El clon de Tyrone

Lo admito: si no llegan a estar en esto los señores John Boyega y Jamie Foxx, ni me acerco al nuevo estreno de Netflix, siendo un acierto por parte de sus responsables fichar a rostros conocidos, un recurso que siempre llama la atención y que invita a dar al play. A pesar de todo, la premisa no deja de ser la mar de curiosa, ya que tenemos a un camello, una prostituta y un chulo en un thriller de ciencia ficción con clones. Lo sé, parece un chiste malo, pero es lo que hay, y no, no es spoiler, porque el título ya te lo revienta casi todo.

La crítica la ha ensalzado como una genialidad, algo comprensible ya que se trata de una producción con denuncia social, y eso es algo que casi siempre van a aplaudir. Una vez vista, debo confesar que estamos ante una buena película, que sirve como entretenimiento pasajero, pero que también es una de las más extrañas y fallidas del año. Y no, los críticos no tienen razón, porque no es la gran película que están vociferando, más bien una cinta ambiciosa que quiere ser muchas cosas, pero que acaba siendo muy pocas.

Técnicamente la película tiene una estética granulada y de los 70 que le viene como anillo al dedo, siendo sorprendente que sea la obra de un debutante. Obviamente se busca evocar ese cine de la blaxploitation, algo que chirría al ser una historia que sucede en la actualidad. Ya os digo yo que los chulos con esos peinados y vestuarios ya no existen, por muy cool que quede en pantalla.

Respecto al guion, cortesía del mismo joven director junto a un compañero de profesión, se nota la ambición, al meter en una coctelera el mencionado género de blaxplotaition, el thriller, la ciencia ficción y vete tú a saber qué más, con un resultado que se deja degustar, pero que se queda lejos de sus intenciones. Y por eso lo de extraño, no como algo inquietante y sorprendente, sino más bien irregular y, por lo tanto, fallido.

Está claro que esto podría haber sido un absoluto desastre, pero también que sus responsables no son capaces de tocar las teclas adecuadas para que acabe siendo la gran película que podría haber acabado siendo de haber jugado bien sus cartas, siendo finalmente el clásico quiero y no puedo de manual.

La cinta tiene un gran arranque, pero a medida que avanza se diluye el impacto inicial, con un ritmo que decae por momentos, al no saber muy bien qué hacer con la historia que tienen entre manos, y que pierde toda la gracia una vez revelado el misterio, uno más predecible de lo esperado y que se ve venir de lejos a poco que estés atento y unas los cabos. Que nadie espere grandes giros argumentales, porque no los hay, aunque se juega a la sorpresa constante.

Eso sí, la película entretiene, que ya es mucho en los tiempos que corren, agradeciéndose ese toque cómico que hace que el viaje sea más ameno y digerible, porque sin ese componente, costaría recomendar un producto como el que nos ocupa, siendo un acierto que no se tome demasiado en serio a sí mismo. El otro apartado que la salva de ser un producto desechable es su reparto, destacando a su trío protagonista.

John Boyega vuelve a estar igual de convincente que siempre, aunque tenga el personaje menos agradecido de la cinta, de porte serio y algo comedido. Debería reflexionar y alejarse de los micros y las polémicas, porque es un buen actor y da la sensación de que su estela se está apagando. Espero que no siga metiendo la pata.

En cuanto a Jamie Foxx y Teyonah Parris, están espectaculares, el primero pasándoselo en grande con un personaje fascinante, además de recordarnos que puede ser un gran actor cuando le apetece y se cree su personaje, y la segunda ofreciendo una actuación tan sorprendente como increíble, y confirmando que hay vida más allá de Marvel. Ellos dos son el corazón de la cinta, y una de las claves para justificar el visionado. También tenemos a un fugaz y juguetón Kiefer Sutherland, aprovechando los pocos momentos que tiene para su lucimiento personal.

En conclusión, la dirección de corte clásico y el maravilloso reparto nos convencen de que esta película merece la pena, pero es el guion el que también nos recuerda que tampoco es nada del otro aquel, siendo otra cinta de la plataforma de usar y tirar, y que quizás habría tenido más sentido como episodio de Twilight Zone (La Dimensión desconocida), pero que cojea al pecar de pretenciosa, ambiciosa y fallida. Es extraña, pero por la combinación de géneros o las piezas que intenta juntar, no por la originalidad de su núcleo argumental.

Ni es el desastre que podría haber sido, ni la maravilla que están diciendo los críticos, es más bien un thriller de ciencia ficción con tintes cómicos, salvado por unos actores entregados a la causa, y un humor que se agradece en este tipo de propuestas. Ni más ni menos.

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Pues resulta que uno de los protas tiene la sospecha de que hay alguien por ahí con su misma cara. Alguien igual que él. El asunto no le cierra y comienza a investigar. Se unen dos compañeros de ruta. Así se forma el triángulo, proxeneta/trabajadora sexual/narco. Juntos irán a por la verdad.

Si bien la estética setentera y el contexto racial aparecen bien delineados, la historia principal cae en el caos absoluto más pronto que tarde. Dicha decisión es deliberada, pero no consigue el efecto buscado. Como trama se siente caprichosa, arbitraria. Siempre están a la búsqueda de algo, pero el absurdo constante desdibuja el interés en el trayecto. Los protas arrancan con estilo, pero por sí solos no pueden sostener una propuesta que se antoja conspiranoica y metatextual. Hasta las conspiraciones más retorcidas buscan tener un tronco común que las haga sonar convincentes, les de un sentido. En El clon...se inicia con clones, se pasa por pollos adulterados, luego iglesias bizarras y un desfile de escenarios que sirven para marcar bien el contexto racial, pero que se sienten islas separadas, sin un nexo en común ni un tono ajustado que sirva como soporte.

