Dinero

Los thrillers de humor negro son mi género predilecto, me parecen que en ellos se conjuga el ingenio con la critica social, además como no es muy explotado, pues no tiende tanto a lo mecánico, que es lo peor que podría pasar en un tipo de historias que se basan sobre todo en dar alguna que otra sorpresa.
Esta propuesta es muy humilde, se nota su escaso presupuesto, pero saca fuerzas de flaqueza y realiza una trama que esta sostenida pura y exclusivamente en los diálogos casi como si fuera una obra de teatro, con un ladrón ¿criminal? muy dicharachero y sagaz, que se convierte en el gran titiritero del resto, si bien ese tipo de personajes dentro de un thriller de estas características es a veces un cliché, no deja de ser interesante, igual que ver todo lo que la gente es capaz de hacer por dinero, cuando se tiene, cuando sobra, cuando falta.
Lo peor por el otro lado es el personaje de Kellan Lutz, el pobre es un tarado insoportable, hubiera sido mejor que el ladrón-criminal-cobrador, tuviera un mejor antagonista, supongo que ese fue el rol de Jess Weixler, pero el de Kellan, podría haber aportado más, después de todo es supuestamente el protagonista, aunque de los 5, es el menos interesante de todos, está solo para lucir carita y cuerpazo, un verdadero huevo sin sal.
El jardinero, aunque resulta clave en su momento, sobra, había otra forma de llegar al mismo final.
También creo que el personaje de Jesse Williams podría haber salido un rato más o tener un final mejor construido y no tan repentino.
Lo mejor es su brevedad y lo entretenida que se hace.

Me gustan este tipo de películas grabadas en espacios reducidos con unos pocos protagonistas. No diré que es una película brillante pero si solvente, se ve con agrado y el dialogo es dinámico.

Las actuaciones son buenas en general.

No encontré ninguna reseña respecto a si estaba basada en una obra de teatro... a mi me lo pareció. Y recordármelo me produjo cierto desinterés... pues bajo mi criterio, el cine debe construirse con exteriores, muchas escenas diferentes... y el teatro es para un escenario con las limitaciones implícitas.

Los actores cumplen en su rol, pero el guion no cumple, pues a la hora, ya estaba cansado de... tan poco. No llega a la hora y media, pero se hace muy larga.

Ésta es la premisa de la que parte "Money", ya que habría que preguntarse qué habría pasado si la persona que reacciona de este modo no lo hubiera hecho. Habrá quien piense que esta circunstancia ya es un poco forzada, pero es que si no no hay película. Porque todo transcurre prácticamente en un único escenario: La casa y sus distintas dependencias. Se nota que es una ópera prima y que Martín Rosete ha tenido que reducir su presupuesto.
Hablando con otros espectadores me decían que el guión hace aguas (ver spoiler 1) y que se notan fallos técnicos. Yo no soy un experto sobre lo segundo. En cuanto a lo primero, no creo que sea un naufragio, pero sí noté dos muy claros (ver spoiler 2).
Como es mejor verla sin saber demasiado, sólo diré que de los cinco intérpretes a mí el que más me gustó fue Jamie Bamber por su carisma, atrevimiento y suma inteligencia para llevar a todos al terreno que quiere. El papel de las mujeres es bastante prototípico: Dos chicas atractivas - especialmente Lucía Guerrero - que se dejan seducir por exitosos "yuppies" que les permiten un tren de vida de lujos. En cuanto a los otros dos, Kellan Lutz intenta cambiar de su registro musculitos y Jesse Williams tampoco me convence demasiado por lo que explico en el spoiler 2.
No obstante, es entretenida, corta, se ve con facilidad y tiene momentos tensos que la trama exige.
Mi nota: 6,7

Cinco personas, una casa de lujo y unos cuantos secretos son suficientes para captar nuestra atención durante una escasa, aunque intensa hora y media, donde los giros de guión son lo de menos y lo que prima es la tour de force entre sus protagonistas.

Todos los personajes gozan de un carácter y un carisma propios que los hace interesantes a su modo, y conforme los vamos conociendo la balanza de simpatías que sentimos por unos y por otros se va inclinando sin cesar hasta alcanzar un epílogo clásico y efectivo. Una lucha cinematográfica donde las ambiciones, los miedos y sobre todo el ansía de dinero están por encima de todo y de todos.

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