El blanco del ojo

Para mi David Keith solo tenía tres highlights:

Era el que la palmaba en An Officer And A Gentlemen.
El sufrido padre de Drew Barrymore en
Haber dirigido una de las mejores adaptaciones de P. Lovecraft con Granja Maldita (AKA The Curse).
Pero The White Of The Eye es el cuarto y, posiblemente, el highlight más alto en la carrera de David Keith.

En Tucson, alguien se cuela en casa de mujeres y las asesina de forma gráfica y cruel. La joven pareja formada por Paul y Joan White se enfrenta al infierno cuando la policía señale a Paul como sospechoso. Las sospechas se instalan en el seno de la familia White mientras los asesinatos continúan.

Todo en The White Of The Eye está lleno de riesgo, sobre todo porque provino de una de las productoras de los ochenta, la Cannon, que intentaba soltar la menor pasta posible para los rodajes y eso se nota ya que hay cierta sensación de que Donald Cammel, en su tercera y última película como director, estuvo haciendo malabares con el presupuesto y como muestra la fotografía de Larry McConkey y la terrible música de Rick Fenn y Nick Manson; pero el mayor riesgo que tomó fue rodar una película tan bizarra en el sitio más vulgar del mundo: Tucson.

La novela de Margaret Tracy (pseudónimo de Andre y Lawrence Klavan), Mrs White, es una amalgama de distintos géneros que van desde el drama hasta el noir, pero en las manos de Cammel – quien como pintor se muestra interesado por la estética y eso lo vemos tanto en los asesinados como en los planos aéreos – se convierte en una suerte de giallo que se trasmuta en policiaco con gotas de erotismo, toques de psychokiller y con lo peor de la estética de los ochenta.

La cinta, coescrita entre el propio Cammel y su mujer de aquella época, China Kong, se mueve adelante y atrás, saltando de forma tan caprichosa que un espectador poco implicado preferirá saltar del barco que continuar navegando en aguas tan revueltas; al no haber leído la novela es imposible saber qué se quedó en el tintero pero uno intuye que el triángulo amoroso del pasado tuvo más peso y, sobre todo, que la relación entre Paul White y su competidor Mike Desantos, fue algo más oscuro y perverso de lo que está sugerido.

Empezaba la review hablando de David Keith, el alma de la película de principio a fin. Solo decir que en las manos de Cammel se convierte en un camaleón: seductor, seducido, padre amoroso, profesional del sonido, ambiguo, icono sexual… Keith no tiene miedo a nada y deja que Cammel le convierta en una suerte de Heavy súper hortera y sexy. Atención al tratamiento que se hace del sexo en pareja, sobre todo al momento delante de la chimenea; lo dejo ahí pero un bravo por todos los que participaron en esta secuencia.

Cathy Moriarty está maravillosa como Joan White y Alan Rosemberg, como Mike tiene uno de los personajes más extraños debido a los recortes de su trama ya sea en guion o en el montaje de la película.

El ritmo moroso de The White Of The Eye te puede echar atrás, cierto, pero también te dejo claro que es uno de los descubrimientos más bizarros que he hecho en mucho tiempo.

https://www.terrorweekend.com/2020/11/the-white-of-eye-review.html

Bueno la historia de un psicópata que tiene aterrorizado a la ciudad de Arizona... La cosa promete film de suspense y tal. Bueno resulta que Cammell no sabe que hacer con la historia. Aburre a las vacas. Ni las escenas poderosas que tiene el film consigue resolver el entuerto. Lo gracioso es que tiene esas escenas pero no las hace atractivas para el espectador.

Pese a que la carta de presentación resultaba atractiva de entrada: slasher con toque de giallo; me ha parecido una película aburrida a la que no salva ni alguna escena de 'asesinato artístico' a lo Argento, estimable. El guión y algunos de los actores sí inducen al homicidio. Sin duda, hay 'slashers' y no digamos ya 'giallos' que merecen mucho más la pena.

La historia no da para mucho. Aunque curiosamente me entretuvo.
De mitad de película en adelante, el flojo guión hace que la historia decaiga notablemente. El director no sabe que sorpresas meter. Pues todo es sumamente predecible. Se acaba el suspense y el final es lo peor de todo. Cuándo ya no se sostiene ni la trama ni la psicología del psicópata. No me extraña que las 2 críticas que hay sean tan lacónicas.
David Keith, está bastante creíble en su interpretación y Cathy Moriarty, sumamente sensual. Aparte de eso la hija da un poco de terror. Curiosa elección.
No la recomiendo, si acaso para fanáticos del terror más casposo, quizás.

"- Parece un Picasso.
- ¿Picasso?
- ¿No has visto nunca un Picasso?
- ¿Por qué debería ver un Picasso? ¿Acaso soy un hippie?".

Irregular pero que muy interesante film policíaco de intriga con psycho killer enigmático no al fondo sino presente en la vida cotidiana de las personas de una pequeña población.
Tiene dos partes, en mi opinión, bien diferenciadas. La primera, que dura casi una hora, es extraña, narrada de forma alambicada, con sugerentes pero distantes escenas, que hacen no se siga de forma atractiva.
Sin embargo, su segunda mitad es, en lo que a mí respecta, excelente, con tensión acumulada que estalla, violencia y una resolución de las que no se olvidan.
Muy bien Cathy Moriarty, una estupenda actriz, de aquellas que en los años 80 y 90 denominábamos "de serie B", que aquí compone magníficamente un papel nada fácil.
Se trata de una cinta polémica, de "culto" como se dice ahora, que creo que el paso del tiempo la ha revalorizado.
Al principio hay que tener algo de paciencia, cierto, pero luego gusta mucho y deja al final muy buen sabor de boca.

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