Las dos horas de duración le sientan fatal al visionado. El guión pecó de ambicioso y se dio de cara contra el piso demasiado pronto.

They cloned Tyrone está dirigida por Juel Taylor, quien nos lleva a un suburbio de una gran ciudad, donde las prostitutas, los camellos y los chulos están a la orden del día. Pero es su barro, su lugar, y están pasando cosas raras. Eso lo percibe el personaje de John Boyega, el camello, quien se aliará con uno de los chulos que le debe dinero (Jamie Foxx) y una prostituta que convive con este y quiere dejar el oficio (Teyonah Parris). Los tres encontrarán en un piso un misterioso ascensor que conduce a un laboratorio gubernamental que cambiará sus vidas por completo. Una película de misterio que nos divierte mucho en su primera parte, pues los diálogos entre los personajes producen carcajadas.

A medida que la película avanza todo se va revelando y, por ende, pierde cierto punch. Con las cartas sobre la mesa la cosa ya no es tan divertida y acaba siendo una más del montón, pero la idea es original e interesante. Lo que sobre todo acaba funcionando es el trío protagonista, sobre todo un Jamie Foxx que se come la pantalla, al igual que Teyonah Parris. John Boyega está más comedido, pues así es el personaje, pero es el eje central de todo lo que sucede. En su parte final nos puede vaticinar lo que está por venir en materia de investigación, el control de las masas y la idea de paz tan retorcida que se nos muestra.

En definitiva, EL CLON DE TYRONE es un buen entretenimiento, un rato agradable y divertido, con conversaciones geniales, carisma de los personajes y un guion que lleva a la reflexión. No tiene momentos densos y todo es bastante ágil, por lo que es de agradecer. Es una buena opción que mezcla elementos de comedia, thriller y misterio. Echadle un vistazo.

Delicioso cóctel de cine negro, ciencia ficción y comedia. Una fresca bebida para disfrutar un sábado noche de misteriosa aventura envuelta en niebla y luces de neón, ambientada en una ciudad congelada en los setenta, con sus chulos, sus traficantes y sus prostitutas, los cuales harán de improvisados detectives y antihéroes a la fuerza de este demente y divertido enredo conspiranoico.

La película es un absoluto homenaje al blaxploitation, aquel subgénero que tuvo su auge en 1970, que protagonizaba gente de color (de ahí viene el nombre, ‘black’ y ‘exploitation’) y caracterizada por lo que tenemos aquí: chulos, afros, pantalones de campana, gafas enormes, detectives, corrupción, misterios, rollo barriobajero… Se pilla el estilo. Tarantino lo homenajeó con ‘Jackie Brown’, pero con un tono mucho más clásico; ‘They Cloned Tyrone’ es bastante más gamberra y humorística, y da un giro hacia la ciencia ficción a lo ‘X-Files’ pillando y mezclando ideas de un sinfín de clásicos sin esconderse.

A mí me ha parecido maravillosa. Está rodada con una estética granulosa que unida a la ambientación, el vestuario y la fotografía la hace parecer realmente una blaxploitation de los 70. Pilla todos los tópicos que te puedas imaginar, tanto del cine negro, como de la comunidad afroamericana, como de la ciencia ficción, y los chanta con todo su morro sarcástico, consiguiendo criticar por medio del absurdo, dotando de frescura a lo manido.

Original e ingeniosa sátira social, pese a estar cocinada con ingredientes habituales. Muy divertida.

Es quizás de las películas más extrañas que nos ha entregado Netflix en el último tiempo. Eso no quiere decir que sea una decepción, por el contrario, es una grata película que se deja ver gracias al estupendo trabajo de su reparto en donde brillan de igual forma Jamie Foxx, John Boyega y Teyonah Parris.

El trabajo de su reparto es realmente bueno, ya que permiten que gracias a su carisma y su entrega nos adentremos en sus personajes y nos colguemos de una historia que a medida que transcurre se va convirtiendo en un real laberinto en donde cuesta realmente llevar el hilo de todo, pero que nunca te suelta de la entretención y la concentración en ella.

También vale la pena destacar la buena dirección de Juel Taylor, quien sabe llevar el ritmo de una historia compleja de ciencia ficción que te traslada de un lado a otro con sus giros y sus conclusiones. La estética que nos ofrece el director entrega un grato sello a su propuesta que se siente bien cohesionados, permitiendo que su director nos brinde escenas realmente surrealistas que dejan su toque de gratificación a nosotros los espectadores.

La película tiene un mensaje potente sobre la comunidad y un mensaje bastante político, lo cual se agradece, ya que ese mensaje se mezcla muy bien con la entretención y diversión con la cual te conquista junto a su ciencia ficción.

Es una película extraña que quizás no será para todos los públicos, pero cuando le das una oportunidad es una película que realmente te conquista y te deja sensaciones gratas, no es perfecta, pero es una de las buenas e interesantes propuestas que nos ha entregado la plataforma de streaming en el presente año.

Recomendada para aquellos que buscan algo diferente a lo habitual.