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La traición de Huda

Thriller Reem, una joven madre palestina casada con un hombre celoso, acude a la peluquería de su amiga Huda, en Belén y lo que debía ser una visita rutinaria se convierte en una desagradable experiencia cuando Reem empieza a desvanecerse en su silla. Huda le ha tendido una trampa. Con la ayuda de un cómplice le hacen posar en fotos comprometidas para chantajearla, y conseguir así que colabore con el servicio secreto israelí, traicionando así a su pueblo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2021
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que una peluquería en Palestina se convierte en el origen o epicentro de la trama. Un lugar donde las mujeres (hablamos de una peluquería de mujeres), se relajan y pueden hablar de sus cosas. En este caso la peluquería es una trampa, un agujero negro donde el chantaje, la tracción y la ruptura de la confianza alcanzan las mayores cotas de miseria, dolor y terror.
Es el terror producido por una situación de ocupación militar, de apartheid sobre esa población ocupada, y donde los servicios de información luchan por conseguir confidentes sin reparar en la “moralidad” de sus métodos. La traición se puede cometer por muchas causas, pero la traición solo se paga de una forma: con la muerte.
El film se desarrolla en dos ambiente diferentes: por un lado la cotidianidad de dos mujeres, una chantajista “con causa” y la otra, víctima inocente, casada, atrapada por una trampa que no puede contar a su marido o a su familia por sus prejuicios o celos absurdos. El otro ambiente, es un cámara (medieval) donde se realizan los interrogatorios entre un “poli bueno” y una detenida.
Un película que se sigue con especial interés, por el film en sí mismo y porque es un retrato de una situación política y humana (la de Palestina), que destruye cualquier discurso sobre derechos humanos por parte de quien apoye la ocupación sin fecha final de un país.
GonzaloyGracias
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29 de octubre de 2021
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cisjordania es un lugar donde la existencia está cargada de sorpresas, gran parte de ellas desagradables.
Una peluquería puede ser un entorno ideal para que los servicios secretos israelíes introduzcan células informativas y, a la vez un objetivo a vigilar por la resistencia palestina. Se habla mucho en el Salón de Huda y, en un territorio ocupado, en guerra permanente, las paredes tienen orejas y cualquier palabra valor añadido.

Reem, la protagonista, es una víctima propiciatoria por su doble indefensión: ser palestina y mujer.

El director, que ya nos impresionó con Paradise Now y Omar, desarrolla otra vez su doloroso y privilegiado conocimiento, por su proximidad al conflicto que, como todos cuantos habitan la zona, sienten en carne propia.
Los hechos que acontecen en la ficción, hunden sus raíces en sucesos similares que tuvieron lugar en la franja, y que llevaron a que alguna de las mujeres implicadas haya de estar protegida, en total clandestinidad, desde hace 20 años.

El miedo a la muerte no es lo peor, el pánico lo produce el hecho de dejar la vida en manos de los siniestros e inabordables acontecimientos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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28 de octubre de 2021
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duro drama psicológico y emocional, con la guerra interna entre el servicio secreto israelí y el de la resistencia palestina, todo ello con mujeres como moneda de chantaje.
En la rueda de prensa de la Seminci de Valladolid el director dijo que hace veinte años se enteró de esta historia real y se decidió hacerla ahora, aunque alguno de los personaje es ficción.
También expuso que utiliza en sus películas la traición como tema recurrente y que hay una causa para ello: “cuando tenía 11 años, traicioné a alguien y para librarme culpe a un amigo, al cual el maestro castigó. A mis 60 años, todavía me siento tan culpable como entonces”
floro
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25 de julio de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Dos ejes narrativos entrelazados

La traición de Huda se estructura básicamente en torno a dos ejes narrativos bien distintos: Por un lado, hay un thriller paranoico, en el que Reem atrae sin querer la atención de los servicios secretos palestinos hacia ella que tratarán de averiguar que es lo que sabe. Por otro, tenemos una batalla retórica de líneas morales, en la que Huda disecciona las intenciones y la rectitud de su captor, mientras que Hasan (Ali Suliman) intenta romper psicológicamente a su prisionera para obtener información.

