La Túnica sagrada¨. Calificación: 6.5/10. Por encima del promedio ordinario. Bien vale la pena verlo para los fans de James Stewart.
miguelan
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14 de marzo de 2012
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la base aérea de Labrador, Londres, trabaja un científico americano bastante particular: Es desordenado en su vida privada (la cual comparte solo con Elspeth, su brillante hija de 12 años); no está muy seguro de donde vive aunque lleva ya más de una década en la misma casa; y ni siquiera sabe donde guarda una botella de jerez, el único licor que de vez en cuando lleva en el mercado. Pero, en su vida profesional, Theodore Honey es riguroso con su trabajo, va más allá de donde han avanzado muchas investigaciones, predica la idea de que “la exactitud de la ciencia no le permite preocuparse por la gente”, y ahora está dispuesto a dedicar todas las horas que sean necesarias para comprobar el tiempo límite de vuelo de los aviones Reindeer en que comienza a fatigarse el metal y las alas, o las colas, se caerán por su propio desgaste. En sus cálculos, 1.400 horas de vuelo constituyen el promedio límite. Un reciente accidente lo anima más aún a continuar en esto y él mismo será el enviado a recuperar la cola extraviada de esta nave, para comprobar si su firme teoría aplica de alguna manera en este caso.

Curiosamente, cuando ya está volando bien alto muy cerca del punto sin retorno, servido por la amabilísima azafata Marjorie Corder, y teniendo muy cerca suyo a la famosa actriz Monica Tisdale, Honey se entera de que ¡va en un Reindeer que tiene ya 1.422 horas de vuelo!

Con un magnífico guión, cuidadosamente estructurado con encantadores personajes, de esos que nos devuelven el sentimiento de que la vida es bella porque están bien dotados con inmensos corazones, el director Henry Koster, consigue un filme que atrapa y conecta con cada uno de aquellos seres que tienen muy claro (el mismo Honey se tragará ciertas frases) que, servir a los demás, es la tarea que nos merece el título de Humanidad.

Una buena dosis de suspenso, unas cuantas manifestaciones de ternura y solidaridad, y un puñado de excelentes caracterizaciones, ponen a “MOMENTOS DE PELIGRO”, en un nivel muy alto como obra cinematográfica. Incluso, sus teorías sobre los metales tenían una gran base científica como pudo comprobarse algunos años después.

Ah! Y de ñapa, vamos a conocer al primer hombre que, con un solo movimiento de su mano, ha sido capaz de derribar a un avión. Con razón le llamarían “El (Kid) Galahad de la aviación”.

Título para Latinoamérica: “EN EL CIELO NO HAY CAMINOS”
Luis Guillermo Cardona
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2 de octubre de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi querido y desgarbado James Stewart, se nos pone en la piel de un despistado y sabio ingeniero aeronáutico que descubre que los aviones de la compañía para la que trabaja, contienen un defecto en sus colas que hace que, a partir de determinadas horas de vuelo ( unas 1440) por efecto del desgaste, puedan resquebrajarse en cualquier momento, lo que puede dar lugar a terribles accidentes.

Pero tan sólo es una hipótesis y, naturalmente, la compañía será reacia a retirar todos sus aviones por una teoría no comprobada. Nuestro despistado científico se dispone a probarla, volando a Labrador, donde un avión de la compañía acaba de estrellarse sin que se conozcan con exactitud las causas del accidente.
Pero el avión que le lleva hasta allí resultará ser de la misma compañía y Stewart descubrirá, angustiado, que acaba de superar esas horas de vuelo por lo que, ese avión, puede partirse en cualquier momento.

Este inicio puede dar lugar a suponer que estamos ante una cinta de catástrofes pero no es así, aunque los momentos de introspección de la pareja protagonista sí me parecen un precedente de algunas de ellas. Tampoco tiene nada que ver con un thriller tal y como sugiere el topic de esta página ( no sé de dónde lo han sacado). Esto es un drama.
Koster utiliza este argumento para mostrarnos la evolución de un hombre que, en su inicio, dedicándose a la investigación y apartado del mundo, cree que cumple con su labor y que no le incumbe nada más pero que las circunstancias ( las vidas de los demás están en su mano, ya que nadie más le respalda) le irán transformando hasta hacerle comprender, y que resumirá en una maravillosa frase ( spoiler), que su verdadera y principal labor es luchar por lo que cree.
Un buen drama, que Jimmy maneja con gracia y emoción, poco más hace falta con éste, está muy bien secundado por sus compañeros de reparto y garantizan unos buenos momentos de emoción y reflexión. Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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23 de diciembre de 2015
12 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un científico viudo, despistado y un poco autista, con una hija de 12 años, está seguro de que la cola de un nuevo tipo de avión en uso puede desprenderse debido a las vibraciones en vuelo. Con este argumento se inicia esta interesantilla cinta de bajo presupuesto, en cierto modo lejanamente precursora del cine de catástrofes, que tan de moda se pondrá en los años 70, y con algunos ocultos atractivos: una historia bien narrada, con las dosis convenientes de suspense e inevitable ternura ñoña y, sobre todo, un destacable trabajo de los actores. Sobresale la excelente labor de James Stewart que repite colaboración con Henry Koster –director de una casi constante medianía- con quien rodó un año antes esa curiosidad llamada “Harvey” y donde también interpreta un papel excéntrico pero bondadoso, como el de este científico desubicado y papanatas, acompañado en la función por una campanuda Marlene Dietrich de frases sentenciosas y un Jack Hawkins - sorprendente combinación de actores, pardiez- que componen el verdadero motor de esta película. Para una desinhibida y poco exigente tarde de domingo.
Gould
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