Haz click aquí para copiar la URL

Espíritu sagrado

Comedia. Ciencia ficción. Intriga. Drama Julio está muerto. Es una noticia terrible para OVNI Levante, la asociación de aficionados a la ufología que él dirigió. La muerte le golpea con especial fuerza a uno de sus miembros, José Manuel. Julio y él tenían un proyecto común de vital importancia. Ahora deberá continuar solo como único conocedor del secreto cósmico que puede alterar el porvenir humano. Mientras tanto, en España se busca a una niña que desapareció hace semanas. (FILMAFFINITY)  [+]
1 2 3 4 5 6 8 >>
Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
4 de diciembre de 2021
61 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que al principio me ha costado entrar. No sabía qué me deparaba el metraje al ver los actores amateurs provocando risa con un tema tan grave como un secuestro. Es como si el tono no estuviese bien definido y te pierdes porque no sabes por dónde van a ir los tiros.

Pero te vas metiendo, vas viendo cómo encajan las piezas del puzzle. Ves que el tema no importa mucho en sí, sino lo que importa es la fe que tienen algunos, que podría haberse traducido en la Iglesia, en su partido político o en su equipo de fútbol, pero han elegido el tema del misterio muy alegremente y beben muy bien de él haciendo homenaje a ese mundo.

Luego te das cuenta por qué ha tomado la decisión de usar esos actores, los hace más humanos, más mundanos y más inocentes. Algunos planos infinitos son de una factura bellísima.

El final es devastador, te das cuenta de que acabas de ver algo magistral mientras suena la canción de Sacred Spirit de los indios nativos americanos.

Una apuesta muy arriesgada, pero cuyo resultado final me ha entusiasmado.
Federico Pérez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de noviembre de 2021
55 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Rara avis

Chema García Ibarra continúa en su línea estilística, donde se mezcla lo paranormal con la realidad más campechana que pudiera haber, situando Espíritu sagrado en Elche. Así, logra crear un retrato de la idiosincrasia de las pequeñas ciudades, llevando al espectador al misticismo de la tranquilidad perpetua del lugar, combinándose con los conceptos espiritistas. En un primer momento, puede ser que el espectador quede extrañado ante lo que está viendo en pantalla. Sin embargo, para comprender el film en su totalidad, no se puede juzgar por las primeras escenas. Una vez vista de forma completa, se valora muy positivamente el viaje narrativo que realiza García Ibarra en la gran pantalla. Además, se une la dificultad de no ser un relato comercial, sino que necesita verse en su conjunto para comprobar la perspicacia con la que va cociendo poco a poco cada elemento.

Destaca, obviamente, la vertiente espiritual, con las creencias que van más allá de lo convencional, pero no es algo nuevo para el espectador. Hablar de sectas es algo que ya se ha hecho previamente, pero García Ibarra innova al hacerlo en un lugar como Elche, compartiendo la simbología de los barrios en todo momento. Asimismo, hace uso de la pérdida y desaparición de Vanesa, una de las hijas de Charo. Ese misterio en torno a su ausencia, se torna con una franqueza y una espontaneidad que quita dramatismo, pero que, al final del film, se convierte en el mayor azote para el espectador. Por estos motivos, se sublima una fascinación al verse la metamorfosis que hay en el film. Gracias a ello, pasa de ser una posible película de serie Z a un largometraje que parte de un terreno más abstracto para culminar con la verdad más cruda.

*La cotidianidad de lo amateur

Desde el comienzo de Espíritu sagrado se comprueba que el reparto actoral está formado totalmente por personas no profesionales. Por lo que, a pesar de las intenciones, no goza de la misma fluidez y naturalidad que un actor que se dedique enteramente a ello. En consecuencia, durante las primeras secuencias, se tercia hacia una especie de sobreactuación constante, que hace que sea difícil conectar con los personajes que hay en pantalla. Aun así, al igual que ocurre en el guion, su mayor fuerte se halla en cómo va transformando esa animadversión en una posibilidad de seducción a fuego lento. Dicho de otra forma, se terminan por aceptar estas licencias creativas, abrazando a sus personajes y confraternizando con ellos, en especial, con Vero, Charo y José Manuel, lo que termina de asentar el trabajo interpretativo.

Por otra parte, hay un despliegue de actores secundarios que también caen en esa falta orgánica de ejecutar su papel delante de la cámara, pero es lo que termina siendo su sello de identidad. Como dirían en el film “¡Corten!”, que algún actor actúe mal es una cosa, pero que todos lo hagan habitualmente es una cuestión de estilo. Y así es. Quitar ese factor ordinario, común y corriente de personas del día a día frente la cámara, no hubiera obtenido el mismo efecto en su compendio general. Por lo cual, acaba siendo uno de los aspectos transformadores del film. Además, el público asocia fácilmente qué representa cada uno de ellos. Así, paradójicamente, da más realidad, al intervenir personajes del día a día, como vecinas o jóvenes, que sirven como contextualización del espacio.

