El pantano diabólico

Mira que me gustan las películas de este estilo, pero esta la verdad es que deja bastante que desear, y se me ha hecho demasiado larga, y eso que dura 1 hora...

Los monstruitos la verdad es que dan pena, gracias al blanco y negro se distinguen menos, pero que te hagan creer que ¨eso¨ son sanguijuelas gigantes...

La historia, pues bueno, normalita, sin pretensiones, con mucha escena submarina (o más bien subpantana), como no podía ser de otra manera, poquitos muertos, historia de amorios/desengaños/cuernos por medio, y partes realmente aburridas...

Vas a ponerte delante de una película titulada "El pantano diabólico" y ya empiezas motivado, pero sabiendo que también fue conocida como "El ataque de las sanguijuelas gigantes" la ilusión se redobla. Luego ya veremos qué nos encontramos, pero estamos en el momento dulce del inicio de una película, todo son esperanzas y ganas. Saber en ese momento, o no, que los tentáculos de Roger Corman andan abrazando la producción también es lo de menos, porque uno no llega aquí esperando ver "El padrino" ni falta que hace.

Las buenas intenciones no tienen que ir de la mano porque sí con buenas ideas. Tanto aquí como en tanta serie B lo que primaba era el tiempo necesario entre el primer minuto de rodaje y el momento de poder exhibirla en el cine para comprobar su rentabilidad, y eso que estamos hablando de un cine hecho con cuatro duros en el que la mayoría de los actores apenas debieron cobrar lo justo para comprarse un bocadillo y el billete de autobús. En todo caso, cómo mola la idea de unas sanguijuelas que aterrorizan a un pueblo .

¿De dónde vienen?; qué más da; ¿se llegan a ver en detalle a nuestros queridos monstruos?; qué más dará si los disfraces son reciclajes de pulpos, fantasmas o extraterrestres... Dura apenas un poco más de una hora y hay suficiente diversión y entretenimiento como para pasar por alto la cutrez de las sanguijuelas, los diálogos absurdos y las actitudes dudosas de los personajes. Es serie B de calidad aceptable.

Sencilla obrita de Bernard L. Kowalski, un excelente y poco conocido artesano procedente de la Factoría Corman, como es este filme.

Como todos los filmes de esa factoría, no esperes que los monstruos te convenzan. Siempre son cutres. Aquí tenemos una especie de calamares humanoides que sorben la sangre de sus víctimas a través de las ventosas que poseen y que se ocultan en el pantano de turno.

La gente empieza a desaparecer, se encuentra algún cadáver con extrañas heridas y hay algunos testimonios que nadie cree. Todo muy visto. También tendremos al sheriff idiota y al valiente agente forestal- un Adonis de piel curtida, musculoso y con pelo en pecho- que investigará con su novia y acabará enfrentándose al inhumano peligro. Tiene algunos toques de sexualidad sorprendentes- la chica voluptuosa y provocativa que encarna Yvette Vickers o ese pelo en pecho del protagonista y que obligaban a depilarse- aparte de adulterios explícitos.

Resulta gracioso que ya casi acabando el filme, se dan cuenta que no han explicado el origen de las criaturas, así que improvisan un diálogo en el que hablan de Cabo Cañaveral y de la energía atómica, así porque sí.

El resultado es una mezcla entre "el Monstruo de la Laguna Negra" por eso de las escenas subacuáticas y cualquier filme de terror cincuentero. No es que sea la repera, pero se deja ver.

Una típica cinta de serie B de los años 50 que, si bien, no es muy buena película, al menos es algo entretenida. Tiene actores simples de aquel entonces, algunos muy recurrentes en las películas de Roger Corman. Una historia algo boba, pero es una hora de entretenimiento por lo muy barata que es. Es una simple película hecha con muy pocos recursos y hasta se nota que las sanguijuelas son hombres con disfraces, pero como toda película de Corman, tiene algo de frescura y hasta una idea descabellada que la hace algo atractiva e interesante. Un film malo que termina siendo bueno. Mi nota para este film es un 7/10.