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¡Al fuego, bomberos!

Comedia Con motivo del 86º cumpleaños de su presidente de honor, el cuerpo de bomberos de una pequeña localidad organiza una fiesta que incluye una rifa y un concurso de belleza. Pero nada sale como estaba previsto... (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
8 de septiembre de 2014
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cordura brilla por su ausencia en esta comedia disparatada en la que el descontrol y la idiotez se dan la mano para generar una película muy fácil y agradable de ver del oscarizado Milos Forman.

La historia es sencillísima: celebrarle una fiesta de despedida al presidente del cuerpo de bomberos voluntarios que se jubila con 86 años. Pero llevar a cabo esa fiesta va a ser imposible pues todo se desarrolla de mal en peor. El grupito de bomberos barrigudos y calvorotas son todo un despropósito y esto sólo puede acabar en desastre. La idea estrella es la de organizar un concurso de belleza entre las mujeres presentes en el baile y que la ganadora sea la que le otorgue al presidente su regalo. Pero eso ni es un concurso y la belleza digamos que estará en el interior porque lo que es por fuera... Eso sí, es la parte de la película que me ha hecho más gracia porque está muy bien conseguida y es auténtica de verdad.

Llena de diálogos con doble sentido y contenido pero no por ello exenta de situaciones absurdas y surrealistas (como la del abuelo que para no enfriarse lo acercan a su casa que está en llamas y así entre en calor), Hori, má Panenko es una película amena y divertida en donde el caos es el rey de la fiesta aunque el presidente jubilado parezca no enterarse de nada.
Travis Bickle
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30 de septiembre de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuerpo de bomberos de una pequeña localidad se propone, con un baile, celebrar el cumpleaños de un ex director... Y todo lo que puede ir mal va mal.

Así se compone esta brillante farsa con momentos hilarantes que ha sido calificada de "obra maestra minimalista".

La película de Forman es una metáfora de cómo Checoslovaquia era gobernada en esa época y un ejemplo de cómo el talento brilla y se impone a los cotos de toda censura.

Porque a fin de cuentas el creador es más intelgente que el censor.

Y la sátira lo puede todo.
CineFilio
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18 de marzo de 2009
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
126/23(17/03/09) Notable comedia coral checa con sibilino mensaje anticomunista. Rodada con actores no profesionales, sacados de la población donde se rodó. El argumento gira en torno a una fiesta realizada en honor al jefe de bomberos que se jubila, con esta excusa se monta una rifa de comida, lo cuAl da a entender la falta de alimentos, asimismo se organiza un concurso de belleza, los dos eventos se descontrolan, dando lugar a situaciones hilarantes. La cinta recuerda bastante al cine de Berlanga escrito por Azcona, por la maestría en el manejo de tanto personaje y el ingenio con que se mueve entre el drama y el humor negro. El director Milos Forman demuestra lo bueno que es, no cayendo ni en el humor casposo, ni en la sensiblería cursi, resultando un gran fresco costumbrista de un pueblo checo en pleno comunismo, mientras los tanque soviéticos invadían Praga para aplastar una rebelión que exigía democracia y libertad. Fil recomendable a todos los que gusten de buen cine. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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15 de julio de 2014
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Horí, má Panenko (¡Al fuego bomberos!, 1967) es una de las películas que dirigió Milos Forman antes de lanzarse a los estudios norteamericanos de Hollywood, donde a la postre acabaría llegando a lo más alto (ganando el Oscar a la mejor película con la exitosa Alguien Voló sobre el Nido del Cuco). Además de ser una película fresca, que podemos encuadrar perfectamente como una obra de los nuevos cines centroeuropeos, también hay que decir que ¡Al fuego Bomberos! Tiene una cierta crítica al gobierno comunista que gobernaba por aquel entonces Praga, la capital Checoslovaca.

Y es que no podemos olvidar que el filme está realizado precisamente un año antes de que se produjera lo que conocemos como la Primavera de Praga, donde surgieron grandes disturbios entre la población Checoslovaca, y lo que supuso en definitiva la intervención militar de las tropas que habían firmado el Pacto de Varsovia. Y precisamente la película recoge todos estos malestares sociales que ya se encontraban en el aire, plasmándolos sutilmente en el argumento. En este sentido no podemos dejar de recordar la última secuencia, que nos muestra un anciano que ha perdido la casa ante las llamas del fuego (los bomberos son incapaces de apagarlo) tumbarse en la cama, el único objeto que ha sobrevivido al incendio.

La película gira en torno a un grupo de bomberos, la mayoría de ellos ancianos, que celebran la despedida (jubilación) del cuerpo de uno de ellos. Precisamente este tiene cáncer y le queda poco tiempo de vida, aunque ni él mismo lo sabe. Tampoco importa mucho en realidad, porque Forman desarrolla un guión muy singular que va a tratar a los personajes de una manera poco tradicional. Este mismo personaje que tiene un cáncer, apenas aparecerá en el principio y en el final de la película.

Los años sesenta eran tiempos de cambio en muchos aspectos, incluido el cine. No existe un desarrollo tradicional en la película, sino que la cámara sigue a lo largo de todo el metraje (por cierto muy ajustado, apenas una hora y cuarto de duración) a la fiesta de despedida que montan los bomberos, y toda la película se encuadra dentro de esta tónica de celebración.