El director ha intentado alternar estas tramas de la mejor forma posible pero a veces consigue el efecto contrario y se rompe un poco el ritmo. La intención es aumentar la tensión gradualmente al permitir que las escenas interactúen. El interrogatorio es la parte más fuerte de la película. En el diálogo, Huda y Hasan (Ali Suliman) hacen eco de gran parte de su personalidad y del trauma subyacente. Aunque son diametralmente opuestos en ideología, pueden relacionarse y llegar a entenderse. Simplemente lo expresan de una manera diferente. La dinámica entre los dos personajes, como la química entre los dos actores, se impone en fuerza la mayoría de las veces a la historia de Reem.

*El interrogatorio de Huda y Hasan

La escena del interrogatorio entre Huda y Hasan dura de forma alternativa la totalidad de la película y está magistralmente realizada (tanto escrita como interpretada). Es un enfrentamiento entre dos oponentes semejantes, igualados en inteligencia, astucia y coraje. Hasan tiene todo el poder, pero Huda tiene la información que necesita. Ambos utilizan diferentes tácticas para conseguir sus objetivos.

Si el diálogo en las escenas del interrogatorio es a veces innecesariamente explícito, los momentos entre Hasan y Huda contextualizan sucintamente la realidad doméstica de mujeres como Huda y Reem. Vemos a Huda expresar a Hasan, que su experiencia como mujer en la sociedad palestina es de subyugación, donde rara vez se la toma en serio como ciudadana e incluso su condición de simple divorciada significa que la miran con desprecio y nunca puede ver a sus hijos.

Estas deficiencias en la sociedad palestina hacen que sea mas fácil para Huda espiar a su comunidad y explica por qué recluta a mujeres con maridos idiotas como el de Reem.

*La huida de Reem

El planteamiento de La traición de Huda es una especie de artilugio brechtiano utilizado por Hany Abu-Assad para discutir los crímenes y la falta de escrúpulos de ambos lados del conflicto palestino.

Las mejores escenas de la película son las que siguen a Reem, que se convierte en una especie de reinvención de la clásica protagonista hitchcockiana: una falsa culpable, injustamente perseguida, completamente desprevenida para afrontar el infierno que le espera. El director encuentra algunas soluciones sutiles y efectivas para representar cinematográficamente la situación de la protagonista, ya sea usando los bordes de una ventana como una cruz detrás de ella en el consultorio de un médico, o el ruido de una lavadora como si fuera un reloj letal.

Otra escena a destacar de La traición de Huda recuerda a la pieza central del ganador rumano de la Palma de Oro 4 meses, 3 semanas y 2 días, mientras Reem intenta mantener la compostura durante una cena con los suegros, su silenciosa ansiedad se ve abrumada por la estúpida charla de los demás.

*Mujeres en guerra, doble opresión

A medida que se intercalan las dos tramas principales de la película, Hany Abu-Assad presenta esa visión macro de la sociedad palestina que describe Huda y la visión micro de la vida doméstica de Reem, todo para conjurar una sensación palpablemente claustrofóbica de aprisionamiento, y de manera acertada, ya que aparentemente todos los aspectos del mundo de una mujer aquí están marcados por la opresión.

La traición de Huda hace la afirmación radical de que las mujeres palestinas están bajo no uno sino dos niveles de ocupación. Ser subyugadas por los hombres en sus vidas, maridos, hermanos, padres, las deja atrapadas y vulnerables al reclutamiento. ¿Por qué las mujeres deberían mostrar lealtad a estos hombres palestinos, cuando los hombres no muestran lealtad hacia ellas? Huda es sincera con Hasan sobre esto. Él admite: "Sé que nuestra sociedad necesita una buena llamada de atención". Es una gran concesión.

*Conclusión

Lo más arriesgado de La traición de Huda es la naturaleza y la dirección de su crítica, que señala las debilidades de la sociedad palestina, el desequilibrio de poder entre hombres y mujeres, y cómo puede ser y será explotado por sus opresores.

Otro aspecto interesante de La traición de Huda, que lo diferencia del trabajo anterior del cineasta, es cómo intenta aprovechar la misoginia latente de la región, la falta de derechos y libertad de las mujeres palestinas, y cómo eso afecta el conflicto con Israel.

