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Cimarron Kid

Western Bill Doolin, alias Cimarron Kid, tras ser condenado por un delito que no cometió, acaba de salir de prisión. Se une a la banda de los Dalton para hacerse con el botín de los asaltos y después huye, convirtiéndose en fugitivo. Tras hallar refugio en un rancho, Bill encuentra su última oportunidad de redención en la hija del ranchero, con la que planea empezar una nueva vida en Sudamérica. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Wild Bunch, fue uno de los nombres que recibió la pandilla de forajidos que conformaron el Clan de los Dalton y Bill Doolin. También se les conocía como Los Oklahombres y durante la última década del siglo XIX, fueron bastante activos robando trenes y bancos a lo largo de Kansas, Missouri, Arkansas y, por supuesto, Oklahoma. Todos ellos caerían bajo las balas de la ley antes de terminar la centuria y solo uno conseguiría cruzar el umbral al siglo XX.

William (Bill) Doolin y William (Bill) Dalton, lideraron la pandilla, y dos muchachas que servían de informantes sobre los movimientos de las autoridades, les siguieron en muchas de sus andanzas. Las llamaban, “Little” Britches y “Cattle” Annie. Los comienzos de, Doolin, en el sendero de la ganadería y de los asaltos (1881…), los hizo en compañía de otros forajidos como: George Newcomb (“Bitter Creek”), Bill Power, Dan Clifton (“Dynamite”), Emmett Dalton y otros. Fueron muy temidos en todos los Estados y pueblos que frecuentaron... y fuertes recompensas se pusieron sobre la cabeza de sus líderes.

Todos estos personajes, entran en juego en la muy libre historia que escribieran, Louis Stevens y Kay Lenard, y el director, Budd Boetticher, tiene aquí, sin duda, uno de sus westerns de mayor trascendencia. La película maneja un tono moral muy constructivo y uno de sus tópicos más acertados es que refleja la manera cómo, la propia sociedad, con sus impertinencias hace imposible que un hombre pueda redimirse.

La historia entremezcla hechos históricos, como el asalto a los trenes y el famoso asalto simultáneo de los bancos, C.M. Condon & Company's Bank y el First National Bank, en Coffeyville, Kansas, a plena luz del día, con otros hechos ficticios que apuntan a crear un ambiente aleccionador y con cierto toque de romanticismo. ¡Por supuesto, los bandidos no eran todos tan apuestos como aparecen aquí y las chicas tampoco eran tan atractivas como ahora las representan!

Positivamente, Boetticher, hace mucho espacio a los aspectos psicológicos de sus personajes y las escenas de acción son muy creativas y bastante bien logradas. Todo esto, combinado con una serie de personajes muy carismáticos (Doolin, Carrie, Pat Roberts, Rose, Stacey…), da como resultado uno de esos westerns que se ve con agrado una y otra vez.

Audie Murphy (a quien aquí apodan, Cimarron Kid, por lo de chico y por haber huido violando la libertad condicional), nos ofrece otra de sus buenas interpretaciones; y lo acompañan actores de la talla de, Leif Erickson (el comisario, John Sutton), Noah Neery Jr. (Bob Dalton), Ivette Dugay (Rose) y Hugh O’Brien (Red Buck), entre otros.

La pregunta que, en un momento, hace Doolin: “¿Cuántos errores puede cometer un hombre sin pagar por ellos?”, merece una respuesta: Cuenta las cosas malas que haces y cuenta las buenas con las que equilibras. Cuando las negativas sobrepasen, significativamente, las positivas... se acerca la hora de que te castiguen por todo lo que has hecho.

Título para Latinoamérica: SU ÚLTIMO CARTUCHO
Luis Guillermo Cardona
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12 de abril de 2023
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Una más de Boetticher, pero no una de las mejores. Al servicio de la estrella del momento, Audie Murphy, un tipo realmente peculiar. En un buen color, muy realista y poco chillón, narra una historia bastante convencional del Oeste. Interesante, bine rodada, pero sin 'punch', sin ese gancho que deja ese poso de haber visto una gran cinta después de haber prestado atención a los detalles. Aquí casi no hay detalles. La entiendo como una cinta comercial, sin más, una de tantas hecha por encargo de los estudios que tenían a sueldo a los directores.
A la redención se llega por muchos caminos. Algunos propios, otros ajenos, otros por el amor, otros por la determinación, pero el camino ha de ser propio, de cada uno, de cada cual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ÁAD
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3 de diciembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El poder rehabilitador del amor parece ser la moraleja de la cinta. En libertad condicional, Cimarrón Kid (Murphy) se ve envuelto contra su voluntad en un atraco que le obliga a retomar la senda de la violencia de la que se empeña en apartarlo un honrado comisario. Y, claro, ahí están los Dalton que le ofrecen cancha libre.
Atrevidos robos a bancos y trenes que no siempre salen como ellos esperan. Como refugio de emergencia suelen contar con los ranchos de antiguos colegas retirados. En uno de ellos vive Carrie Roberts (Tyler) que trata de que vuelva al buen camino.
La trama interpreta libremente algunos hechos históricos de esta famosa banda de delincuentes a través de un guion moralizante y de una dirección más preocupada de la acción, de los tiros y de las traiciones que de profundizar en unos personajes que podían haber dado mucho más de sí. Máxime con la honestidad de mostrar tanto a nobles como a mezquinos en los dos lados de la ley.
El tema de la posible rehabilitación ha producido obras notables y aquí se desaprovecha bastante. Tan solo destacamos la primera escena en el establo de los Roberts, cuando el comisario que los persigue se sabe en el punto de mira de los forajidos y aun así elípticamente se dirige a Kid para instarle a tomar el buen camino.
Curiosamente, el desenlace se desarrolla en este mismo establo y casi con los mismos protagonistas.
Eran precavidos aquellos Dalton, pues se llevaban siempre medicinas en sus correrías, "Por si acaso". Tienen además buena maña para extraer balas con unas tenacillas, después de limpiar bien la zona con agua caliente y aplicando luego algunos emplastos sobre las heridas.
Hay también un sugerente cartel taurino decorando un casino de Dallas.
La película tiene el encanto del inicio de los 50 con sus pantalones de camal ancho y las cinturitas femeninas de avispa. Lo que no impide que se trate de una obra floja, ¡un marrón, Kid!, pero recomendable a los aficionados al western de la época.
Lafuente Estefanía
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25 de noviembre de 2014
7 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Audie Murphy en el western si exceptuamos la que hizo con Mann son cutres. La que hizo con Boetticher es cutre. Todo lo cutre que hay en los otros westerns de Audie, exceptuando con Mann, lo tiene Boetticher. Boetticher coge todo lo cutre que hay en los westerns que hizo Audie, si exceptuemos el que hizo con Mann, y le sale cutre. Boetticher era cutre con Scott y es cutre con Audie. Y un saludo a los que le han puesto un 10 y un 9, Yo entre todos los westerns de Boetticher les he puesto un 10, pero entre todas.
Lloyd
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