Haz click aquí para copiar la URL

La batalla por Moscú

Bélico La batalla de Moscú fue la primera gran derrota de las tropas nazis en la segunda guerra mundial. Esta película relata las complejas situaciones que se crearon inmediatamente antes y luego del ataque a la URSS. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
7 de noviembre de 2014
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película, con un despliegue de medios impresionante, del género sin lugar a dudas la más espectacular que he visto (y he visto muchas), ya solo por la cantidad de casas que tiran abajo me parece espectacular y ya ni hablar de las luchas de tanques... Y en cuanto al guión a mi me parece muy bueno, inteligente, a mi parecer (y me interesa el tema y me he documentado) cuenta la historia tal y como debió suceder (basada en los echos, no en la propaganda capitalista que cuenta que la guerra la ganó casi exclusivamente "el invierno", como si el frío afectara más a unos que a otros...), una de las pocas películas de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista soviético (sin la propaganda "hollywoodiense"), es evidente que no gustará a todos... Hay que verla con la mente abierta e intentado olvidar TODO lo que nos han contado sobre la operación "barba roja" y la Segunda Guerra Mundial.
Ésta junto con "Misión en Moscú" me parecen las más grandes e interesantes películas de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista soviético.
raoh
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Batalla por Moscú (1985) es una de las películas bélicas más populares de la cinematografía soviética. Rodada por el veterano director, Yuri Ozerov, que ya había dirigido la serie bélica de Liberación, una década antes y también basada en la Segunda Guerra Mundial, el filme, como indica su título, se centra en la Operación Barbaroja y la defensa de Moscú en el año 1941. 

La película es en realidad un serial, un formato que tenía mucha fuerza en prácticamente todos los países occidentales en la década de los años veinte, pero que se fue extinguiendo paulatinamente y sobre todo, con la aparición de la televisión en los años cincuenta, lo que supuso la puntilla final para dicho formato. Sin embargo, la tradición del serial siempre tuvo éxito en la URSS y se mantuvo en pie con vigor. El propio Yuri Ozerov, el director de la película, había rodado anteriormente otro célebre serial sobre la Segunda Guerra Mundial, Liberación. Dichas series podían estrenarse en cine y más tarde en televisión. La Batalla por Moscú es uno de los seriales bélicos más célebres hechos en la época soviética (por cierto, la tradición se extinguió prácticamente con la disolución de la URSS).

Siguiendo un modelo parecido al que el mismo Yuri Ozerov hiciera años atrás con la serie de Liberación, La Batalla por Moscú no se centra en ningún personaje en concreto, sino que nos cuenta los acontecimientos siguiendo un modelo que intenta ser como una especie de narrador objetivo y fiel a la historia mater.ial Así podemos ver todas las partes del conflicto, desde el alto generalato soviético, hasta el alemán, pero también viendo los frentes de batalla y algunos de los episodios más trágicos de la guerra.

Así pues, somos testigos de momentos clave: La película arranca con los planes de Hitler de invadir la URSS, rompiendo el pacto de no agresión. A pesar de los reiterados avisos del espía Richard Sorge, los líderes de la URSS no toman en serio la posibilidad de una invasión. Luego vemos los primeros días de la invasión de Alemania y sus primerizos éxitos, incluyendo la toma de Minsk. Finalmente, vemos el ataque sobre Moscú y la tenaz defensa de la ciudad, que se salda con victoria soviética.

Nos encontramos ante un descomunal despliegue de medios. La película fue una superproducción del momento que incluso contó con escenas rodadas en países aliados tan alejados en la distancia de la URSS como Vietnam. Solo viendo el despliegue de medios uno se da cuenta de la enormidad del proyecto. Las batallas cuentan con elementos propios de la guerra y una gran cantidad de extras. Seguramente el único pero que se puede poner es en la utilización precisamente de los extras, puesto que en algunas representaciones de las batallas se emplean tácticas un tanto absurdas, como cargas frontales de infatería, que obviamente apenas tuvieron recorrido real en los episodios bélicos que plantea la guerra.

