+1

¿Alegoría sobre el abuso de las drogas? ¿Relato filosófico sobre la juventud, el paso del tiempo y las segundas oportunidades? ¿Homenaje a algunas películas míticas de ciencia ficción? ¿O potingue indigesto? Cuando al terminar una película, varios espectadores difieren en sus apreciaciones o, más aun, cuando el mismo espectador duda y reflexiona sobre lo que acaba de ver, suele ser buena señal. +1 (Plus One) es una de esas cintas que invita al debate. Y no es poco, tratándose de un proyecto especialmente diseñado para el consumo juvenil.

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+1 parte de un largo plano de una flor que se asemeja a unos labios o al órgano reproductor femenino. Tomamos posiciones. El protagonista va al encuentro de su chica con un ramo de rosas. Pero algo sucede que les separa. Esa noche se celebra una fiesta en una gran mansión. Los amigos protagonistas acuden a ella mientras algo raro sucede en el cielo. +1 empieza despertar intriga.

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+1 logra inquietar a lo largo de casi todo el metraje. Bill Gullo, el guionista de la película, toma una buena decisión: la esencia de la historia permanece en penumbra hasta la mitad de la cinta. No sabemos muy bien qué pasa. Pero algo pasa. A cambio vemos pasear de un lado a otro a los protagonistas y también empezamos a impacientarnos.

Y cuando el meollo del asunto sale a la luz, nos vienen a la cabeza dos películas: La invasión de los ladrones de cuerpos y Primer. La cinta de Don Siegel es uno de los mejores relatos de ciencia ficción de los años 50 con interesantes interpretaciones políticas y la segunda es una joya absoluta de la ciencia ficción contemporánea. Ambas comparten con +1 la presencia de misteriosos dobles.

¿Copia? ¿Reinterpretación? ¿Homenaje? No cabe duda de que los cinéfilos más tiquismiquis pueden rechazar la película: Un mirada displicente y un “Esto ya se hizo”. Sí, las referencias de +1 son evidentes. Pero, ¿quién no ha?

Mientras la película se aproxima a su final, comienzan los verdaderos problemas. Pero es uno de los eternos problemas del cine (o de cualquier narración). “¿Cómo termino esto?” +1 combina escenas sugerentes (especialmente una que comparte la pareja protagonista al lado del escenario) con alguna que raya la ridiculez (hay dos o tres para elegir). Y así llegamos al desenlace, previsible pero necesario para dar un poco de sensatez al relato.

Si no escarbamos la superficie de +1 (Plus One) podríamos definirla como una película de fiestones con arrugado envoltorio de ciencia ficción. Pero la historia, a nuestro juicio, da para más. Especialmente sugerente (y original) resulta la actitud del protagonista a lo largo de toda la noche. Un anti-héroe enamorado pero mezquino con un solo objetivo: sacar partido de la situación. El amor, tiene estas cosas, es capaz también de sacar lo peor de cada uno. Por el contrario, la historia de otro de los protagonistas es prescindible.

Si La invasión de los ladrones de cuerpos se interpretó como un alegoría de los peligros del comunismo (o de los peligros de la actitud del pueblo estadounidense ante lo desconocido), ¿cómo interpretamos +1? La juventud, sus miedos y sus anhelos, la lucha por contruir una identidad, el hedonismo desatado, son el reverso de la historia. Y la fragilidad de las relaciones sentimentales, en las que una frase puede marcar la diferencia entre el sí y el no.

Lo Mejor: Parte de premisas conocidas, pero ofrece algo sugerente. Cierto cariz reflexivo de la historia. La escena de Teddy y la rubia no tiene desperdicio.

Lo Peor: Ciertas escenas son casi ridículas y perjudican el resultado final. ¿Esto ya se hizo?

[crítica publicada en alucine.es]

Extraño título para extraña película, pero no os dejéis engañar. Esta palabra suele ir acompañado de aburrido, y en este caso es todo lo contrario, noventa y cinco minutos de puro interrogante para el espectador que va engullendo minuto tras minuto queriendo saber más y más. Hasta el punto en que no parece que haya una salida clara para la historia, detalle que los amantes del cine y escépticos aburridos de ver siempre lo mismo, sabemos agradecer.

Es de esta manera como estamos, no solo ante una de las películas más originales del año, sino también ante una de las más entretenidas, no tanto por su desarrollo, y si más, por el anhelado final.