La traición de Huda es emocionante, realista e impredecible. El ritmo es rápido, dejando poco espacio para la reflexión durante la historia. Es una de esas raras películas que podría haber durado media hora más, para tener un respiro extra. Eso podría haber dado aún más profundidad a la historia. La intención de Hany Abu-Assad es hacer un thriller feminista con un trasfondo político, pero a medida que avanza la película, comienza a apoyarse demasiado en la política, y la tensión y el ritmo se pierden un poco en ella.

Escrito por Eduardo Gil
Cinemagavia
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26 de octubre de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una secuencia en esta película en la que Reem (Maisa Abd Elhadi) camina por las calles de Belén junto al muro levantado en Cisjordania. En ese breve instante pasea pensativa, mientras va rozando con la mano el frío muro de hormigón pulido que separa a palestinos e israelíes. Una enorme losa física y vertical que invisibiliza a los soldados, convirtiendo al ejército del gobierno en una institución menos culpable de la separación de pueblos. Es al amparo de este muro, donde a ambos lados, se cobijan los ciudadanos de esta región maldita. Un habitante de Israel no puede cruzar al otro lado sin el Salvoconducto Verde, ni un palestino puede entrar en Israel sin hacer un largo recorrido a lo largo del muro, e ir franqueando puertas, pasillos y controles, donde es registrado y señalado como transeúnte a zona hebrea. Es a la sombra de estos diez metros de vergüenza, donde el entorno se emponzoña con odios e intifadas desde tiempos inmemoriales. Son las agencias y servicios secretos los que se encargan de transformar a las personas corrientes en los verdaderos militares de esta guerra.

Así es como Reem acude a la peluquería de Huda (Manal Awad), y a modo de prólogo, el salón de belleza se convierte en una distendida charla entre propietaria y cliente sobre el poder de las redes sociales, vídeo tutoriales en plataformas; y el gran poder que adquieren sus creadores en la sombra, adquiriendo y recopilando información gratis respecto a sus usuarios. Un café entre amigas y el tono alegre de la peluquería cambia. Se corren las cortinas, y una puerta de la trastienda se abre a un mundo de chantajes y corrupción al servicio de las agencias gubernamentales. Las series de polaroids se transforman en la moneda de cambio para reclutar mediante extorsión a los nuevos espías encargados de pasar información.

Hany Abu-Assad, dirige esta coproducción de Palestina y los Países Bajos, con una fuerte dosis de influencias estadounidenses. Abu-Hassad es el realizador de otros films como ‘Paradise Now’ (2005), ‘Omar’; o en EE UU ‘La Montaña entre Nosotros’, película protagonizada por Idris Elba y Kate Winslet que recibió una desigual acogida por parte de crítica y público. Huda’s Salon se debate entre un sugerido conflicto de Oriente Medio y la autodestrucción que provoca el tráfico de información entre agencias y organizaciones criminales anónimas.

Con un tono misterioso y siniestro la película se mueve en entornos oscuros. La mayoría de los acontecimientos suceden en interiores poco definidos para aumentar la sensación de claustrofobia. Focos y puntos de luz en medio de la noche, se convierten en las armas perfectas para cometer asaltos, crímenes y extorsiones. Situaciones que llevan a un enrarecimiento de las relaciones familiares sembrando desconfianza y malestar, minando la convivencia entre sus integrantes.

Las interpetaciones no sobresalen especialmente, dotando a la narración general de una identidad propia que hubiese necesitado un mayor desarrollo. Música en tono de intriga y algunos golpes de efecto suben la tensión para captar la atención del espectador. Algunas secuencias pobladas de un humor negrísimo hacen un flaco favor a una trama que pide mayor seriedad. Brillan las escenas de interrogatorios en las que la información va cambiando de manos a golpe de guion. La película deja hacia el final un regusto poco satisfactorio, con un cierre algo forzado y confuso que pone de manifiesto un manejo del tiempo descompensado entre los bloques de la estructura.

En un mundo actual que está a la orden del día. Dentro de un conflicto que está lejos de resolverse, y las altas jerarquías se esconden, dejando el trabajo sucio a los ciudadanos. La pelota va pasando de unas manos a otras, forzando a convertirse en aquello que no se quiere. Donde cada nombre importa y restar en número significa la supervivencia. El horror comienza al atravesar las puertas de una peluquería.



Publicado originalmente en: https://cinemiamor.wordpress.com/2021/10/26/66-seminci-la-ratonera-de-oriente-medio-hudas-salon-hany-abu-assad-2021/
Marcos B
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