Ya en los primeros compases somos testigos de la crítica que realiza el director hacía el Establishment comunista, y es que estos ancianos decrépitos, que sólo piensan en mujeres jóvenes y en quedar bien de cara al pueblo, no pueden dejar de recordarnos a los gerifaltes de la URSS. Ácida crítica del director, que además a lo largo de la película nos mostrará todos los defectos de esta élite. Uno de los ejes centrales de la película es precisamente un concurso de belleza que organizan, observando y analizando dentro de la fiesta las bellezas más grandes que pueden adquirir para su certamen. A pesar de la crítica que se despide de la película, también hay que decir que Forman trata cariñosamente a sus personajes, y que la óptica con la que los enfoca acaba pareciéndose más a la de unos pobres líderes incapaces, cuyo tiempo ya ha pasado.

Ciertamente el filme puede desesperar en algunos momentos, precisamente por sus características tan atípicas. La trama es prácticamente inexistente, y el espectador puede perderse en la multitud de secuencias en las que vemos a los ancianos babear ante las jovencitas. Sin embargo estas mismas imágenes aportan una frescura que incluso puede recordarnos a las imágenes Pop de la Inglaterra de las películas Beatles. Humor jocoso, basado en muchas ocasiones en las imágenes semieróticas de las mujeres que desfilan por el baile en la fiesta. Los propios Beatles aparecen representados musicalmente por la orquestra que ameniza la música, con una versión folclórica que se puede reconocer si uno está atento a la película (además, esta versión tiene lugar mientras vemos un gag cómico, lo que parece un claro homenaje a Richard Lester).

También podemos hablar de una puesta en escena, ágil y dinámica, muy propia de aquellos años sesenta donde la experimentación cinematográfica estaba a la orden del día.
Desgraciadamente la película es demasiado reiterativa, y a mitad de la película Milos Forman se queda sin ideas. El concurso de belleza, a pesar de las imágenes ácidas que aportan al filme (viendo a los viejos comunistas perder el oremus ante las mujeres) acaba resultando demasiado reiterativo. El escaso metraje tampoco ayuda a la concepción de una película que acaba perdiéndose en una narrativa demasiado inconsistente.

http://neokunst.wordpress.com/2014/07/14/al-fuego-bomberos-1967/
Kyrios
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7 de marzo de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "¡Al fuego, bomberos!", su primera película en color, el director checo Milos Forman culminó su carrera cinematográfica en su país natal antes de trasladarse definitivamente a Estados Unidos. A pesar del éxito inicial que le valió una nominación al Óscar, tras los sucesos de la Primavera de Praga el filme, con una carga satírica muy marcada, fue rápidamente prohibido y no pudo volver a verse en Checoslovaquia hasta el fin de la influencia soviética.

Su historia parte de la premisa sencilla de la organización de un homenaje a un antiguo jefe de bomberos, pero la ineptitud, la desorganización y la falta de ética por parte de los organizadores harán de esta celebración un caos en el que todo lo que pueda salir mal, saldrá peor. A base de mil enredos y equívocos avanza una cinta en la que el guión se entretiene cargando las tintas contra el desastroso comité de bomberos y crea con ello una comedia ágil, divertida y excesiva, con un énfasis especial en la acumulación de absurdos y fracasos y sin dar tregua a sus personajes.

Solamente en dos secuencias se adivina algo parecido a un cierto tono de solemnidad, y en cuestión de segundos se revierte la situación*. El resto de la cinta es un puro disparate de personajes trepas e inútiles intentando organizar con éxito el evento, luchando contra todo tipo de inconveniencias, desde la mala suerte hasta su propia incompetencia que en ocasiones raya en el autosabotaje, En particular, el intento de organizar un concurso de belleza da lugar a algunas de las escenas más esperpénticas que recuerdo haber visto en una comedia, en particular en el momento de la presentación de dicho concurso, que es tal vez el punto álgido del absurdo, una secuencia de acontecimientos tan excesiva y caótica que en cierto modo incluso resulta incómoda de ver.

Pero la energía de "¡Al fuego, bomberos!" no parece apagarse nunca, ni la irreverencia cómica que demuestra en cada uno de sus fotogramas. Entre la locura de slapstick, equívocos, chistes verdes y ridículo hay también espacio para intervenciones demoledoras en las que su sátira se trata de forma sorprendentemente explícita y carente de ambigüedades. Viendo su mala baba y falta de contención se entiende enseguida por qué esta película molestó hasta el punto de ser objeto de una censura que la mantuvo fuera de las pantallas checoslovacas durante veinte años.

El estilo acumulativo, que avanza los sucesos y el propósito final de sus personajes hacia el desorden y el fracaso sin remisión, es en cierto modo un doble filo de esta película que puede agotar bastante al espectador, y su variada comedia también incluye ciertos chistes que, ya sea por su trazo grueso o por puro hartazgo, no me llegan a funcionar; pero sin lugar a dudas esta obra de Forman consigue salir airosa de estos problemas y en último término logra crear una visión global de farsa potente y memorable, que se disfruta con suma facilidad y que ejemplifica varios de los rasgos más llamativos del cine contestatario de la Nueva Ola checoslovaca.

Texto escrito para www.cinemaldito.com.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
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