Por cierto, se rodó tanto material de escenas bélicas, que parte de este se empleó para Stalingrad (1989), otra película bélica realizada por Yuri Ozerov.

La película también refleja la ideología imperante de aquellos años en cuanto a la cuestión historiográfica. En la década de los 80 la URSS entró en un proceso de paulatina apertura, que acabaría con la culminación definitiva con la llegada de Gorbachov al poder y su política de Glaznost. La figura de Stalin, que ya había sido desmitificado con Brezhnev, es mostrada en la película con cierta visión crítica. No es el tirano sanguinario que se ha pintado en occidente, pero si un personaje con cero intuición militar, culpable total de los éxitos iniciales de la Operación Barbarroja al ser incapaz de prever la invasión militar nazi, a pesar de lo obvia que es y los numerosos avisos de algunos de sus oficiales y espías. En contraposición a la torpeza de Stalin, tenemos a Zhukov, que acabaría siendo uno de los generales más destacados de la Guerra, y que continuamente en la película está avisando al generalato soviético de las decisiones correctas que hay que tomar.

Conclusión

La Batalla por Moscú es una gran película de cine bélico. Más allá del patriotismo evidente de este tipo de filmes, lo que más se aprecia es el rigor de la película por mostrar la historia y los acontecimientos de la guerra desde una manera histórica pero sin obviar el objetivo del entretenimiento y de relatar la épica. 

Crítica escrita para Cinemagavia.es
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de agosto de 2015
3 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
121/12(18/07/15) Superproducción soviética del realizador afín al poder, Yuri Ozerov, que también guionizó, trata en clave triunfalista la invasión nazi el 22 de junio de 1941, de la URSS, mediante la Operación Barbarroja (primer film que narra estos trascendentales hechos), los avances alemanes, hasta llegar a la Batalla de Moscú, con la derrota de la Wehrmacht, cerca de la capital rusa, donde los teutones fueron repelidos el 6 de diciembre del mismo año, con la contraofensiva combinada de la fuerza aérea, la caballería, los tanques, y la infanterías pistas de tropas. Obligar a los alemanes a retirarse, provocando Hitler para culpar a sus generales. Son dos extensas partes, “Agresión”, dedicada al inicio dela operación baz<arbarroja, nombre en clave de la invasión nazi a la URSS, y “Tifón”, nombre en clave de la operación nazi por tomar bélicamente Moscú, en un tono eminentemente documental discurre este colosal proyecto bélico con producción de la Unión soviética, Checoslovaquia, Alemania del este y Vietnam (por unas escenas que reflejan ser Tokyo, con el mítico espía soviético Richard Sorge encarnado por Juozas Budraitis). Se hizo para estrenarse en la conmemoración del 40 Aniversario de la Victoria Soviética sobre los nazis, y para el 20 de la proclamación de Moscú como Ciudad Héroe. Ozerov estuvo era un verano condecorado del Ejército Rojo durante la WWII, además participó en la Batalla de Moscú, el cineasta estuvo muy marcado por el conflicto bélico, tanque dedicó casi toda su filmografía a este tema, abarcando en tres de sus obras toda la WWII desde el punto de vista (manipulado) soviético, la anterior “Liberación” (1969), trata desde la batalla de Kursk, hasta< la toma de Berlín, esta que nos ocupa, con el inicio del enfrentamiento los nazis y soviéticos hasta que tras la derrota en Moscú los nazis variaron su rumbo hacia el Cáucaso, falta cronológicamente en medio la crucial Batalla de Stalingrado, que abordó en 1989 con “Stalingrad” completando la trilogía de la llamada por los rusos "La Gran Guerra Patriótica". En esta con respecto a “Liberación” deja fuera personajes minimalistas de ficción, se atiene a narrar con un marcado estilo documental, con profusión de nombres, los hechos.