*Elche, ciudad paranormal

Cada vez son más largometrajes los que rompen la asiduidad de rodar en Madrid o Barcelona, lo que se valora para dar mayor riqueza a las distintas localizaciones potenciales que hay en España. Chema García Ibarra escoge esa Elche ausente de rimbombantes adornos, o de localizaciones impresionantes a nivel estético. Por lo que, favorablemente, se adueña de una estética muy definida, donde destacan factores estrambóticos, pero siempre dentro de una coherencia más en torno al barrio. Ahí es donde la realización hace su magia, con una dirección de arte que mantiene el realismo más puro: hogares, bares y tiendas... que podría uno encontrase perfectamente por las calles. También se valora que no haya habido una preparación cuidada al milímetro, esa esencia del amateurismo es lo que le da su propio sello de identidad.

La realidad es que sorprende como un film que se vaticina como posible cinta a mejorar, termina por colocar todas las piezas para obtener un resultado más que favorable. Por ello, hay que mencionar las decisiones estéticas y la identidad visual que se concentra en Espíritu sagrado. Por un lado, hay ese aspecto de televisión de los años 80, un 4:3 que utiliza de base una especie de trozo de rollo de cine. Después, los colores emulan ese aspecto de nostalgia, más cercano a los 90 que a los 80, en este caso. Por consiguiente, no es una ficción que se ambiente en la pomposidad de la actualidad, sino que da rienda suelta a ese factor espiritual que coincide con la crisis de fe que hay en plenos 2020's. Para terminar, el “Zombie” de Los Sobraos adquiere un sentido especial por culminar toda esta propuesta estilística.

*Conclusión

Espíritu sagrado es una grata sorpresa tras una final redondo, que termina de asentar las piezas, dando un golpe directo al espectador. Gracias a esa cocción a fuego lento de la narración, el espectador comprueba la perspicacia e inteligencia del guion de Chema García Ibarra. Por tanto, pasa de ser un posible producto a mejorar a un largometraje atrayente y coherente en sí mismo. Además, se aprecia esa mezcla de lo cotidiano, el barrio, el día a día con lo místico.

Por otro lado, la elección de actores no profesionales se convierte en un acierto al provocar una empatía bien planteada desde el amateurismo. Asimismo, esta concepción basada en la nostalgia de antaño, con sus imperfecciones técnicas y estéticas, logran una personalidad propia y en sintonía con lo que se muestra en el film. Una metamorfosis excéntrica, en torno a un camino inusual que encuentra su culmen de una forma espléndida.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de abril de 2022
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
En principio pensaba suspenderla pero es tan WTF que no pude. De hecho cada vez me gusta más. Refleja el costumbrismo kitsch de la Costa Blanca de manera magistral. Y realmente acierta porque hay gente así, no es nada increíble, pero al mismo tiempo es surrealista. La atención a los detalles la hace sobresalir: los mercadillos, los estilismos de la madre de la niña, los cuadros de los arlequines en la pared, las plantas del bar, la canción de la feria (‘Zombie’ versión los pitufos makineros), las vecinas del barrio, la tv local… Es un poco ‘apartamento en Torrevieja meets vecinas de Valencia meets taller de pintar máscaras venecianas’.

Esta película no se planta en un lugar cómodo. No es tragedia pero cuenta una tragedia, no es comedia pero tiene momentos que te partes. Los actores es verdad que se nota que pasaban por allí y recitan lacónicamente sus líneas, pero de alguna manera eso mismo le imprime el carácter único que tiene esta película.

Yo recomiendo verla. Que luego podrá gustarte o no, pero al menos verla porque se agradece que no sea más de lo mismo
Saffron
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de noviembre de 2021
25 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me considero capacitado, por el abanico de títulos vistos hasta el momento de la redacción de estas líneas, para afirmar que estamos comenzando un curso de nivel notable en la cosecha de cine español. Sin embargo, varias quedarán enterradas en el olvido al estrenarse a la vez, en un otoño abarrotado que impide que la inmensa mayoría permanezcan en salas más de un par de semanas. Pero incluso con un contexto industrial mas favorable, la naturaleza estilística de algunas de ellas las destinarán siempre a recibir el rechazo del gran público. En este caso, podemos disfrutar desde hoy en la gran pantalla del debut en el largometraje del reputado realizador Chema García Ibarra: Espíritu sagrado, premiada con una mención especial en el pasado Festival de Locarno e incluida también en la Sección Oficial del pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla. Las referencias manejadas eran muy positivas, por lo que no era desdeñable mi expectación. Aprovecho este humilde altavoz para recomendar con convicción esta fascinante marcianada, una de las mejores películas españolas del año (quizás la mejor). Una personal y arriesgada inmersión en infiernos patetoides ilicitanos tan desconcertante en su entramado tonal como llena de ideas, poderosa en su capacidad de perturbar.

