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España España · Valladolid
Voto de Marcos B:
6
Thriller Reem, una joven madre palestina casada con un hombre celoso, acude a la peluquería de su amiga Huda, en Belén y lo que debía ser una visita rutinaria se convierte en una desagradable experiencia cuando Reem empieza a desvanecerse en su silla. Huda le ha tendido una trampa. Con la ayuda de un cómplice le hacen posar en fotos comprometidas para chantajearla, y conseguir así que colabore con el servicio secreto israelí, traicionando así a su pueblo. (FILMAFFINITY) [+]
26 de octubre de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una secuencia en esta película en la que Reem (Maisa Abd Elhadi) camina por las calles de Belén junto al muro levantado en Cisjordania. En ese breve instante pasea pensativa, mientras va rozando con la mano el frío muro de hormigón pulido que separa a palestinos e israelíes. Una enorme losa física y vertical que invisibiliza a los soldados, convirtiendo al ejército del gobierno en una institución menos culpable de la separación de pueblos. Es al amparo de este muro, donde a ambos lados, se cobijan los ciudadanos de esta región maldita. Un habitante de Israel no puede cruzar al otro lado sin el Salvoconducto Verde, ni un palestino puede entrar en Israel sin hacer un largo recorrido a lo largo del muro, e ir franqueando puertas, pasillos y controles, donde es registrado y señalado como transeúnte a zona hebrea. Es a la sombra de estos diez metros de vergüenza, donde el entorno se emponzoña con odios e intifadas desde tiempos inmemoriales. Son las agencias y servicios secretos los que se encargan de transformar a las personas corrientes en los verdaderos militares de esta guerra.

Así es como Reem acude a la peluquería de Huda (Manal Awad), y a modo de prólogo, el salón de belleza se convierte en una distendida charla entre propietaria y cliente sobre el poder de las redes sociales, vídeo tutoriales en plataformas; y el gran poder que adquieren sus creadores en la sombra, adquiriendo y recopilando información gratis respecto a sus usuarios. Un café entre amigas y el tono alegre de la peluquería cambia. Se corren las cortinas, y una puerta de la trastienda se abre a un mundo de chantajes y corrupción al servicio de las agencias gubernamentales. Las series de polaroids se transforman en la moneda de cambio para reclutar mediante extorsión a los nuevos espías encargados de pasar información.

Hany Abu-Assad, dirige esta coproducción de Palestina y los Países Bajos, con una fuerte dosis de influencias estadounidenses. Abu-Hassad es el realizador de otros films como ‘Paradise Now’ (2005), ‘Omar’; o en EE UU ‘La Montaña entre Nosotros’, película protagonizada por Idris Elba y Kate Winslet que recibió una desigual acogida por parte de crítica y público. Huda’s Salon se debate entre un sugerido conflicto de Oriente Medio y la autodestrucción que provoca el tráfico de información entre agencias y organizaciones criminales anónimas.

Con un tono misterioso y siniestro la película se mueve en entornos oscuros. La mayoría de los acontecimientos suceden en interiores poco definidos para aumentar la sensación de claustrofobia. Focos y puntos de luz en medio de la noche, se convierten en las armas perfectas para cometer asaltos, crímenes y extorsiones. Situaciones que llevan a un enrarecimiento de las relaciones familiares sembrando desconfianza y malestar, minando la convivencia entre sus integrantes.

Las interpetaciones no sobresalen especialmente, dotando a la narración general de una identidad propia que hubiese necesitado un mayor desarrollo. Música en tono de intriga y algunos golpes de efecto suben la tensión para captar la atención del espectador. Algunas secuencias pobladas de un humor negrísimo hacen un flaco favor a una trama que pide mayor seriedad. Brillan las escenas de interrogatorios en las que la información va cambiando de manos a golpe de guion. La película deja hacia el final un regusto poco satisfactorio, con un cierre algo forzado y confuso que pone de manifiesto un manejo del tiempo descompensado entre los bloques de la estructura.

En un mundo actual que está a la orden del día. Dentro de un conflicto que está lejos de resolverse, y las altas jerarquías se esconden, dejando el trabajo sucio a los ciudadanos. La pelota va pasando de unas manos a otras, forzando a convertirse en aquello que no se quiere. Donde cada nombre importa y restar en número significa la supervivencia. El horror comienza al atravesar las puertas de una peluquería.



Publicado originalmente en: https://cinemiamor.wordpress.com/2021/10/26/66-seminci-la-ratonera-de-oriente-medio-hudas-salon-hany-abu-assad-2021/
Marcos B
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