Las dos partes suman seis horas de metraje, con lo que se hace un producto no apto a todos los paladares. Es una obra épica que intenta ser un caleidoscopio de los acontecimientos bélicos, se atiene a deleitarnos con un sinfín de datos asépticos, se da una visión además del lado soviético de los mandos, se hace una mirada a los gerifaltes alemanes, los movimientos de tropas, los planes estratégicos, el magno desplazamiento de gente para recomponer la industria armamentística a los pies de los Urales, lejos de los nazis, las batallas, ello con personajes planos, sin profundidad, todo ello pasado por el propagandístico filtro soviético. Recrea con vigor, fastuosidad y espectacularidad las batallas como las de la fortaleza de Brest, la de Kiev, o el clímax cerca de Moscú, todo en una producción muy cuidada visualmente. Se enfoca claramente sobre el valor y resistencia del pueblo soviético, pero lo que realmente decantó la balanza del lado ruso fue un tipo en Tokyo, un espía alemán, Richard sorge, que envió el mensaje a Berlín de que Japón no tenía intención de invadir la URSS, con lo que las tropas soviéticas enclavadas en Siberia pudieron ser enviadas en rescate del lado oeste del país, junto con la vanagloriada inteligencia táctica del Mariscal Zhukov

Pero carece de espíritu alguno autocrítico, nula en mirarse el ombligo, en aportar objetividad alguna, abrazando sin pudor ser un aparato político soviético, un producto puesto al servicio de una ideología, con lo que lo que cuenta hay que ponerlo en muchos casos en cuarentena, y es que la sensación que provoca es que los alemanes invadieron la URSS, avanzaron, y lo hicieron extrañamente a base de derrotas, pues solo apreciamos las victoria heroicas rusas, con secuencias un tanto ingenuas (por no decir ridículas) en que los soldados alemanes huyen una y otra vez de los corajudos soviéticos, como si los germanos hubieran llegado a las puertas de Moscú por combustión espontánea, llegando a parecer que los soviéticos no padecieron derrotas, delirante, en el tramo final de “Agresión” asistimos a la valerosa resistencia soviética de la Fortaleza de Brest, terminando esta primera parte con el contraataque de los cuerpos mecanizados soviéticos, como si todas las victorias alemanas de julio a agosto no hubieran existido, y volvemos en Septiembre, cuando Zhukov le anuncia a Stalin la victoria de Yelnia, torticera manipulación. Cercena a la historia de la hecatombe que sucumbía la URSS, producida en gran parte por la paranoia de Stalin, que llegó a ejecutar a todo su mando militar, con lo que se encontraba huérfano de líderes militares.

La visión que se da de Stalin parece pasada por un colador disneyano, lo vemos seguro de sí mismo, frío en sus decisiones, que escucha a sus consejeros, que reflexiona y que siempre acierta, puaj! Menuda mentira, la cerrazón de Stalin llegó a no creerse la invasión nazi, primero los espías le dijeron se estaba cociendo, no dio crédito, y luego mientras esta se producía no se daba por enterado, creía le engañaban por aviesas intenciones sus generales, en el colmo del despropósito estuvo en la invasión incomunicado durante dos días, quedando desorganizada la defensa frente al bien organizado ejército germano. Por supuesto no se menciona que Hitler tuvo un funesto pacto con Hitler no solo de no agresión, si no para repartirse Polonia, de hecho lo primero que invade Alemania es el suelo invadido dos años atrás por Stalin, esto se obvia para no molestar, como se pasa por alto que Stalin estaba en guerra con Finlandia, país al que pretendía anexionar, justo lo que a él le hacía Hitler (no hagas lo que a ti te molesta te hagan). (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de enero de 2014
2 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo para entusiastas del género que quieran ver grandes batallas recreadas sin ordenador y con miles de extras porque es aburrida y minimiza u omite todas las cagadas de los soviéticos durante 1941.
Cristóbal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    arrow