Grotesca y sórdida sátira costumbrista de universos de ignorancia y estafas. Un estudio perturbador y lúcido de los diferentes cultos y sectas de nuestra contemporaneidad, que hace las veces de relato sobre los peligros de la ignorancia. Una reflexión desgarradora sobre las peligrosas consecuencias que los diferentes embaucamientos que se nos ofrecen a diario pueden provocar en ignorantes. Estampas mundanas en Elche con atmósfera esperpéntica donde presenciamos las influencias y estrategias de manipulación de distintas sectas: las empresas locales a través de la invasiva y omnipresente teletienda, la risible asociación de ufología de la que forman parte los protagonistas de la película…y, por supuesto, la iglesia católica y su ansiada Semana Santa y que por fin se aproxima (los medios de comunicación, a través de la alegría de los presentadores, dejan claro que esto es lo verdaderamente importante). El filme funciona durante gran parte del metraje como comedia absurda, pero deja entrever la estremecedora tragedia que esconden sus personajes, cuyas señales podemos entrever durante el desarrollo para que finalmente se desvelen en un portentoso epílogo. Fineza para trabajar con tramas escabrosas desde la ficción aparte, sorprende la capacidad de la película para construir un universo visual propio. Situándonos en unas coordenadas geográficas reconociblemente españolas pero con una personalidad cinematográfica mas cercana a otros tipos de cine europeo, cómo puedan ser propuestas lusas como las de João Nicolau. Iconografía localista con rasgos egipcios y alienígenas cuya decisión de recurrir al fotoquímico, con su grano correspondiente, a una gama cromática neutra y un formato de imagen cuadrado la emparentan con muchas de las películas que habitualmente se pueden ver en Locarno. A su vez, su estilo cómico bien puede hacernos pensar en Kaurismäki, con sus hieráticos personajes de tosco patetismo. Un mundo de inocentes descarriados que conviven con lo aberrante y lo sobrenatural sin torcer una ceja o esbozar una sonrisa. Narración hilarante desde la estrambótica anhedonia.

Su iconoclasta, aséptico y estrafalario estilo puede ser erróneamente interpretado por muchos espectadores como un mero intento de provocar o llamar la atención. Bien puede parecer que Ibarra busque tan sólo la rareza, y que en su coctelera la frívola chanza puede esconder la genialidad, o hacerse pasar por ella. No en vano, durante la primera parte de su metraje como espectadores tenemos la impresión de asistir a una sucesión de situaciones absurdas y grotescas con potencial para perder paulatinamente la gracia. Tanto por su registro para declamar diálogos como por la inexpresividad de los actores, sus personajes se presentan antes como caricaturas que como personas reales. Es un filme rígido en su expresividad que no busca ser realista, pero aún teniendo esto en consideración muchas de sus escenas transmiten ortopedia, un agarrotamiento que encontremos en óperas primas o en algunas vertientes cerebrales del cine de autor. Quizás peque de algunos tics lingüísticos de cierto cine de festivales que enajenarán a espectadores no familiarizados con ellos, pero sería un desperdicio que estas minucias nos impidan apreciar esta valiente y notable película.

Surrealista, hierática e incómoda, Espíritu sagrado traza un universo de coordenadas extravagantes que conmueve con su devastador discurso.
Néstor Juez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de abril de 2022
39 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar hay que decir que no es una película al uso, con ésto me refiero a que el director hay querido plasmar un relato de lo canalla y deleznable que pueden ser las personas visto desde la perspectiva de la cotidianidad humana. ¿A mí me ha funcionado? No.
Entiendo que los actores amateurs y esa puesta en escena tan de "andar por casa" esté adquirida para dar esa sensación de realidad y sentimiento cercano, pero se han pasado 3 pueblos, los actores no es que sean amateurs, prácticamente se limitaban a memorizar las frases y recitarlas en modo robot y más que acercarte a la vida real, te hace el efecto contrario. A mí es lo que más me ha echado para atrás.
También entiendo que es meritorio producir una cinta que les habrá válido menos que una bolsa pipas y que el argumento sea para hacerte reflexionar.
Pero como película a mí no me la ha dado con queso, a veces parecía que estaba viendo un metraje con actores "frikis" salidos de "Torrente 3", de esos que salen para hacer cameos, y claro, visto como comedia, vale, pero como drama... Y a veces me ha dado la sensación de estar viendo un documental, de esos de voz en off, contando la historia de Pepe y su bar.
Que sí, que el tratado final de la película es duro, el tema sobre lo que versa es totalmente dramático, pero no he sentido esa profundidad ni he llegado a conectar.
Quien quiera experimentar su visionado adelante, ahora bien, tienes que tener una mente abierta, amor por las historias reales, paciencia, y estar acostumbrado a todo tipo de cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 6 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow