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Los hermanos Sisters

Western 1850. Los hermanos Charlie y Eli Sisters viven en un mundo salvaje y hostil, en plena fiebre del oro. Tienen las manos manchadas de sangre, tanto de criminales como de personas inocentes. No tienen escrúpulos a la hora de matar. Es su trabajo. Charlie (Joaquin Phoenix), el hermano pequeño, nació para matar. Eli (John C. Reilly), sin embargo, sueña con llevar una vida normal. Ambos son contratados por el Comodoro para encontrar y matar a ... [+]
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Críticas 98
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
17 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A gran parte de los seguidores del género ortodoxo les hablas de un western en el actual siglo y ya empiezan con las dudas si es que se dignan a verla. Esto es cine, sin prejuicios, resulta que es francesa, rodada en buena parte en los Pirineos y por supuesto, en la cresta de la ola de las producciones del actual siglo. No hay necesidad de comparar "Los hermanos Sisters" con lo que se hizo en Hollywood hace sesenta o setenta años, ¿qué más dará?; la cuestión es valorar con objetividad (si eso es posible) y por supuesto, acorde a los gustos personales de cada uno.

Para mí es de notable. Se trata de una historia de supervivencia de dos tíos muy brutos, el oeste norteamericano se nos es ofrecido de forma desacomplejada, sin florituras y alejada de todo mito irreal. Nadie sabe si las condiciones de vida de entonces eran mejores o peores que lo que acostumbramos a ver en el cine, pero estoy casi convencido que la realidad se acerca más a lo que se ve aquí. Sin embargo, es preciso subrayar que todos nacemos de un vientre materno, todos tenemos la necesidad de recordar a quien nos trajo a este mundo y cualquier momento de la vida es bueno para volver a los brazos de mamá.

Son dos personajes inolvidables, pero además lo que me convence es la cantidad de giros en el argumento que vamos a encontrarnos. Si no te cuentan nada, si no sabes lo que va a pasar, es casi imposible imaginar lo que al final sucede. Dos trabajadores del gremio del gatillo van tras los pasos de otro: pues bien, bajo esa premisa es imposible imaginar lo que va a suceder después. Y esas sorpresas me encantan.

Lo cierto es que los dos hermanitos son muy especiales, ¿se quieren?, a su manera, rotundamente sí, ambos son distintos y quedan claras sus desviaciones, su carácter, sus vicios, sus defectos... Las imágenes que nos llevamos a las retinas son únicas...

Bienvenido el western del actual siglo si es así...
Luisito
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12 de enero de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me gustó el western como género. Otra cosa es una buena película de vaqueros. Como esta.
Audiard acumula una trayectoria de películas, muy rica, y en ésta aborda el western con agilidad y solidez narrativas. Brillante.

Desde el trabajo de los actores (hay que ver el partido que saca de John C. Reilly), la naturalidad de las secuencias, los logrados exteriores rodados en España. Por último el control del ritmo, tan bien llevado.

Por eso, discrepo de algunas valoraciones traídas del desenlace de la película. En mi opinión no hay lugar ni para la épica ni la lírica. Más bien para la desazón y la desesperanza. En el spoiler lo especifico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MANZANEQUE
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17 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
86/21(16/03/21) Entretenida, aunque irregular western, con elementos refrescantes, pero con un ritmo desequilibrado. Dirigido por el galo Jacques Audiard (en su primer film en inglés) a partir de un guión que coescribió con Thomas Bidegain, adaptando la novela homónima del canadiense Patrick de Witt del 2011, teniendo entre sus alicientes a sus protagonistas en John C. Reilly (también produjo), y Joaquin Phoenix como hermanos sicarios Eli y Charlie Sisters mandados por el comodoro (Rutger Hauer), sigue al dúo mientras persiguen a dos hombres encarnados por Jake Gyllenhaal y Riz Ahmed que se han unido para buscar oro. En un relato que tiene su singularidad en unos diálogos cargados de filosofía de vida existencialista, con mucho humor (bueno como hacen chanzas de la palabra ‘victimizar’), rezumando una gran química entre los personajes, teniendo claras influencias del estilo de los hermanos Coen (claro ejemplo es el clímax trágico-nocturno en el rio; O con otro tono los momentos del cepillo de dientes; O esa araña colándose en una boca durmiente). Una historia con violencia seca y cruenta, pero tratada con elegancia visual, ejemplo el potente inicio en una masacre nocturna, con esos destellos d disparos turbadores, y con la infernal luz de un granero ardiendo. Tratando temas como las relaciones paterno-filiales, los bromances, el sentido del deber, o la capacidad de redención de los humanos. Se le puede achacar que se queda en tierra de nadie entre ser suave como drama y densa para comedia, aun así, tiene tramos que la hacen degustable. Asimismo, es reseñable que los escenarios no son estadounidenses, pues fue filmada la película en España (Almería, Navarra y Aragón). Fue último largometraje de Rutger Hauer (que apenas aparece unos segundos en pantalla sin decir palabra ¿?) estrenado antes de su muerte, aunque había terminado de filmar varios proyectos estrenados tras su fallecimiento.

La cinta tiene durante su primera parte su jugo en dos relaciones paralelas. La primera (y que más peso tiene en el metraje) es la de los dos hermanos Sisters (haciendo un tontuno juego de palabras con su significado traducido), dos tipos diferentes de carácter, pero que destilan un gran cariño mutuo: Eli Sisters es el mayor, se nota cansado de su trabajo, tiene un gran cariño por su caballo Barreño, desea cambiar el rumbo de su vida, pero quiere hacerlo junto a su hermano menor, del que se siente protector y con un peso del pasado que lleva clavado. Rol encarnado por un John Christopher Relly estelar, brillante actuación cargada de matices, humanizando a un asesino vil, sabiendo emitir humor con sutiles gestos, con una expresividad impresionante, siendo un camaleón para tener gran compenetración con Phoenix, pero también en las pocas escenas con Ahmed destilar chispas entre ellos en la naturalidad con que se hacen confidencias, muy bueno; Charlie Sisters es el menor, es un bebedor empedernido, es un sociópata que disfruta de ser un mercenario, y no piensa en un futuro distinto. Es el personaje que sutilmente tiene un arco de desarrollo, el que acaba aceptando el trabajo duro para intentar tener éxito. Joaquin Phoenix demuestra lo bueno que es dando vida a fríos psicópatas dotándoles de vida interior.

La otra parte es la que se da entre el detective John Morris que busca dar con un químico por encarga del comodoro. Tipo reflexivo que tras ir conociendo a su ‘presa’ crea empatía con este. Jake Gyllenhaal lo embiste con gran sentido expectante, una esponja que es seducido por el espíritu ‘revolucionario’ de su perseguido. Bueno el actor; Hermann Kermit Warm es un químico que tiene sueños de grandeza, pretende con el ‘éxito’ de su invento le ayude a crear su Reino de Utopía en Texas (tema este abordado con mucha liviandad y superficialidad). Riz Ahmed en su ascenso a en el cine vuelve a demostrar su enorme capacidad de hacernos importar lo que le pase, ello por el modo de demostrar naturalidad con su frágil personaje.

En la segunda parte las dos líneas narrativas se unen cuando los cuatro personajes convergen en la idea del Sueño Americano que es la búsqueda de oro con un atajo de creación química, que cual Dr. Frankenstein que desafía a Dios termina devorando a los retadores; Para pasar a una tercera parte lánguida, que se hunde un poco rítmicamente, acabando en un epílogo insatisfactorio.

Destacable es la iconoclasta y bonita banda sonora creada por el francés Alexandre Desplat (El discurso del Rey” o “El Gran Hotel Budapest”), con una melodía pegadiza de percusión; también tiene su calidad la cinematografía de Benoit Debie (“Enter the void” o Spring Breakers”), sobre todo en lo referente a las secuencias nocturnas de gran belleza lírica, ejemplo claro es (además del inicio comentado) la luminiscencia del rio en la búsqueda de oro.

Es un western con todos sus rasgos típicos, con pistoleros, tiroteos, borracheras, muertos, buscadores de oro, cazarrecompensas, escenarios de desiertos, pero todo ello bajo una pátina singular de enfoque adusto que intenta desmitificar el género, pero sin caer en la parodia. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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16 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos hermanos, Eli y Charli Sisters (Reilly y Phoenix), con la misión de capturar y asesinar a otra pareja de recientes amigos formada por John Morris (Gyllenhaal), detective que debía localizar a un químico descubridor de una "sustancia divina" para encontrar oro, Hermann Kermit Warm (Ahmed). Dobles parejas que se hallan bajo la poderosa influencia de un Comodoro que permanece siempre en la sombra.
La cinta está basada en una famosa novela del mismo título, circunstancia que, en nuestra opinión, resta agilidad al relato que se recrea en detalles perfectamente prescindibles y alarga innecesariamente el metraje. El doblaje es bastante deficiente e incluye expresiones de jerga actual impropias de la excelente ambientación general.
Porque este es uno de sus puntos fuertes, la creación de los ambientes, tanto de interior como de los exteriones, con paisajes de gran belleza muy bien fotografiados. Lástima el abuso de las escenas nocturnas o crepusculares que, unido a una climatología fría y nubosa siempre, da un tono oscuro y brumoso a toda la obra.
Sin embargo para nosotros lo más valioso de la película viene dado por la magistral introspección en los personajes, la descripción de sus caracteres y las claves para comprenderlos, que hay que buscar siempre en una infancia infeliz y atormentada. Especialmente en el caso de los hermanos Sisters, con dos personalidades sideralmente distintas que solo el amor fraternal que se profesan es capaz de mantener unidos siempre. Algo parecido sucede con el detective y el químico, cuyas psiques se analizan con similar hondura.
Hay numerosos detalles que merecen algún comentario. Dentro del magnífico sonido que se disfruta, nos han llamado la atención sobre todo los tiroteos. Ignoramos el efecto especial empleado, pero parecen explosiones pirotécnicas por el ruido del disparo y por las llamaradas que salen de la boca de las pistolas. Nos ha recordado los viejos colts de nuestros juegos infantiles, con su tira de pistones que producía un sonido muy parecido al recibir de pleno el golpe del percutor al apretar el gatillo. Pistones fosforescentes que nos aplícabamos en la oscuridad sobre la cara para hacerla brillar gracias al fósforo con estaban fabricados.
En conjunto consideramos una buena cinta con varios detalles de carácter sanitario que reflejamos en la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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15 de noviembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jacques Audiard es para mí uno de los grandes nombres de la cinematografía actual. Su filmografía es totalmente básica para quien suscribe estas líneas. A él debemos obras maestras como “De latir mi corazón se ha parado”, “Un profeta” o la hipnóticamente maravillosa “De óxido y hueso”, película que idolatro desde que me enamoré de ella y de Marion Cotillard el día que la descubrí en una sala de cine. Por supuesto que “Los hermanos Sisters” no está a esa altura inmortal, pero ello no obsta para que sea un peliculón con todas las de la ley, un western antológico difícilmente superable lleno de coherencia, honestidad, sentido hipnótico del relato y verdad.

Queriendo hacer suyo ese aire melancólico de “Sin perdón” de Clint Eastwood, con ciertos destellos humorísticos de nivel herederos de la mismísima “Dos hombres y un destino” de George Roy Hill, estética de “Valor de ley” de los Coen, tono épico de narración de pioneros en tierras americanas heredado directamente de “Pozos de ambición” de mi Paul Thomas Anderson (ha reverberado una de mis películas de referencia varias veces durante su visionado) y un homenaje expreso en su última escena a “Centauros del desierto” de John Ford, Audiard ha amalgamado todas esas influencias para legarnos un neowestern crepuscular espectacular en su primera incursión en terrenos norteamericanos.

La historia de dos cazarrecompensas contratados por el rico Comodoro de Oregón para dar caza a un hombre que le ha robado, que a su vez está siendo buscado por otro delegado del Comodoro para tratar de localizarlo y entregarlo a los dos hermanos ejecutores supone de facto una singladura de nivel y una película de corte épico y de profundidad superior a la que pudiere parecer a simple vista.

Para ello, Jacques Audiard no se anda con chiquitas y elige para encarnar al hermano sensato a John C. Reilly (solvente en grado máximo como siempre) y para el desquiciado, cómo no, a Joaquin Phoenix, dueño y señor de las enfermedades mentales ante la cámara, legándonos otra interpretación antológica (una más).

Más allá del simple western crepuscular, la película incide en la relación entre los hermanos, en la dura herencia que una infancia imposible deja en la personalidad humana, en sus deseos y aspiraciones bien distintas para cada uno de ellos… una road movie sobre caballos a lo largo de buena parte de la geografía propia del western. Un hermano aporta la razón, el otro la carga violenta, ambas visiones se confrontan ante el espectador que tiene que tomar partido necesariamente.

Y todo ello bañado por una capacidad en la creación de imágenes (especialmente en las nocturnas, y ojo a la primera escena, una lección magistral de cine de lo mejorcito que he visto en los últimos tiempos) antológica por parte del director francés, un alarde de estilo solo apto para superdotados, un baño de gran cine sin paliativos, donde lo visual importa lo mismo o más que lo que se cuenta.

Se nos ofrece con un cierto baño nihilista-pesimista totalmente lúcido esta obra maestra, porque uno de sus protagonistas perseguidos por los hermanos Sisters pretende fundar una sociedad perfecta en aquellas demarcaciones sin ley ni concierto, y la película desmonta con saña dicha posibilidad para hacernos ver que, allá donde la codicia aparece, la civilización se extingue. En definitiva, otro peliculón del genio francés.
Sergio Berbel
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