La asesina

Independientemente de su mayor o menor calidad o fidelidad con respecto a la de Luc Besson y a pesar de estar dirigida por el irregular pero digno merecedor de crédito John Badham, estamos ante un entretenido producto comercial, carente de pretensiones, dirigido a un amplio público, cuyo único objetivo es ofrecer un digno producto de consumo, que como es notorio no satisfará los refinados y exigentes paladares de algún que otro reputado y excelso (en su casa a la hora de comer) critico de cuarto de hora, aunque sea la presentación en sociedad del Sr. Lobo en Pulp Fiction (Harvey Keitel), aquí Victor el limpiador y tengamos a la sexy y sensual Bridget Fonda dando estopa como si no costara.
Recomendable.

Remake en forma de pegote dirigido por Badham que lo único que logró es dar cancha al magnífico personaje creado por Luc Besson para que años más tarde nos tuviesemos que tragar la infumable serie protagonizada por Peta Wilson.

Lo único remarcable de este esperpento donde su protagonista no posee atisbo de profundidad alguno y observamos como Gabriel Byrne logra avergonzarnos mientras hace el pelele entre multitud de infames secundarios, es que resulta distraidillo si lo que se quiere es pasar un rato con una cinta que estaba mejor rodada, mejor interpretada y, sobretodo, mejor humanizada cuando la dirigió Besson.

Aquí el proceso de humanización de la protagonista se pierde en pro de intentonas pseudo-humorísticas, relaciones triviales con el resto de personajes y burdas escenas que lo único que logran hacernos ver es lo incompetente que es el director.
Por poner un ejemplo, mismamente, la escena del baño que aquí está desprovista de nervio, y no genera ningún tipo de desasosiego, en la originaria e infravalorada "Nikita" está trazada con un brillante pulso que, no sólo otorga detalles sobre la psique de la protagonista, sino además logra que en la atmosfera se respire una tensión marcada con tan poco.

Si hubiese que dejar a un lado las comparaciones, aunque sea un calco casi clavado, cabría destacar el papel de Mulroney, pero tanto por la lamentable caracterización del actor como por la infraactuación del mismo, que resulta lamentable desde cualquier perspectiva. Sobre la relación entre Byrne y Fonda mejor no comentar nada. Tan estúpida como banal y grotesca. Y sobre el supuesto fondo que se le pretende dar a la protagonista... No Comment.
Mejor diríjanse a "Nikita" donde, para postres, encontramos un magnífico cameo de Léon.

Probablemente uno disfrutará más de "La asesina" si no conoce el original francés de Luc Besson. Muchos detractores de la película de John Badham sostienen que éste se aprovechó para hacer un remake. No sé hasta qué punto es plagio. También es cierto que Badham ha sido siempre acusado de comercial cuando dirige intriga mezclada con acción ("A la hora señalada", "Procedimiento ilegal", "En el punto de mira" o "Dos pájaros de un tiro" podrían valer como ejemplos). Sin embargo, los únicos defectos que encontré en "La asesina" fueron los típicos fallos del cine americano, el cual olvida muchas veces la coherencia en favor de la espectacularidad (ver spoiler).
Bridget Fonda realiza una de sus pocas interpretaciones protagonistas de manera convincente y sensual, recordando por su aspecto a Jodie Foster en "El silencio de los corderos"; Gabriel Byrne muestra una vez más su dualidad como actor; Anne Bancroft tiene un pequeño papel pero determinante en la formación de Maggie y, por último, quizá el peor parado sea Dermot Mulroney, pues su historia romántica empaña bastante el ritmo de la trama. Harvey Keitel, sobrio en los pocos minutos que aparece.
A destacar también el precioso tema principal de la banda sonora a cargo de Hans Zimmer.
Mi nota: 6,7

Versión norteamericana de La Femme Nikita (1990), un thriller de Luc Besson. Bridget Fonda (Nina) es reclutada por el gobierno para realizar peligrosas misiónes que consiste en asesinar.Sacada de las calles y de las malas costumbres aprende a comportarse como una dama y es introducida en el arte del combate para poder acabar con las vidas de los introducidos en la "lista negra" de la agencia. Nina tal vez sea de los personajes femeninos más atractivos en mucho tiempo: una mujer violenta, con doble personalidad y muchos problemas.

NIna (Bridget Fonda) es capacitada como espía o asesina o agente encubierto o todas las anteriores y entra al servicio del estado como castigo a sus pecados que, por lo demás, no son nada explícitos. Sabemos que fue drogadicta y que asaltó una farmacia pero poco más; que le transmutan una sentencia de muerte por su participación en los servicios secretos. Su trabajo encubierto se vuelve un lastre: quiere integrarse a una sociedad a la que nunca perteneció pero no puede por que está condenada. Ser agente encubierto, con ella, pasa de ser un acto heroico a un drama. Está emocionalmente vinculada tanto con la vida cotidiana (donde tiene un novio) como con el servicio secreto.

A pesar de ser ya una historia conocida engancha hasta el final, entreteniendo al máximo, permitiendonos entrar en la piel de la asesina. Sería una película totalmente perdida si no fuera por las escenas de acción. Sin embargo el meollo de su atractivo está en ser una mujer fatal con pistola, una asesina fashion. Una situación ambigua porque no es del todo novedosa pero al mismo tiempo ha planteado desde una nueva perspectiva al personaje.

Insipido remake norteamericano del film ''Nikita'' de Luc Besson, donde la monotonía es la reina de la función.
La relación amorosa entre los personajes de Fonda y Mulroney hiere de muerte al film de Badham, hasta el punto de eclipsar sus, por otro lado contenidas, escenas de acción, resaltando únicamente el momento en el que interviene Harvey Keitel, en una de las poquísimas escenas con chispa que contiene la floja y aburrida película de John Badham, un realizador especializado en el cine de acción que, como a tantos otros, ya en los noventa se le había pasado el arroz.