La fiesta del siglo está a punto de comenzar para unos universitarios, pero un fenómeno paranormal hará que todo tome un rumbo totalmente diferente, convirtiéndose en la fiesta más rara a la que jamás hayan asistido. Estos, deberán afrontar este nuevo acontecimiento antes de que desemboque en caos...

Plus One, está dirigida por Dennis Iliadis, director de La última casa a la izquierda, que además escribe la insólita historia con ayuda de Bill Gullo. Como protagonistas principales el film cuenta con la cara siempre desconcertante entre lo angelical y lo terrorífico de Rhys Wakefield, a quien recientemente hemos podido ver en The Purge. Logan Miller protagonista de Las ventajas de ser un marginado como Teddy, en un papel bastante escueto en la historia como para destacar. En el apartado femenino Ashley Hinshaw y la bellísima Natalie Hall, correctas ambas en la evolución de sus personajes, pero sin excesivo protagonismo.

Una de las partes más interesantes a mi entender de la película, reside en observar el comportamiento y cambio de cada uno de los personajes que individualmente o en grupo tomarán decisiones, compartidas o repudiadas por el público, trasladando la pregunta de ¿qué haríamos en su posición?

Thriller de ciencia ficción, cargado de universitarios con muy malas ideas.

http://www.terrorweekend.com/2013/10/1-review.html

Visualmente anodina, pero original tanto por su planteamiento como por el ritmo a la hora de ir desvelando los porqués de la acción. Tiene un punto medio apabullante al que se llega sumido en una intriga incómoda en el mejor de los sentidos. Durante la primera mitad, la acción avanza bajo un halo de misterio que muy pocas veces se experimenta en las actuales películas del género.

Fiesta cachonda, anarquía total e incidente sobrenatural. De pronto ya nada es lo que era, ni siquiera tu mismo eres el que eras. Estás multiplicado, o dividido, según el enfoque. La adolescencia pasa rápido y quedarte atrás puede ser fatal para el entorno que te rodea. Como bien diría la "chica preciada" del protagonista: "dos años y sigues siendo el mismo. Nada cambia para tí, y nada quieres que cambie". Las mismas palabras que previamente le había dicho su amigo. Nada es coincidencia. Vemos el patrón en varios diálogos similares y la evidencia está puesta sobre la mesa: el asunto es metafórico, los hechos puntuales intentan remitirse a algo más profundo.

Ahora hay que enfocarse en el dispositivo que Lliadis ha armado. No solo una metáfora simple, sino un puzzle espacio temporal que busca coherencia interna. En general, trata de centarse en detalles concretos de situación que le permitan unir los cabos del pasado y del presente. Las pavadas adolescentes son inevitables, la peli está plagada de ese espíritu. Por eso mismo, muchas reacciones se sienten estúpidas, pero el asunto no pasa por ahí. Pasa por tratar de unir nuevamente esa división, y que no quede forzado.

La física cuántica es increíble. La idea de universos paralelos, con todas sus variables, permiten que pelis como Triangle, El efecto mariposa o Coherence armen temáticas similares pero usando mecanismos distintos en las alteraciones espacio temporales. En este caso. +1 se acerca a la paradoja, y su final es más bien un manotazo de ahogado (no del todo errado) frente a una propuesta que abre numerosísimas posibilidades de cierre.

Imagínense: ni las matemáticas ofrecen respuestas para estos dilemas. Meterse con temáticas de este tipo implica sudar sangre. Me quedo con el riesgo asumido.

Una ida de cabeza importante de negativos resultados. Dennis Iliadis y su equipo dan la sensación de ir improvisando un poco la historia, de haber sentado unas bases y haber empezado a imaginar la sucesión de acontecimientos muchas veces inconexos que van apareciendo por pantalla.

Si bien empieza interesante, el interés decae precisamente cuando la fiesta empieza. Los tiempos están mal medidos, y lo que promete ser un enigma interesante acaba siendo en una pérdida de tiempo. Los actores pasan de prometedores a adolescentes del montón carne de cualquier slasher, y la realización se olvida de los planos iniciales que sugerían algo distinto para centrarse en más de lo mismo.

Puede tener su público, siempre y cuando dicho público no haya sido invadido con numerosas mejores opciones que ésta. Sí, el género me gusta, pero he visto tantas ya que +1 queda muy por debajo. No es terrible, pero a mí me dejó con la sensación de no haber visto nada.